La política china de ‘covid cero’ suscita la crítica científica
EL PAÍS afronta un récord de contagios con la población sin apenas inmunidad natural y menor eficacia vacunal LOS ANALISTAS destacan la inutilidad de las medidas por la alta transmisibilidad de la variante ómicron
China, que aplica una severa política de ‘tolerancia cero’ hacia el coronavirus causante de la covid-19, ha sufrido en los últimos meses oleadas de rebrotes atribuidas a la variante ómicron que han provocado cifras récord de contagios no vistas desde principios del año 2020.
Si bien a otros países, como Australia o Nueva Zelanda, las medidas ‘covid cero’ les han dado buenos resultados tras aplicarlas durante un tiempo limitado, el Gobierno de Xi Jinping afronta ahora la protesta de los ‘folios blancos’, unas manifestaciones que se han extendido ya a varias ciudades. Un clamor contra las estrictas restricciones que siguen incluyendo severos confinamientos de la población en sus casas o centros de trabajo tras casi tres años de pandemia. Pero, ¿se puede permitir China abandonar estas draconianas medidas?
«Quiera o no, China va a abandonar la política de ‘cero covid’, pues una de las máximas de estas medidas tan duras es que solo consiguen mantenerse si de verdad hay cero covid y se logra controlar la enfermedad. El problema es la transmisión comunitaria desbocada, que es muy difícil de eliminar», señala el epidemiólogo Pedro Gullón.
Según los datos de la Comisión Nacional de Sanidad del martes, los nuevos contagios diarios bajaron de los 40.000 tras cinco días consecutivos rebasando esta cifra récord. A pesar de ese descenso, Gullón declara que todavía «se pueden enfrentar a momentos muy complicados» debido a la transmisión comunitaria. «Es como si estuviesen empezando la pandemia de cero, con la diferencia de que hay una parte de la población vacunada», prosigue.
La mayoría de la población china que se ha vacunado ha recibido las dosis de Sinopharm y Sinovac. Su efectividad, con tres dosis, es «relativamente adecuada», considera Gullón, pero el problema está en su distribución: «Entre las personas mayores, la tasa de cobertura es baja y muy baja comparada con España u otros sitios». Según datos estatales, en China, hasta el mes de agosto, cerca del 85,6% de los mayores de 60 años había recibido dos dosis y un 67,8%, tres. En España, el 93,8% de los mayores de 60 años lleva tres dosis y el 45,9%, cuatro.
En este sentido, el jefe del grupo de sistemas de salud en el Instituto de Salud Global de Barcelona, Jeffrey Lazarus, declara a 20minutos que «si la población estuviera bien vacunada, con mascarilla y con ventilación, podrían abandonar el ‘cero covid’ e implementar medidas de control basadas en la evidencia científica, pero esto supondría admitir que tienen que importar vacunas de mayor calidad». «Y no sé si un gobierno totalitario está dispuesto a admitir errores», apunta.
Por su parte, el epidemiólogo e investigador de Fisabio, fundación biomédica dependiente de la Generalitat Valenciana, Salvador Peiró explica que la variante ómicron es muy difícil de controlar, incluso con estrategias cero.
China, estima el investigador, probablemente no tenga ni un 5% de la población infectada, por lo que la barrera de la inmunidad híbrida – la conferida por la vacunación más la infección– no actuaría en este caso para frenar la ola de ómicron que está causando cifras récord de contagios «Están como en nuestra sexta ola» , concluye el investigador, aludiendo a las navidades pasadas.
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