Limpieza, movilidad y pobreza, los eternos retos que afrontará el próximo alcalde de Sevilla
Está entre las tres más sucias del país, con 6 de los 15 barrios más pobres y déficit de transportes OTROS PROBLEMAS son la masificación de pisos turísticos, la falta de policías y los botellones
Como el día de la marmota, la historia se repite, y cada año electoral, la misma pregunta: ¿cómo va a resolver el próximo alcalde o alcaldesa de Sevilla los principales problemas de la ciudad? Retos que, además, continúan siendo prácticamente los mismos año tras año. Tirando de hemeroteca, estos eran los déficits de la ciudad hace casi dos décadas: seguridad, movilidad, vivienda, botellón, empleo, obras, medio ambiente, transporte público y suciedad. Hoy, son prácticamente los mismos.
Según el barómetro sobre capitales andaluzas del Centro de Estudios Andaluces (Centra), los principales problemas de los sevillanos son la limpieza, (30,6%), la falta de empleo (12,1%), el tráfico (5,6%), la seguridad (5,6%), el transporte público (4,8%) y la masificación turística (4,2%). Aspectos que dibujan con claridad la radiografía de la ciudad.
Más limpieza
Cuando el regidor y candidato del PSOE, Antonio Muñoz, llegó a la Alcaldía en enero de 2022 admitió que Sevilla podía estar más limpia y se comprometió a mejorar el servicio de Lipasam. Y, aunque ha reforzado la plantilla y adquirido nueva maquinaria, admite que es una de las «principales quejas que le transmiten los vecinos». Sevilla es la tercera ciudad de España más sucia, según una encuesta de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 69 ciudades españolas. Según el informe, la suciedad se refleja en la excesiva presencia de excrementos caninos en las aceras, la acumulación de restos junto a los contenedores, la suciedad derivada de los botellones y la falta de limpieza general en las zonas del extrarradio.
Mejor movilidad
Otro de los desafíos que tendrá que afrontar el nuevo alcalde es la mejora de la movilidad, lo que se traduce en menos tráfico privado, más transporte público, mejores conexiones y más infraestructuras
para acortar distancias entre la capital y el área metropolitana –la tercera del país en población– y acercar los barrios al centro. El actual equipo de Gobierno tiene ya en marcha algunos proyectos: la ampliación del tranvía y dos nuevas líneas de tranvibús. Pero quedan muchas asignaturas pendientes. El nuevo regidor deberá trabajar para seguir aumentado las líneas de Tussam y su frecuencia de paso, a la espera de un metro cuya red completa no se espera hasta dentro de muchísimos años. No en vano, las obras de la línea 3 ya han comenzado, pero no finalizarán hasta 2030. Será tarea del próximo alcalde seguir insistiendo a la Junta para licitar la línea 2. Y hacer lo propio con el Gobierno central para la conclusión de infraestructuras claves que son competencia estatal: el cierre de la SE-40, la finalización de la ampliación del puente del Centenario y la conexión ferroviaria entre la estación de Santa Justa y el aeropuerto.
Reducir la pobreza
De los 15 barrios de España con las rentas netas medias anuales por habitante más bajas, seis están en la capital hispalense, con el Polígono Sur y Los Pajaritos a la cabeza, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta circunstancia, lejos de ser nueva, se repite cada año. El Ayuntamiento ha puesto en marcha diferentes programas de formación, inserción laboral o reducción del absentismo escolar, pero aún queda mucho por hacer en zonas con necesidades de transformación social, donde todos los políticos, en el Gobierno y en la oposición, admiten que es necesaria una intervención integral con el apoyo económico de otras administraciones, la Junta y el Estado.
Más policías
A tenor de los datos, la seguridad continúa siendo uno de los principales problemas de los barrios. La tasa de criminalidad en Sevilla es superior a la media nacional en nueve puntos y el último balance de criminalidad del Ministerio del Interior señala que esta subió un 32% interanual en el tercer trimestre de 2022, aunque hay que tener en cuenta que en 2021 se produjo una bajada debido, en gran medida, al confinamiento por la covid-19. Aumentar la vigilancia en los barrios, especialmente en las zonas más conflictivas, convocar más plazas de Policía Local para cubrir las bajas y jubilaciones y pedir al Gobierno central más policías nacionales son algunos de los retos.
Acabar con el botellón
A pesar de la existencia de una Ley Antibotellón desde 2006, la concentración de jóvenes bebiendo en la calle continúa siendo hoy una estampa habitual de la noche sevillana. Además de la suciedad y el ruido que generan, actualmente cuentan con un agravante: «Cada vez son más violentos», según denunciaba a este medio el sindicato CSIF de la Policía Local. El botellón se ha convertido así en un problema de seguridad ciudadana, muy relacionado con el déficit en la plantilla de la Policía que viene denunciando la oposición desde hace tiempo.
Masificación turística
Sevilla es la tercera ciudad del país más visitada por europeos y estadounidenses y el turismo es, sin duda, uno de sus principales motores económicos. Sin embargo, el debate actual se centra en la proliferación de pisos turísticos y en cómo evitar que algunos barrios pierdan vecinos y el comercio tradicional no se vea mermado. El objetivo, encontrar el equilibrio entre el vecino y el turismo de calidad, sin que Sevilla pierda su propia identidad y manteniendo una de las principales fuentes de generación de riqueza de la ciudad.