El Senado veta la amnistía y la medida de gracia queda ya en manos del Congreso
EL PP asegura que la norma no atiende «a ningún bien común, sino a la ambición de un presidente por seguir en la Moncloa» LA CÁMARA BAJA levantará el veto el 30 de mayo y aprobará la ley de forma definitiva
El Senado vetó ayer la proposición de ley de amnistía gracias a la mayoría absoluta del PP en la Cámara y al apoyo de Vox, UPN y la Agrupación Herreña Independiente: 149 votos a favor, 113 en contra. La norma volverá ahora al Congreso de los Diputados, que previsiblemente levantará el veto este 30 de mayo, dando así luz verde a la medida de gracia. La amnistía, según expresó la portavoz del PP en la Cámara Alta, Alicia García, no atiende «a ningún bien común, sino a la ambición desmedida de un presidente que haría lo que fuera por seguir habitando la Moncloa».
Durante el debate previo a la votación –que se realizó por llamamiento–, García se encargó de denunciar esta ley «obscena, la peor en 45 años de democracia», y la calificó de «fraude democrático». Lejos de ver en ella el acto de «reconciliación» que han defendido el PSOE y sus socios, el PP equipara la amnistía a una «operación mercantil entre políticos». «Profunda corrupción política», resumió.
El Grupo Parlamentario Socialista, en boca del senador José María Oleaga, instó al PP a adquirir «perspectiva». El PP se opuso a leyes como la del aborto, el matrimonio igualitario o la eutanasia, explicó antes de preguntar a la bancada popular: «Con el paso del tiempo, ¿con quién están más de acuerdo?¿Con sus dirigentes de entonces o con el PSOE?».
A lo largo de 10 minutos en los que predominó un tono cortante, García incidió en el cambio de opinión del Ejecutivo de Sánchez respecto a la medida de gracia. «Por arte de magia, lo que antes del 23 de julio era inconstitucional ahora es un acto impecable por el cual se felicitan a sí mismos», recriminó a la bancada socialista. García también enfrentó la amnistía en trámite a la aprobada en 1977. Si aquella ley «ayudó modélicamente a pasar a una democracia», la que está a punto de aprobarse supondrá «la ruptura del Estado de derecho y la quiebra de la igualdad entre españoles».
Por otro lado, el PP criticó también el procedimiento que ha seguido la amnistía. La formación viene manifestando desde hace meses que esta norma no debió tramitarse como proyecto de ley, dado que los letrados del Senado advirtieron de que supone «una reforma encubierta de la Constitución». Proponer reformar la Constitución habría sido la vía «correcta», pero los impulsores de la amnistía se la «han hurtado» al Senado y a todos los españoles.
Más aún, denunció la senadora, el Congreso impulsó la vía de urgencia en contra de lo que después recomendó la Comisión de Venecia. Y además se ha ido modificando por el camino según las reclamaciones de los socios del Partido Socialista. «Ustedes cocinaron con oscuridad las enmiendas que beneficiaban a sus socios. Es una ley de amnistía redactada por el abogado de su principal beneficiario, ¡lo nunca visto!», dijo en referencia a Gonzalo Boye, letrado de Puigdemont que participó en las negociaciones de la norma.
«Perspectiva del tiempo»
«La política exige mirada larga, exige la perspectiva del tiempo», arrancó el senador socialista, José María Oleaga. Sobre esta premisa construyó el grueso de su intervención, que como la de García, empezó con alusiones a la amnistía de 1977. Tras las