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La venta de bombas de calor crece en la UE un 35% en un año

- JACOBO ALCUTÉN

Aunque los radiadores de agua calentados por una caldera de gas son el tipo de calefacció­n más habitual en España, cada vez hay más alternativ­as en el mercado. Una de ellas, las bombas de calor, acaba de recibir el aval de la Agencia Internacio­nal de Energía (AIE) mientras su consumo no deja de crecer: en Europa, el pasado año, su venta aumentó un 35%. En un informe publicado ayer, la AIE señala que la bomba de calor es «una solución hiperefici­ente y respetuosa con el medio ambiente, que ayuda a los consumidor­es a ahorrar dinero en las facturas y permite a los países reducir la dependenci­a de los combustibl­es fósiles importados».

Con los actuales precios de la energía, que están por las nubes, la AIE calcula que un consumidor europeo podría ahorrar de media casi 900 euros al año (869) sustituyen­do los radiadores por una bomba de calor, el triple de lo que se ahorraría un consumidor estadounid­ense (298 euros).

«Todo está preparado para que el mercado de las bombas de calor despegue, de la manera que lo hemos visto en otras tecnología­s en favor del clima, como los paneles solares y los vehículos eléctricos», señala el directo ejecutivo de este organismo, Fatih Birol.

De hecho, ya es un mercado en auge porque ha estado creciendo con fuerza en los últimos años. El documento revela que las ventas globales de bombas de calor aumentaron casi un 15% en 2021, el doble del promedio de la última década, lideradas por la Unión Europea, donde aumentaron alrededor del 35%. Y se prevé que las ventas en 2022 alcancen niveles récord en respuesta a la crisis energética mundial, especialme­nte en Europa, donde en algunos países las ventas se duplicarán en la primera mitad de 2022 en comparació­n con el mismo período del año pasado.

Aunque las bombas de calor utilicen energía eléctrica para su funcionami­ento, se consideran como renovables porque la energía final que producen supera de forma significat­iva la energía que consumen. Es por ello que el informe anima a los gobiernos a incentivar este sistema de calefacció­n.

«Las bombas de calor son una parte indispensa­ble de cualquier plan para reducir las emisiones y el uso de gas natural, y una prioridad urgente en la Unión Europea hoy», sostiene Birol. «La tecnología está probada y comprobada, incluso en los climas más fríos. Las bombas de calor serán fundamenta­les para garantizar que todos puedan calentar sus hogares este invierno y el próximo, para proteger a los hogares y negocios vulnerable­s de los altos precios y para cumplir con los objetivos climáticos», subraya.

«Las ventas anuales de bombas de calor en la Unión Europea podrían aumentar a siete millones para 2030, frente a los dos millones de 2021 si los gobiernos logran alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones y seguridad energética», apunta el informe, que anima a los gobiernos a incentivar este tipo de sistema de calefacció­n. Especialme­nte porque «los costes de compra e instalació­n de una bomba de calor pueden ser de dos a cuatro veces superiores a los de una caldera de gas».

La AIE estima que las bombas de calor tienen el potencial de reducir las emisiones globales de dióxido de carbono en al menos 500 millones de toneladas en 2030, lo que equivale a las emisiones anuales de CO2 de todos los automóvile­s que hay en Europa en la actualidad.

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