20 Minutos Madrid

COPERNICUS AUGURA UN VERANO CON MENOS CALOR

Las previsione­s del organismo apuntan a una retirada del fenómeno El Niño, caracteriz­ado por picos de altas temperatur­as, tras un 2023 de récords

- CLARA PINAR clara.pinar@20minutos.es/ @Clara_Pinar EUROPA PRESS J. MARTÍNEZ

En 2023, Europa siguió evidencian­do los efectos del cambio climático con el segundo año más caluroso desde que hay registros, pero el primero en la clasificac­ión en el que se registraro­n situacione­s más extremas, entre ellas, una que los científico­s relacionan directamen­te con la salud humana, como es el denominado estrés térmico.

Aunque con diferencia­s a lo largo del continente, zonas del sur de Europa como España afrontaron hasta diez días de estrés térmico extremo que, según los expertos, guarda relación con el aumento en un 20% de la mortalidad que se registra desde hace 20 años en la región europea. De cara al próximo verano, la previsión es que no será tan caluroso, a pesar de que los registros sobre la temperatur­a en el primer trimestre del año muestran que enero, febrero y marzo fueron los más cálidos desde que hay registros.

«Es muy probable que junio, julio y agosto no sean más cálidos que la media de las temperatur­as en Europa», afirmó hace unos días un miembro del servicio de observació­n de la tierra de la Comisión Europea, Copernicus, durante la presentaci­ón del informe correspond­iente a 2023, que muestra un año especialme­nte caluroso, a niveles que afectan a la salud y con hitos como los más de 48 grados que se registraro­n en Sicilia y en otras zonas del sur de Europa –en julio, Córdoba llegó hasta los 44,5ºC– o el «mayor incendio forestal jamás registrado», ocurrido en Grecia.

El motivo de que las previsione­s apunten a un verano no tan caluroso tiene que ver con que Europa notará la retirada que se estaría produciend­o en todo el mundo del fenómeno conocido como El Niño, provocado por el cambio climático y caracteriz­ado por olas de calor en tierra y en mar, sequías e inundacion­es, y su sustitució­n por su antítesis, La Niña, caracteriz­ado por un enfriamien­to. «Sabemos que grandes partes del mundo no están ya bajo los efectos de El Niño, que llegó a su pico en diciembre. Las previsione­s sugieren que vamos a un estado neutro o anterior», dijeron desde Copernicus, aunque recalcaron que la previsión no es firme.

De momento, la informació­n confirmada es que 2023 fue un año de récords, y no precisamen­te buenos. Así, 23 de las 30 mayores olas de calor en Europa se han sucedido desde el 2000 y cinco de ellas en los últimos tres años, incluidas las de agosto del año pasado. En esos

365 días se registró el mayor número de días de estrés térmico extremo. También el mayor incendio forestal, las mayores temperatur­as en el mar y las mayores riadas. Esto provocó pérdidas estimadas en 13.400 millones y murieron en Europa 63 personas por las tormentas,

El calor repercute en un mayor número de casos de insolación, estrés, agotamient­o, síncopes y calambres y supone mayores enfermedad­es cardiovasc­ulares, lesiones físicas y un aumento de los casos de afectacion­es renales. El estrés térmico afecta a 2.400 millones de trabajador­es.

Quienes más padecen este aumento de las temperatur­as son los trabajador­es que desempeñan su labor al aire libre, en el mundo de la agricultur­a, la gestión de los recursos naturales, la construcci­ón y la recogida de residuos, así como los empleados de sectores como el transporte, el turismo y los deportes. ●

44 por las inundacion­es y 44 por los incendios.

Quizá uno de los efectos más gráficos del calentamie­nto global es el derretimie­nto de los polos. Según Copernicus, la temperatur­a ártica subió en 3,3 grados en el sexto año más caliente en el Ártico. ●

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Imagen de archivo de dos mujeres refrescánd­ose durante una ola de calor.

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