La Razón (Madrid) - A Tu Salud
«La miopía aumenta en el mundo por el uso de la visión próxima»
Pertenece a una de las grandes sagas de la Medicina española, en concreto del campo de la Oftalmología. ¿Cómo y por qué decide seguir la profesión familiar?
-Siempre se ha debatido en qué medida haya podido ser una influencia genética o bien ambiental. Ambas son posibles, la primera porque la «transmisión familiar» es un hecho en nuestro caso (estamos llegando a nuestra sexta generación de oftalmólogos) y la segunda porque nací y crecí en la propia clínica. En realidad, creo que lo que llamamos vocación no es tanto una «llamada» como un reconocimiento a posteriori de que el camino que has elegido era el correcto, en el que te sientes realizado. Quizá el integrarse en una tradición familiar suponga una ventaja, aunque también eres consciente de que te van a comparar con tus ilustres antecesores.
-¿Qué es lo que más le llama la atención de la especialidad?
-El atractivo de la profesión médica –una de las pocas profesiones que realmente quedan– es bien conocido y no insistiré. El de la Oftalmología incluye además aspectos como la importancia de la visión en la calidad de vida, el equilibrio en su práctica entre medicina y cirugía, el ser el ojo un mundo en sí mismo, aunque relacionado con todo el organismo, la accesibilidad de la patología a la simple inspección, pese al gran desarrollo de las tecnologías diagnósticas, o el gran atractivo propio de la microcirugía ocular.
-A su juicio, ¿cuáles han sido los hitos de la Oftalmología?
-La primera causa de ceguera y disminución visual importante en el mundo han sido y son todavía las cataratas. La especialidad ha logrado que su eliminación sea un proceso muy efectivo, seguro, eficiente (rápido) y capaz de restaurar buena visión sin ayuda a todas las distancias. También se han hecho grandes avances en otras ramas como la retina, glaucoma, córnea, etc. Y hemos conseguido mejorar aspectos de la calidad de vida, como lograr la independencia de las gafas con la actual cirugía refractiva, algo quizá no tan vital como curar la ceguera, pero que muchos pacientes valoran como avance importante.
-¿Cuáles son los retos del siglo XXI de esta especialidad?
-Por una parte, hay retos de tipo organizativo como el de las cataratas. En diversas partes de mundo siguen condenado a muchas personas a la ceguera, por falta de disponibilidad de la cirugía. Las ayudas puntuales tipo misiones quirúrgicas
tienen un efecto concreto real, pero erradicar el problema requiere ante todo formar más oftalmólogos allá donde se necesitan y crear una logística eficiente. Otros son consecuencia del propio progreso, como la «epidemia» de diabetes en los países donde el hambre está siendo sustituida por la dieta occidental, asociada a una genética no adaptada o el aumento de la esperanza de vida conlleva el de las patologías ligadas a la edad avanzada, como la degeneración macular, entre otras. -¿Cómo ve la Oftalmología española? -Está, en cuanto a la práctica clínica y la cirugía, entre las más avanzadas del mundo, sin nada que envidiar a ninguna de los países de nuestro entorno. Esto puede deberse a la larga tradición oftalmológica, a la estructura mixta pública-privada de nuestra Sanidad, o a la idiosincrasia de nuestro carácter nacional que nos ha llevado a buscar de forma natural y adoptar con precocidad las innovaciones. Por otro lado, se echa en falta un mayor esfuerzo en promover la investigación, lo que requiere voluntad en los gobernantes, no sólo para mejorar las ayudas públicas, sino en fomentar las del sector privado a través de las políticas fiscales.
-¿Cuáles son los avances que han llevado a cabo desde su clínica?
-Nuestro centro destacó históricamente por las innovaciones en cirugía de la catarata, desde su fundación, y más tarde como referencia mundial en trasplantes de córnea. Pero hemos tratado siempre de ofrecer una atención integral, con excelencia en todas las subespecialidades de la Oftalmología. Actualmente, somos pioneros y realizamos desarrollos en diversos campos como los implantes de visión o retina artificial, las córneas artificiales, los sustitutos del cristalino, las terapias regenerativas o las genéticas.
-En la actualidad, ¿tenemos una buena higiene visual? ¿Controles, cuidados, dispositivos móviles .... ?
-El ojo está conectado con el resto del organismo y la mejor higiene comienza con la general, como en el caso de la diabetes, cuyo control ha reducido mucho las complicaciones oculares más graves. Resulta importante controlar periódicamente el estado de los ojos desde la infancia y en especial si se dan ciertas condiciones o antecedentes familiares como la miopía o el glaucoma. Del posible efecto nocivo de los dispositivos móviles se habla más de lo que indican las evidencias científicas. Usar más la vista pone de manifiesto defectos como los refractivos, pero parece que la miopía aumenta a escala mundial y un factor sería el uso cada vez mayor de la visión próxima en las edades del desarrollo.
-¿Hay intrusismo o un exceso de clínicas para todo...?
-Vivimos en una sociedad liberalizada en la que es quizá inevitable que se produzcan dichos fenómenos en cierta medida. Creo que en nuestro caso son relativamente minoritarios –aunque no soy experto en este tema– y que disponemos de mecanismos para controlarlos y combatirlos, tanto a escala institucional como a través de las sociedades profesionales, o por la propia facilidad de acceso a información sanitaria de calidad para los pacientes en nuestra era de la comunicación. Y luego está el sentido común –que no es tan raro– sintetizado en el dicho «lo barato sale caro».
-¿Qué patologías son/serán las protagonistas de este siglo?
-Como ya he comentado, el aumento de esperanza de vida implica más casos de todas las relacionadas con la edad, que son muchas en Oftalmología: cataratas, glaucoma, degeneración macular, etc. También lo están siendo las que constituyen una frontera en la aplicación de nuevos avances, como la corrección de la presbicia, o las que ya se están beneficiando de terapias regenerativas. Seguramente, veremos un auge de las terapias génicas y de la aplicación de prótesis cada vez más sofisticadas, como las de visión artificial que actualmente están en una fase pionera.