La Razón (Madrid) - A Tu Salud
Siete proyectos inéditos reciben becas para consolidar sus teorías
La Fundación Merck Salud ha mostrado su compromiso con los avances biomédicos a través de la dotación de más de 200.000 euros en I+D
Muchos de los avances médicos y científicos surgen de pequeños proyectos que cuentan con el apoyo y la colaboración de la industria y de instituciones. En este caso, destaca el compromiso de la Fundación Merck Salud en materia de avances biomédicos. Contar con 28 ediciones ya dice mucho de lo que esto significa. Este año, bajo el lema «Investigación, el principio de todo», la dotación de las becas ha servido para financiar siete proyectos inéditos, destinando a cada uno de ellos 30.000 euros, y en un esfuerzo por promover el talento científico nacional, este año se hizo entrega de una ayuda más que en la anterior edición, la de Investigación en Resultados de Salud con 10.000 euros.
En la ceremonia, Marieta Jiménez, presidenta del Patronato de la Fundación Merck Salud y presidenta y directora general de Merck en España, subrayó que «en Merck, como compañía líder de Ciencia y Tecnología, hemos asumido la responsabilidad de apoyar a los investigadores que trabajan en los centros nacionales. Necesitamos que ese talento se quede con nosotros, que permanezca dentro de nuestras fronteras».
El jurado, compuesto por representantes de diferentes sociedades científicas y personalidades de relevancia en cada una de las áreas de investigación, eligió los siguientes proyectos –de un total de 253 presentados–: en esclerosis múltiple, a Ana Sevilla Hernández, de la Universidad
Desde hace casi 30 años, la institución ha apoyado a más de 64 centros y 130 equipos de investigación de alta calidad
de Barcelona, por «Generación de minicerebros para el estudio de la neurodegeneración y neuroinflamación en pacientes con esclerosis múltiple»; en Inmuno-Oncología, a Aleix Prat Aparicio, del Hospital Clinic de Barcelona, por «Caracterización de los linfocitos T CD8+/PD1+ en cáncer de mama avanzado receptor hormonalpositivo con un fenotipo agresivo HER2enriched»; en Alergología, a María Pilar Berges Gimeno, del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, por «Hipersensibilidad a Platinos y Taxanos: descripción de fenotipos inmunológicos y búsqueda de biomarcadores que optimicen el diagnóstico y tratamiento»; en tumores del tracto aerodigestivo, a María Antonia Salud Salvia, del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida, por «Predicción de micrometástasis en pacientes con cáncer de colon localizados de alto riesgo»; en Fertilidad a Laia Rodríguez-Revenga Bodi y Dolors Manau Trullas, del Hospital Clínic de Barcelona, por «Evaluación del efecto de la expansión del gen FMR1 sobre la reserva ovárica en mujeres jóvenes portadoras de la premutación»; en riesgo cardiometabólico, a Abel López-Bermejo, del Instituto de Investigación Biomédica de Gerona Dr. Josep Trueta, por «Función cognitiva y obesidad en niños prepuberales: Efecto de la obesidad materna, crecimiento pre y postnatal y factores ambientales»; en enfermedades raras, a José Antonio Sánchez Alcázar, de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, por su proyecto «Braincure: terapia para la neurodegeneración por acumulación cerebral de hierro»; y la primera Ayuda Fundación Merck Salud de Investigación en Resultados de Salud a Gabriel Sanfélix Gimeno, de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana, por «Tratamiento al alta, adherencia y resultados clínicos tras fractura de cadera. Cohorte poblacional con hasta diez años de seguimiento en el Sistema Nacional de Salud (Estudio PREV2FO2)». Todos los proyectos se desarrollarán en un periodo de entre uno y tres años y suponen una inversión total en I+D de 220.000 euros.
Carmen González Madrid, presidenta ejecutiva de la Fundación Merck Salud, recordó que, desde hace casi 30 años, la institución ha apoyado a más de 64 centros y 130 equipos de investigación que trabajan en proyectos de alta calidad. «La tendencia de los proyectos de investigación premiados es avanzar hacia una medicina de precisión, más individualizada y adaptada a cada paciente, y buscar biomarcadores que nos ayuden a determinar cuál es el mejor tratamiento para cada persona, aumentando su efectividad y evitando efectos secundarios innecesarios».
Los pacientes anticoagulados tienen un riesgo particular de sufrir cuadros de hemorragia gastrointestinal. Es bien sabido que éstos, ya sea el acenocumaro (sintrom) o los nuevos anticoagulantes orales directos, casi duplican el riesgo de esta posibilidad. Además, estos pacientes suelen ser ancianos y, a veces, también tratados con terapia antiplaquetaria, lo cual multiplica aún más el riesgo de sangrado. Es necesario recordar las indicaciones apropiadas para la terapia con antiplaquetarios, que básicamente serían: antecedentes de enfermedad arterial coronaria o infarto de miocardio, enfermedad arterial periférica, intervención coronaria percutánea, «bypass» en las arterias coronarias, ictus o ataque isquémico transitorio y el síndrome antifosfolípido . Las indicaciones más comunes para la anticoagulación crónica son la prevención del accidente cerebrovascular por embolia en la fibrilación auricular, la cirugía valvular cardíaca y el tromboembolismo venoso. La asociación de estas indicaciones hace que cerca del 40% de los pacientes tengan riesgo de hemorragia gastrointestinal al tomar ambas medicaciones. De forma simple, existen una serie de estrategias que podrían reducir potencialmente el riesgo de hemorragia en el tracto gastrointestinal superior en los pacientes tratados con anticoagulantes: eliminarlos cuando sea innecesaria la toma de los mismos, restringir de manera activa la toma de terapias antiplaquetarias y la prescripción de inhibidores de la bomba de protones a pacientes con alto riesgo de hemorragia gastrointestinal superior, una práctica que reduce las probabilidades de este evento adverso y que está respaldado por guías terapéuticas de diversas sociedades. En un estudio realizado en Michigan dentro de las iniciativas para la mejora de la calidad de la sociedad americana de cirugía vascular el 36% de los pacientes podría beneficiarse de una o varias estrategias para minimizar el riesgo de hemorragia gastrointestinal superior. Las conclusiones de este estudio han demostrado que casi la mitad de los pacientes seguidos en una red de clínicas para el control de la anticoagulación se tratan con antiplaquetarios, lo que confiere un alto riesgo de hemorragia gastrointestinal. Entre estos pacientes de alto riesgo, encontraron que éste podría reducirse en un 80% al descontinuar la terapia antiplaquetaria cuando no existe una indicación identificable, o al iniciar la gastroprotección con inhibidores de la bomba de protones del tipo omeprazol, lansoprazol y otros.