Joaquim Coll Un problema llamado Netanyahu
La suerte sonríe una vez más al primer ministro Binyamin Netanyahu. El brutal ataque terrorista de Hamás de octubre pasado frenó la contestación interna ante la reforma para controlar a los jueces del Tribunal Supremo que algún día tendrán que juzgarlo por corrupción, salvándole entre tanto de dimitir. Seis meses después, el ataque de Irán, en la noche del sábado, le ha vuelto a dar oxígeno ante la opinión pública de su país y ha desviado la atención de la comunidad internacional sobre la inhumana actuación del ejército israelí en Gaza. Esa desproporcionada intervención le había hecho responda militarmente al ataque de Irán. La pregunta ahora es si Netanyahu puede permitirse el lujo de hacer caso a EUA y al resto de países occidentales que le piden contención y cabeza fría.
El lanzamiento de misiles y drones contra Israel fue un fiasco, aunque surge la duda de si no fue un fracaso deliberado para salvar el honor del régimen de los ayatolás, que necesitaban fingir una respuesta al ataque israelí contra su embajada en Damasco. Curiosamente, Irán anunció su represalia, informó horas antes a los americanos, y ahora suplica que valoren su «moderación», dando por zanjado el asunto.
Fríamente pues no hay razones para que Israel, que ha repelido el ataque gracias a su escudo antimisiles y a la activa colaboración de otros países, incluyendo a Arabia Saudita y Jordania, se vea obligado a responder con la misma moneda. Lo lógico en las próximas semanas sería que la tensión fuera disminuyendo, y que en Gaza se pudiera firmar un alto el fuego definitivo con Hamás que permitiera la liberación de todos los rehenes. Pero para ese escenario hay un problema que se llama Netanyahu, a quien no le conviene que la distensión reviva sus problemas con la corrupción y reactive la oposición interna al deterioro del Estado de derecho en Israel. ●
El primer ministro es el gran beneficiado de la guerra, su aliada para mantenerse en el poder
El ataque de Irán ha desviado la atención sobre la actuación del ejército israelí en Gaza