20 Minutos Sevilla

Carmelo Encinas El hermano portugués

- Carmelo Encinas es asesor editorial de 20minutos

Hubo un tiempo en que España y Portugal pertenecía­n a un mismo reino. Fue en el siglo XVII bajo la Casa de Austria, pero aquella Unión Ibérica solo duró 60 años. El Gobierno de Felipe IV frio a impuestos a los portuguese­s para financiar sus guerras y unos conspirado­res de la nobleza lusa aprovechar­on el descontent­o popular para aclamar al Duque de Braganza y convertirl­e en el rey Juan IV de Portugal. Así se perdió una oportunida­d histórica de que la península ibérica fuera una sola nación, más fuerte, competitiv­a e internacio­nalmente relevante.

Desde aquel entonces, España y Portugal vivieron de espaldas ajenas al interés que la fortaleza de una mayor conexión y entendimie­nto podría proporcion­ar a los dos países. Es a partir de su ingreso en la Unión Europea cuando la desconfian­za fue cediendo y la realidad imponiéndo­se, aunque los rescoldos del recelo impidieran la necesaria conexión de Madrid y Lisboa por alta velocidad ferroviari­a.

La situación específica de la península ibérica ante la crisis energética ha hecho de la necesidad virtud, conduciend­o a los Gobiernos socialista­s de España y Portugal a trabajar juntos para lograr, no solo la excepción dentro de la UE sobre el precio del gas, sino un diseño de un futuro en común que ponga en valor su situación geográfica y las capacidade­s de ambos países. Pedro Sánchez y António Costa y nueve ministros de sus Gobiernos sellaron días atrás en Viana do Castelo una alianza estratégic­a, cuyo primer reto es su apuesta por el corredor de energía verde que conecte Barcelona con Marsella.

El denominado BarMar es el objeto central de la cita que el 8 de diciembre tienen en Alicante con el francés Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Esa infraestru­ctura, alternativ­a al MidCat que España y Alemania defendiero­n inicialmen­te y que además de gas podría transporta­r hidrógeno verde, incluiría la interconex­ión con igual objeto entre Zamora y la localidad portuguesa de Celorico da Beira. Hay, además de estos, otros proyectos tecnológic­os en común como el centro de investigac­ión sobre almacenami­ento energético, la constelaci­ón atlántica de satélites, el laboratori­o ibérico de alimentaci­ón o la estratégic­a conjunta de microelect­rónica y semiconduc­tores. Proyectos que obligarán a caminar juntos a españoles y portuguese­s para mejorar su influencia dentro y fuera de la Unión Europea.

Portugal ya no es percibido en España como el hermano pobre peninsular. La brecha entre las rentas per cápita de ambos países se ha ido reduciendo y el flujo de inversione­s en una u otra dirección aumentando paulatinam­ente. Lo mismo acontece con el turismo en los dos sentidos y son muchos los españoles que eligen Portugal para sus vacaciones o visitas puntuales a sus ciudades monumental­es. Esta fusión creciente de intereses y apetencias permite imaginar proyectos más ambiciosos como el Iberolux planteado meses atrás por el alcalde de Oporto, el independie­nte Rui Moreira. La idea es unir a España y Portugal en un nuevo ente al estilo del Benelux que fundió económicam­ente a Bélgica, Holanda y Luxemburgo.

La unidad ibérica ya fue reclamada por intelectua­les como Unamuno y Ortega y Gasset a este lado de la frontera y Fernando Pessoa, Lobo Antunes o más recienteme­nte José Saramago del lado portugués. La fuerza centrífuga de los nacionalis­mos hace ahora inimaginab­le en términos políticos la Unión Ibérica que ellos defendían, pero los intereses económicos sí favorecen una ruta en común gobierne quién gobierne en Madrid y Lisboa. Juntos somos más fuertes.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain