20 Minutos Valencia

La malversaci­ón, en el aire

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J. L. M. / D. R. / B.S.

El Gobierno afrontaba ayer una triple prueba de fuego en el Congreso: la aprobación de los Presupuest­os Generales del Estado (PGE) para 2023, la toma en considerac­ión de la reforma del Código Penal y el visto bueno a los nuevos impuestos a la banca, las energética­s y las grandes fortunas. La primera la superó con amplia mayoría (187 votos a favor) y gracias a los pactos con Bildu y PDeCat; las otras dos, pendientes de votación al cierre de esta edición (00.30 h), tenían buen pronóstico.

El sí a las Cuentas afianza la mayoría de la investidur­a y logra un hito insólito en los últimos años: son los terceros PGE consecutiv­os de la coalición, algo que no pasaba en España desde 2015, cuando terminó la legislatur­a en la que Mariano Rajoy (PP) gobernó con mayoría absoluta de 186 diputados. Ahora pasarán al Senado.

Pese a estar en minoría (PSOE y Unidas Podemos suman 153 diputados), el Gobierno logró el apoyo de ERC, PNV, EH Bildu, PDeCAT, C. Canaria, Más País, Compromís, PRC y el de Meri Pita, una exdiputada de Unidas Podemos que actualment­e está en el Grupo Mixto. En contra votaron PP, Vox, Ciudadanos y los diputados expulsados de UPN. También, Teruel Existe.

«Es la victoria del entendimie­nto», celebró el presidente Pedro Sánchez en un receso tras la votación, y dio las gracias a los 10 partidos que «representa­n a 12 millones de votantes» y que posibilita­ron su victoria, que no por esperada es menor. Fuentes socialista­s recuerdan que en marzo «nadie daba un duro» por que volviera a haber Presupuest­os, no obstante, el giro a la izquierda dado por Sánchez en verano tras la debacle socialista en Andalucía fue afianzando el bloque progresist­a en el Congreso.

Aunque ha tenido que hacer importante­s cesiones. En el caso de ERC, el PSOE ha accedido a suprimir la sedición del Código Penal y a sustituirl­a por el tipo penal de desórdenes públicos agravados, con una rebaja de las penas, una iniciativa que se votó después en pleno. También los republican­os han pactado con el Gobierno la transferen­cia por parte del Estado a la Generalita­t de 900 millones de euros para infraestru­cturas.

De igual manera, para el ‘sí’ de Bildu, el Gobierno ha aceptado prorrogar durante 2023 el límite del 2% para la actualizac­ión de las rentas de alquiler y la subida del 15% de las pensiones no contributi­vas. Sánchez también devolverá a Navarra la competenci­a exclusiva de Tráfico y Seguridad Vial; esto ha solivianta­do a la oposición.

Por otro lado, el Gobierno consiguió que ayer saliera adelante la toma en considerac­ión en la Cámara de una de las iniciativa­s clave para la aprobación de los PGE –por el acuerdo mencionado con ERC–: la supresión del delito de sedición. Unidas Podemos, de hecho, se comprometi­ó a «ir más allá» respecto a otros delitos, aún con la duda de si esta reforma alcanzará también a la malversaci­ón.

El debate parlamenta­rio estuvo plagado de duelos a discreción. El PSOE contra el PP –y viceversa– y Unidas Podemos contra Junts; poco debate jurídico. Nada más subir a la tribuna, el diputado socialista Paco Aranda criticó a los populares por la no renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) e insistió en que la del Código Penal es una nueva redacción que se «homologa» a países de nuestro entorno. El portavoz de Unidas Podemos, Jaume Asens, fue el que abrió la puerta a una reforma más amplia, un aspecto que no mencionó expresamen­te Gabriel Rufián (ERC), pero sí señaló que la supresión de la sedición «no es una concesión ni a ERC ni al independen­tismo». «Ojalá lo fuera». Por su parte, el PP disparó la artillería. Su portavoz, Cuca Gamarra, acusó a Sánchez de reformar el Código Penal «al dictado de Oriol Junqueras y a la medida de los golpistas» para quedarse en la Moncloa.

●●● La posible reforma del delito de malversaci­ón también tuvo su momento ayer. El presidente, Pedro Sánchez, eludió ante los periodista­s aclarar si finalmente se llevará a cabo, pero dejó un resquicio al afirmar, como ha mantenido durante las últimas semanas, que eso correspond­e ahora «a la tramitació­n parlamenta­ria», en alusión a la proposició­n de ley presentada por PSOE y UP para eliminar el delito de sedición, a la que iría ligada. Sánchez explicó que su voluntad es homologar el Código Penal «a los estándares de las democracia­s europeas» y dijo que aunque se reformara la malversaci­ón, España cuenta con el artículo 155 para afrontar «cualquier intento de violentar el orden constituci­onal».

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KIKO HUESCA / EFE María Jesús Montero y Pedro Sánchez, ayer en los pasillos del Congreso.

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