El misil que mantuvo en vilo a los líderes del G-20
No, el mundo no ha estado cerca de la Tercera Guerra Mundial. Pero la tensión se elevó durante 16 horas en las que las alarmas estuvieron encendidas después de que un misil cayera sobre territorio polaco y matase a dos personas. ¿Cómo fueron esas horas que sacudieron el planeta?
Cuando eran alrededor de las ocho de la tarde, hora española, empezaron a verse las primeras fotografías de un impacto. Un misil, sobre Polonia, que había dejado dos fallecidos. Se trataba de un proyectil ruso aterrizando de manera dramática sobre el territorio de la OTAN. Visto así, la guerra en Ucrania había cruzado la frontera metiendo al mundo en un problema. Casi automáticamente, el Gobierno polaco presidido por Mateusz Morawiecki convocó su Consejo de Seguridad de forma extraordinaria. Mientras, la voz de Volodimir Zelenski empezó a sonar: «Misiles rusos golpean Polonia». Sobre la mesa, aunque todavía como una quimera, la activación del artículo 5 del Tratado Atlántico, que habla de una respuesta conjunta ante un ataque armado exterior. De Kiev las miradas pasaron a Washington, con el Pentágono empezando a poner palabras a la cautela: «No podemos asegurar que se trate de un misil ruso». A eso se unió la reacción de un Jens Stoltenberg que posicionaba a la OTAN: tampoco podía confirmar la procedencia del proyectil y, sobre todo, apelaba a la cautela. El otro actor implicado salió a defenderse: Rusia negó que tuviera algo que ver y culpó a Polonia. «Quiere una escalada de tensión». Al final de la reunión