La jubilación del presidente del CGPJ agravará la crisis de la institución en el peor momento
Tendrá que dejar su cargo en julio al cumplir los 72 años y dejará el Consejo con 16 miembros
El próximo 19 de julio se producirá la obligada jubilación del presidente interino del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Rafael Mozo, que cumplirá 72 años y se verá forzado a abandonar la judicatura y su asiento en el órgano que encabeza desde el pasado octubre. Su marcha dejará al Consejo con solo 16 miembros, cinco menos de los que establece la ley, y previsiblemente dará la presidencia al siguiente vocal de mayor edad, el conservador Vicente Guilarte. El grupo progresista, minoritario, se verá reducido a seis miembros. Una nueva baja será especialmente significativa en el contexto de la Presidencia española de la UE, que comienza el próximo 1 de julio y que ha llevado a Europa a instar reiteradamente a la renovación del Consejo. Según explican a 20minutos fuentes del órgano, cuando se produzca el cese, será el Pleno del CGPJ quien designe al nuevo presidente. Pero si se sigue la misma dinámica que cuando fue nombrado Rafael Mozo, le corresponderá al vocal de más edad.
La jubilación de Mozo sólo será un capítulo más en la lenta agonía del CGPJ, que debió renovarse a finales de 2018 y tiene
La Seguridad Social actualmente no funciona como un organismo único, sino que se compone de varias entidades gestoras, entre ellas el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), el Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), el Instituto de migración y servicios sociales y el Instituto Social de la Marina. Se suman también los servicios comunes, es decir, la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS), la Gerencia de Informática (GISS) y los servicios jurídicos. «Pasar a agencia sería bloqueadas algunas de sus funciones más importantes, como el nombramiento de magistrados en puestos clave como el Tribunal Supremo.
Sin embargo, parece poco probable que la marcha del presidente interino dé lugar a un nuevo acercamiento entre el PP y el PSOE para llegar a un acuerdo y renovar de una vez el CGPJ, una realidad que parece alejarse a medida que se acercan las elecciones generales de finales de año. Tras la marcha de Mozo, serán cinco los asientos vacíos del Pleno del CGPJ. El primer cese tuvo lugar en marzo del año pasado, cuando también por cumplir la edad de jubilación dejó el cargo el vocal Rafael Fernández Valverde. Después, el fallecimiento de María Victoria Cinto, vocal progresista, dejó otra vacante. Y cuatro meses después llegó la dimisión del entonces presidente Carlos Lesmes, que provocó con su marcha la vuelta de las negociaciones entre el PP y el PSOE.
El que fuera presidente del Consejo y del Tribunal Supremo cesó en sus cargos en octubre al considerar que su permanencia en el órgano caduco carecía «de sentido». Lesmes se marchó poco a poco, como esperando la llegada de un gesto en favor de la renovación que no había logrado provocar durante su mandato. El acercamiento llegó cuando Lesmes ya se había marchado: el pacto estaba prácticamente cerrado, pero las noticias de que el PSOE negociaba paralelamente con ERC la reforma de la sedición llevaron a Feijóo a rechazar el acuerdo.
Finalmente, en marzo de este año se anunció una última dimisión en el Consejo, la de la progresista Concepción Sáez. La única vocal nombrada a propuesta de IU –allá por 2013– remitió una carta comunicando su intención de renunciar al puesto ante la falta de perspectiva de renovación. Su decisión dio pie a que el vocal progresista Álvaro Cuesta resucitase la idea de una dimisión en bloque que llevase a forzar una renovación, Pero tras varias reuniones la iniciativa se frustró por falta unanimidad en el bloque progresista.
La marcha coincidirá con el inicio del mandato español en la Unión Europea
El órgano tenía que renovarse a finales de 2018 y mantiene bloqueadas alguna funciones
ENQUISTADO
muy interesante, porque sería un único organismo. Todas las entidades gestoras y los servicios comunes formarían una estructura única y el personal sería también único», explica María Dolores Panero, representante de la sección sindical de Seguridad Social de CCOO. De este modo, aunar todas las entidades supondría no solo mejorar el funcionamiento diario de la institución, sino también unificar y homogeneizar las condiciones del personal y la negociación colectiva.