La vida en el cauce del Turia antes de que se convirtiera en jardín
Una exposición aborda la relación de Valencia con su río y reflexiona sobre la mayor transformación urbana de la ciudad
Históricamente se ha dicho que Valencia era una ciudad que latía de espaldas al mar. Esta afirmación, aunque cierta, esconde en ocasiones otro enfoque: que era una urbe fluvial y que vivía, más bien, de cara a su río. Precisamente por ello, el desvío del Turia en la década de los sesenta para evitar más desgracias como la fatídica riada de 1957 supuso la mayor transformación urbanística de la ciudad. No solo por la afección a la huerta del sur con la construcción del nuevo cauce, sino también por la liberación del lecho histórico de su función y usos. El casco urbano quedó, de repente, con todo un cauce, es decir, un solar de casi 10 kilómetros y 136 hectáreas que serpenteaba por la ciudad, vacío. ¿Qué se podría hacer con esos terrenos? El desarrollismo de la época especuló con la idea de construir una autopista puerto-aeropuerto, pero la movilización social y ciudadana, unida al cambio político de la dictadura a la democracia, hizo que la elección acabara siendo distinta: el jardín lineal más largo de Europa.
Para reflexionar sobre la memoria del antiguo río, l’Etno acoge en el edificio Natúria la exposición Antes del jardín, un recorrido histórico y etnográfico que busca desechar la idea de que este era un lugar donde antes nada sucedía.
Además del material gráfico de destacados fotógrafos valencianos como Luis Vidal, José Penalba o Luis B. Lluch, la muestra incluye fondos no expuestos hasta ahora procedentes de varios archivos. Se estructura en tres secciones: la primera aborda el cauce como espacio de vivienda de miles de personas emigradas a la ciudad en la posguerra; la segunda explora sus usos, como cultivos, extracción de gravas o pastoreo; y la última su uso social y popular.
A partir de 1982 comenzó la urbanización del Jardín del Turia, que paulatinamente cambió la fisonomía de la ciudad y daría lugar a complejos como el Palau de la Música o la Ciudad de las Ciencias. ●