EL EROTISMO SUTIL DEL GESTO, LIBERADO EN UNAS PALABRAS
La escritora asturiana Sara Torres renueva el imaginario del deseo lésbico en su nuevo libro, ‘La seducción’
Como sus libros, Sara Torres contagia su ánimo: los objetos adquieren una materialidad más onírica y la luz se desliza donde antes hendía. Una sensación de calma, de nueva perspectiva, es la que nos atraviesa después de entrevistarla con motivo de la publicación de su segunda novela, La seducción (Reservoir Books). Sobre la también poeta y pensadora recae la responsabilidad de haber zarandeado las letras en castellano con su empeño por representar el deseo y el erotismo desde otro lugar. Su investigación doctoral y postdoctoral centrada en el fetiche y la fantasía en textos lesbianos se filtran en su ficción. Narrativa y pensamiento se aparean en sus páginas.
Con esta segunda novela no solo amplía las imágenes de representación lésbica en el arte, también renueva el imaginario de la seducción. El éxtasis está en el proceso. «La sociedad nos aboca a la productividad. Las acciones se orientan a la consecución de un objetivo. Y si ese fin no se obtiene tal cual se había presentado, se considera un fracaso. Pero en el deseo, lograr es matar el deseo», razona. Sara Torres aboga por una cultura que privilegie la belleza y la sofisticación del camino. La protagonista de La seducción, una fotógrafa, quiere materializar su ansia, consumar el amor que siente por una escritora a la que admira y que la ha invitado a su masía en la costa catalana. La fotógrafa no es capaz de interpretar el comportamiento y la filosofía de su anfitriona, que necesita conocer y paladear cada gesto; en ese tiempo dilatado de la escritora se juega la novela.
Con un estilo sensorial, el espacio se convierte en un personaje. «Los gestos del día a día me fascinan. Los envuelvo de placer estético. No por superficialidad, sino para estar presente. Para tranquilizar la mente me funciona estar en el gesto y no en la idea, porque si estoy todo el rato en la idea, me separo del cuerpo. Intento que la escisión mente-cuerpo no exista. No deja de ser una separación aprendida y agresiva». Una filosofía que surge de la experiencia. «Con mi madre [fallecida de cáncer] aprendí que se puede morir joven. Ese miedo me dio una conciencia total de la finitud».
Hablar de sexo es hablar de identidad. Con tantos siglos de imágenes de dominación hombre-mujer, generar nuevas metáforas, retorcer el lenguaje y jugar con los roles es una revuelta. Torres lidera un fenómeno de reapropiación del lenguaje y sus artefactos. En su texto cuestiona qué dice de una persona las imágenes que la desatan. «Dicen muchísimo de nuestros anhelos, pulsiones, búsquedas… Hay que atender a esas imágenes, no para interpretarlas como si fuesen un oráculo, sino para entender el inconsciente. No creo que una imagen que desata nuestro deseo sea una verdad, pero sí una tendencia, una búsqueda o un anhelo de satisfacción. Es bonito integrarlo
La seducción
Lo que hay. atractiva y muy deseable, una propuesta rompedora habida cuenta de que la sociedad tiende a expulsar de lo erótico a las mujeres que rondan la menopausia. A esas edades, o madres o abuelas. «La fotógrafa siente fascinación por el cuerpo de la escritora y con su deseo inflama su belleza y eleva su físico. No sabemos cómo se siente la escritora con su cuerpo. No era eso lo que me importaba».
La seducción es un texto fragmentario estructurado con los escritos de la fotógrafa y el cuaderno de notas de la escritora. «La escritura permite recuperar la experiencia corporal del misterio. Es la única forma que conozco. Cuando has vivido algo físico, intenso, como un enamoramiento, es la referencia más a mano», asegura. ●
«El psicoanálisis analizó cómo el deso conforma la identidad, pero desde una perspectiva patriarcal»
«No creo que una imagen que desata nuestro deseo sea una verdad, pero sí una tendencia»
de una reflexión. «¿Por qué en España hay más burdeles que hospitales y librerías? ¿Qué sociedad queremos tener?». Trujillo sitúa la novela negra como la categoría que puede justificar este planteamiento, el escenario perfecto para hacer ficción de un tema real y duro, cuyos datos estremecen. Pero, además, insta a los políticos «a que no miren a otro lado» y tomen decisiones sobre un negocio que es el segundo ilegal que más dinero mueve en España.
Silva, por su parte, considera que hay que cambiar la legislación y tomar partido entre la abolición o la legalización. Además, que se penalice a los clientes y no a las víctimas. La pareja plantea una cuarta entrega de Manuela Mauri, su ‘hijo’ literario común que han construido «con cosas de los dos». ●