Juan Carlos Campo, un nombramiento para el Constitucional lastrado por su carrera política
El exministro podría verse obligado a abstenerse de examinar leyes del Gobierno por haber sido partícipe de ellas
El Gobierno sorprendió la semana pasada designando a Juan Carlos Campo, exministro de Justicia hasta hace año y medio, para ocupar un asiento en el Tribunal Constitucional (TC). Más allá de las críticas que despertó este nombramiento por su vinculación al Ejecutivo y su evidente apariencia de parcialidad para examinar las leyes que han salido del Consejo de Ministros del que él mismo formaba parte, la elección tiene otras implicaciones que pueden afectar al propio funcionamiento del órgano de garantías, precisamente, por ese pasado político de casi una década en las filas del PSOE.
Campo es juez de carrera y, priori, cumpliría los requisitos para ser magistrado del Constitucional. Pero su paso por la política y por este Gobierno, del
aque salió en julio de 2021 sin que el presidente Pedro Sánchez diera ningún motivo concreto, muy probablemente le obliguen a abstenerse de tratar ciertos asuntos en los que haya tenido participación directa por su condición de ministro. Si no lo hace, se expone a la reprobación. Y aunque no sea así, todas las resoluciones que firme o el sentido de su voto en las sentencias estarán salpicados por la sombra de la sospecha. A todo esto se une que su experiencia en los tribunales no es tan extensa como la de otros posibles candidatos o la de los que serán sus compañeros de institución.
El Constitucional está formado por 12 magistrados y la ley establece que se renueva por tercios, es decir, cuatro en cada turno. Cuatro los debe nombrar el Congreso, otros tantos el Senado y otros cuatro que se reparten Gobierno y Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Y en el turno que corresponde al Ejecutivo, este optó por el exministro Campo y por Laura Díez, catedrática de Derecho Constitucional que ha ejercido como asesora en la Moncloa.
La pregunta que cabría hacerse es por qué el Ejecutivo ha elegido a dos personas que podrían tener que abstenerse de la deliberación de asuntos clave para ese mismo Ejecutivo. Sin embargo, el profesor de Derecho Constitucional y exletrado del TC, Joaquín Urías, considera que hay diferencias claras entre Campo y Díez. En el caso del exministro, Urías aclara primero que las abstenciones de los magistrados del Constitucional no son tan infrecuentes y casi todos tienen que apartarse en un momento u otro.
El problema con Campo estaría en las leyes del Gobierno de Pedro Sánchez que han sido recurridas ante el tribunal de garantías por PP o Vox. Según explica Urías a 20minutos, cualquier sentencia sobre una norma en la que el exministro hubiera participado de alguna manera se podría ver comprometida. Formar parte del Consejo de Ministros cuando se aprueba una norma puede considerarse participación directa.
Diferente es la situación en las leyes que empezaron a elaborarse cuando él era ministro, pero que han salido del Gobierno después de su salida. Ahí, según el profesor de Constitucional, su participación para ser apartado tendría que quedar demostrada a través de algún documento que acredite que el Ministerio de Justicia, cuando lo dirigía Campo, intervino en la preparación de una norma determinada.
Más allá de las implicaciones prácticas, de funcionamiento del Constitucional, la elección de Campo por el Gobierno es una decisión que «hace mucho daño» al tribunal, un órgano que basa su reconocimiento en la «legitimidad» que siempre ha acompañado a todas sus decisiones. Ahora, apunta Urías, cualquier voto que emita él puede verse cuestionada.
Sobre Laura Díez, Urías tiene una opinión distinta. «Da el perfil perfectamente», señala, al tiempo que subraya que «lo de menos es que estuviera unos años en Moncloa». Díez es catedrática de Derecho Constitucional
por la Universidad de Barcelona y su experiencia académica y de estudio del Derecho «aporta mucho al tribunal».
Sin embargo, considera que Campo tiene un handicap y es que «no es un jurista destacado». Accedió a la carrera judicial en 1987, pero ha desempeñado buena parte de su trayectoria en el terreno político. ●