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- Carlos García Miranda es escritor

Plantar un árbol, te- ner un hijo y escribir un libro, tres cosas que hay que hacer en la vida. La mayo- ría se atreven con las dos primeras, pero lo de es- cribir les suena más difícil. En realidad, no tiene por qué serlo. No digo que cualquiera valga para escribir, pero sí que me opongo a ese rollo de que juntar letras es un don mágico con el que se nace. Lo que de verdad hace falta pa- ra sacar un libro adelante, además de formación en es- critura y de acumular muchas lecturas, es tener cons- tancia y paciencia.

También hace falta saber cuál es la historia. Igual la tie- nes, pero si no es el caso, ayu- da a encontrarl­a acotar la búsqueda por géneros. Nove- la negra, terror, histórica, dis- topía… los géneros tienen convencion­es que se repiten y agarrarte a ellas te puede re- sultar útil. También buscar novelas a las que quieres pa- recerte y estudiar sus estruc- turas. Suelen ser buenos es- queletos que seguir mientras buscas el diferencia­l que con- vierta tu historia en única.

Igual es simplement­e el lu- gar en el que todo ocurre. Si es un mundo inventado debes construirl­o hasta que sea real para tus personajes. A esos, más que cara, tienes que ponerles personalid­ad. Y voz propia, que los diálogos del protagonis­ta que trata de resolver el conflicto, el antagonist­a que intenta impedírsel­o o los secundario­s que le acompañan no deberían ser intercambi­ables.

La otra voz que tienes que conocer es la del narrador. Si es omniscient­e, el foco se puede mover por los personajes, pero si lo escribes en primera persona igual genera más identifica­ción en el lector con el protagonis­ta. En cuanto a verbos, narrar en pasado puede hacerlo más literario y en presente darle más ritmo. Esas decisiones te las suele pedir la propia historia por la que puedes dejarte llevar siendo un escritor de brújula o uno de mapa, que la tiene planificad­a antes de escribirla. Soy de los segundos, hago un resumen previo de lo que pasa en cada capítulo y así nunca me encuentro con la temida página en blanco.

Total, que si le echas miles de horas vas sumando páginas y, al final, sacas la novela. ¿Y luego qué haces con ella? En España hay 800 editoriale­s, aunque gordas son muchas menos. Sería raro que alguna de ellas dejara escapar una buena historia si la encuentra, que no hay tantas, aunque es verdad que reciben un porrón. Entrar a través de un agente que les hace criba es una opción. Es cuestión de llamar a muchas puertas. Si ninguna te abre, siempre está la de internet. Wattpad es una plataforma online llena de novelas amateurs en las que las editoriale­s bucean buscando futuros éxitos.

En cualquier caso, no sé si el objetivo tiene que ser publicar sí o sí, que menuda presión para empezar. La cosa debería ir más de aprender escribiend­o y de demostrart­e que puedes conseguir teclear el ansiado fin. Esa sería la primera palabra de otra historia. Una en la que el que firma en el próximo Día del Libro eres tú. ●

Leía ayer una reflexión de César Calderón sobre las elecciones vascas en la que merece la pena detenerse: más que quejarse de que en Euskadi la gente ha votado mal, lo que tendrían que hacer los constituci­onalistas allí es «armar una oferta política que viva más allá de los procesos electorale­s y sea capaz de articular un relato alternativ­o al indepe». Menos lamentarse de que no nos quieren lo suficiente y más trabajar para hacer más atractiva la oferta política propia.

Lo que nos ofrece la secuencia de convocator­ias de Galicia, País Vasco y ya veremos si Cataluña es que el nacionalis­mo excluyente que vive de recoger los frutos de su queja hacia España tiene una ventaja competitiv­a sobre las fuerzas que apuestan por el consenso constituci­onal: sacan mejores resultados donde se cuece todo, Madrid, y han apuntalado la idea de que, con ellos, la gente vive mejor.

Me podrán ustedes decir que en Galicia ha ganado el PP y que en Cataluña lo puede hacer el socialista Illa, pero no nos engañemos. La máquina de fabricar independen­tistas funciona mejor que el chatGPT. Sus algoritmos gozan de la mejor salud. El nacionalis­mo crece en votos. El BNG es la alternativ­a en Galicia. PNV y Bildu en el Cantábrico vasco. Y el prófugo Puigdemont le puede dar un susto al PSC… y a los independen­tistas de ERC.

Ser nacionalis­ta irredento, hoy en día, es cool. Y ante eso quienes defienden una España unida en torno a los valores de la Constituci­ón no pueden anclarse en la queja como si fueran Xavi Hernández y hubiesen perdido la liga en el Bernabéu. Hace falta un discurso más combativo, sí, pero también más comprensiv­o de la realidad plural que vivimos. Y si no se arma este discurso, prepárense, porque a este paso vamos a tener nacionalis­mos y localismos hasta en Albacete y en Huelva. Total, si sale más a cuenta… ●

Le he preguntado a mi hija a ver qué tiene mañana a primera hora en el instituto y me ha dicho que probableme­nte sueño. @El_Gripao

No creo que el arte de juntar letras sea un don mágico. Son necesarias constancia y paciencia

El objetivo debería ser aprender del proceso y demostrart­e que es posible acabar una obra

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