VIAJE A LA COMPLEJIDAD DE AFGANISTÁN
‘La Unidad’ viaja a Kabul en su tercera temporada para relatar la dramática realidad que acompañó el regreso de los talibanes en agosto de 2021
Conocimos a los componentes de La Unidad en 2020, cuando Movistar Plus+ estrenó los primeros seis capítulos de esta serie en la que un equipo de élite de la Policía Nacional de nuestro país se enfrentaba a la amenza del terrorismo yihadista. El éxito de la trama no estribaba únicamente en su indudable carácter de thriller policíaco de excelente factura, sino también en la capacidad de atracción de las historias íntimas de cada uno de aquellos personajes que, encabezados por la comisaria Carla, a la que daba vida la actriz Nathalie Poza, se enfrentaban al mayor de los peligros entre el tránsito de sus propias vidas.
En la segunda temporada, dos años y una pandemia después, el foco cambió: el problema del equipo policial ya no era cazar a los malos, sino defenderse de ellos. Así la nueva entrega respondía a una pregunta muy directa: qué hacer cuando los malos van a por ti. Y ahora llega la tercera parte, donde la novedad estriba en el propio marco en el que discurre la acción, con un viaje hasta uno de los países más conflictivos del mundo en pos de nuevas pistas para combatir el terrorismo, en una aventura que se complica y cuya producción adquiere una factura a la que no estamos tan acostumbrados en el universo de las series de ficción españolas.
«No es una ‘americanada’ al uso», subraya Alberto Marini. «Es real que los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional se muevan por países de todo el mundo para investigaciones que se relacionan con España. No está para nada forzado en el guion que nuestros inspectores estén en Afganistán siguiendo una pista cuando los talibanes toman Kabul», matiza. Sí que es una superproducción. «Vamos a Kabul, y crearlo ha sido un gran reto. Era un puzzle enorme entre Madrid, Almería y Pakistán», puntualiza Dani de la Torre. Hasta la capital afgana se traslada la tercera temporada de La Unidad. Una serie creada a cuatro manos, las de Marini y De la Torre (tándem también en el cine, el primero al guion, el segundo en la dirección; con El desconocido), que no estaba destinada a tener una vida más. Hasta que la actualidad desvió los planes. «De repente, estalla Kabul. Fue todo muy bestia, en tres o cuatro días había que abandonar el país porque los talibanes estaban llegando a la capital para tomar el poder. Vimos la oportunidad de añadir un giro diferente a La Unidad y, sobre todo, de darle una vuelta de tuerca y volver a los orígenes», descubre Dani de la Torre.
La primera temporada abordaba la detención de un yihadista en España y la segunda su venganza de los agentes de La Unidad, ahora, esta tercera entrega nos lleva hasta el origen del problema. «Vamos a un país asediado por las guerras, los talibanes y las injusticias. Un caldo de cultivo para que los radicales se aprovechen de las personas y las conviertan en soldados. Es necesario contar de dónde vienen las cosas y cómo se vive en esos países, toda la opresión que están sufriendo las mujeres y los niños. Si no lo hacemos
nosotros desde fuera, quién lo va a hacer», reflexiona De la Torre. «Nos parecía muy interesante meter en las mismas condiciones a nuestras inspectoras, que fueran despojadas de su poder para vivir en su propia carne lo que es el día a día de una mujer afgana», apunta Alberto Marini. Como Shabnam Rahimi, boxeadora profesional y refugiada en España que debuta como actriz en la serie. «Lo que vivió ella nos ha enriquecido tanto a nivel de guion como en la puesta en escena», asegura De la Torre. En La Unidad Kabul, una nueva misión ha llevado a varios agentes hasta ese país asiático unos días antes de que la ciudad caiga en manos de los talibanes y España inicie la evacuación de civiles y colaboradores. Es sin duda la más trepidante, espectacular y conmovedora de todas las temporadas. «Habla de gente que intenta salvarse, vivir, expresarse…», dice De la Torre. Y ha sido un trabajo de guion no exento de presión. «Tenías que ser muy fiel a lo que estaba ocurriendo», concreta Marini. ●