Revisar o no el modelo de las Fiestas Mayores y seguir atrayendo eventos
Terminadas la Semana Santa y la Feria de Abril de este año, la ciudad ha vuelto a abrir el debate sobre ambas fiestas mayores. En lo que respecta a la Feria, el dilema está en si volver o no a implantar el modelo antiguo, en el que la fiesta comenzaba el Lunes del Pescaíto y terminaba el domingo con el espectáculo de fuegos artificiales. La propuesta es defendida por algunos grupos políticos de la oposición y por un movimiento social que ha iniciado la recogida de firmas para tal fin. Los defensores de esta propuesta esgrimen que actualmente la Feria es demasiado larga –un modelo que fue elegido por los propios sevillanos mediante un referéndum municipal–, que no hay bolsillo que lo resista y que, además, concentra a la mayoría de los visitantes en los primeros días, con la consiguiente masificación en el primer fin de semana, y con un gran descenso de la afluencia a partir del jueves, quedando, a su parecer, desvirtuada la esencia de esta festividad.
El Ayuntamiento, por su parte, defiende que es un modelo «de éxito» que, no en vano, este año ha tenido un impacto económico de más de 930 millones de euros.
La cuestión a abordar sobre la Semana Santa se refiere al decoro social y al civismo. El fervor religioso ha dejado este año estampas tales como la de grupos de personas haciendo acampada a las puertas de algunas iglesias, desde horas antes de la salida de las procesiones de la Madrugada, o la de numerosas sillitas plegables en puntos donde su uso estaba prohibido, afeando la estética y entorpeciendo el tránsito de peatones.
Grandes eventos
A los eventos ya celebrados, como varias finales de fútbol, dos ediciones de los premios Goya, un desfile de Dior o numerosos congresos profesionales, se sumarán este año los premios Grammy Latinos, que por primera vez saldrán de EEUU para recalar en Sevilla (16 de noviembre). Las grandes citas se han convertido ya en habituales de la ciudad, lo que supone un impacto económico directo millonario y de un valor incalculable en promoción internacional.
Desde la oposición, en cambio, lamentan que la ciudad «no está a la altura» de estos acontecimientos y que los servicios públicos no funcionan como deberían, sobre todo en lo que a movilidad y limpieza se refiere.