La madre que maltrató a su bebé, a prisión por riesgo de reincidencia
La jueza que ordenó el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de una mujer cuya hija de 16 meses ingresó en la UCI del Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería, temía que pudiese volver a agredir a la pequeña.
Así consta en el auto de ingreso en prisión, en el que señala que dicha mujer, P.Q.T., y su pareja sentimental, S.P.G., golpearon el pasado 25 marzo a la niña, a la que provocaron una «herida cortante en el lóbulo de oreja derecha y pabellón de oreja izquierda, hematomas en la cara y ojo izquierdo y una inflamación del tabique nasal».
La menor también presentaba un «edema en miembro inferior derecho, herida en el dedo gordo del pie derecho, hematoma en tobillo izquierdo, múltiples hematomas en la cabeza, arañazos por todo el cuerpo, fractura espirodea en tibia derecha, múltiples fracturas en peroné derecho proximidal y distal, y fractura distal en peroné izquierdo precisando intervención quirúrgica».
Para la jueza, de los indicios disponibles se desprende sin lugar a dudas la existencia de un delito de lesiones agravadas en concurso con un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar.
Subraya además que la bebé convive con los detenidos y otros familiares de S.P.G. en un mismo domicilio, y resalta la «especial vulnerabilidad» de la víctima y las «respuestas evasivas dadas y la ausencia de respuestas verosímiles en sede judicial» por parte de los detenidos, «unidas a las contradicciones manifestadas de los convivientes familiares en sus declaraciones policiales».
«Atendiendo a las graves lesiones presentadas por la menor, su edad y especial vulnerabilidad existe un riesgo de que los investigados puedan actuar contra bienes jurídicos de la víctima, así como que pueda cometer otros hechos delictivos similares contra la víctima», asegura la jueza.
Es por lo que, atendida la entidad y gravedad de los hechos, así como la elevada pena que los mismos llevan aparejada, llevó a acordar el ingreso en prisión de la madre y de la pareja sentimental de ésta, debido a la «necesidad de evitar la reiteración delictiva y proteger los bienes jurídicos de la víctima». ●