La Razón (Madrid) - A Tu Salud

La cooperació­n, clave contra el cáncer de mama

La cronificac­ión de este tumor está cada vez más cerca gracias al trabajo en red y la colaboraci­ón entre industria, hospitales y centros investigad­ores

- EVA S. CORADA MADRID ●

ElEl año pasado se diagnostic­aron en nuestro país 32.825 nuevos casos de cáncer de mama. Si tenemos en cuenta que en 2012 fueron 25.215, entre estos seis años ha habido un incremento del 30%. La buena noticia es que la tasa de super-vivencia super-vivencia a cinco años es superior al 90% gracias a una mejora en el diagnóstic­o y a los avances en investigac­ión y tratamien-to, tratamien-to, pero esta situación también pone de relieve la importanci­a de identifica­r las necesidade­s de los pacientes en la consul-ta, consul-ta, además, por supuesto, de encontrar nuevas dianas terapéutic­as.

De todo ello se habló en la mesa redonda «Investigac­ión en cáncer de mama», orga-nizada orga-nizada por A TU SALUD en colaboraci­ón con Lilly, y que tuvo lugar en la casa de LA RAZÓN esta semana y en la que participa-ron participa-ron Ramón Colomer, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital de La Prin-cesa Prin-cesa de Madrid y director de la Cátedra de Medicina Personaliz­ada de Precisión de la UAM-FIR; José Angel García Saenz, coor-dinador coor-dinador de la Unidad de cáncer de mama del Hospital Clínico San Carlos de Madrid; Begoña Revuelta, paciente de la Asociación de Cáncer de Mama Metastásic­o; y María

José Lallena, directora del centro de I+D de Lilly España.

Puede que tener un diagnóstic­o de cáncer cáncer de mama no parezca la mejor noticia, sin embargo, para Begoña Revuelta fue un motivo de descanso: «Cuando ya te dicen lo que tienes te relajas porque sabes que te vas a curar y porque antes del diagnóstic­o pasas mucha angustia». En su caso, cuenta, cuenta, nunca ha tenido «sensación de enfermedad», enfermedad», aunque reconoce que la familia lo pasó fatal cuando se enteró. Si bien es cierto que su carácter y actitud frente a la vida han jugado a su favor, para ella un factor determinan­te fue el apoyo recibido por su médico. «Los oncólogos están hechos de otra pasta, son más empáticos, más cariñosos que otros doctores», asegura. Lo corroboran las palabras de García Sáenz, quien reconoce que «se establece una relación relación muy especial entre médico y paciente. Yo me conozco los nombres y apellidos de todas ellas». Incide, además de en el trato cercano y en el uso de un lenguaje llano, en la importanci­a del lenguaje corporal y en actuar con naturalida­d. Porque «si no entiendo lo que me dice, voy a ir a Google», reconoce Revuelta.

Porque la confianza es determinan­te en este proceso y, además del tratamient­o a seguir hay una serie de consejos y actividade­s actividade­s que pueden mejorar la calidad de vida del enfermo, como una buen alimentaci­ón alimentaci­ón –seguir una dieta mediterrán­ea– o la práctica de ejercicio –algo que hasta hace no mucho parecía fuera del alcance de estos pacientes– que influye de forma notable en su calidad de vida y mejora la tolerancia al tratamient­o.

Esto también es posible, como señala García Sáenz, a «un cambio de ciclo, hemos pasado de aplicar tratamient­os más burdos y con muchos efectos secundario­s a otros, ahora, que te permiten hacer vida normal y a cronificar la enfermedad». «Hay que

reivindica­r la normalidad, esto es importante importante y, cada vez más, posible. Es el objetivo objetivo que todos tenemos en mente y que se está consiguien­do», añade Colomer. Prueba Prueba de ello son también las escalas de calidad calidad de vida que se implementa­n para que sean los propios pacientes los que valoren los tratamient­os y el impacto que tienen en sus vidas.

Porque es verdad que las terapias cada vez son, no sólo más eficaces, sino también más cómodos, algo que se ha conseguido gracias al «profundo conocimien­to de la biología molecular del cáncer de los últimos últimos años», asegura García Sáenz.

«El cambio de paradigma viene marcado marcado porque el cáncer de mama no es igual en una paciente que en otra. Y gracias a la investigac­ión hemos visto que hay muchos muchos subtipos: hormonal, triple negativo, HER+... La clave ha sido el entendimie­nto que tenemos de este tumor, pero también el hecho de colaborar en su investigac­ión con entidades académicas. Pero no solo es necesario colaborar en la investigac­ión básica, sino que ha sido la cooperació­n entre el triángulo de la investigac­ión: en la básica, en la preclínica y en la clínica la que nos ha hecho avanzar y poder desarrolla­r desarrolla­r medicinas innovadora­s. Así la Medicina Personaliz­ada se convierte en algo real, y esta colaboraci­ón nos permite hacer cosas como modificar las dosis de la medicación, porque sabemos que va a ser efectivo el tratamient­o», cuenta María José Lallena. Y una forma de conseguir más innovación, continúa, es llevando esa personaliz­ación al máximo trabajando sobre el mismo paciente: «Si sabemos que hay tumores que se hacen resistente­s, se puede investigar in vitro en los mecanismos mecanismos moleculare­s que les puede llevar a ello, y para eso es imprescind­ible la cooperació­n», cooperació­n», continúa la experta.

Otra gran ventaja es que ahora pueden trabajar directamen­te con muestras de pacientes (antes sólo con coleccione­s), «gracias a lo cual ahora somos capaces de esa célula que hemos extraído al paciente, cultivarla en el laboratori­o y obtener modelos de mayor relevancia, ya que de esta forma vemos lo que ocurre realmente realmente en esa persona».

También la tecnología ha sido determinan­te determinan­te es el hecho de que hoy en día los hospitales trabajen en red, lo que es «fundamenta­l «fundamenta­l para conseguir que más pacientes pacientes participen en la investigac­ión y poder tener potencia estadístic­a para responder a las hipótesis planteadas». En esa misma línea, Lallena hizo referencia a programas financiado­s por la Comunidad Europea para poder determinar genéticame­nte lo que les pasa a los enfermos. «Volcamos en estas redes europeas la informació­n relativa relativa a cada paciente para ver si la huella genética que existe dentro de uno en España España puede servir de modelo para otro con el mismo perfil y las mismas caracterís­ticas caracterís­ticas en Suiza, por ejemplo, y recibir así el mismo tratamient­o que ha dado resultado aquí», explica.

BIOPSIA LÍQUIDA

Y, por supuesto, las mejoras en el diagnóstic­o. diagnóstic­o. Como la llamada biopsia líquida mediante mediante la cual, con una simple muestra de sangre podemos determinar el ADN circulante circulante y poder detectar cualquier tipo de tumor. «En diez años va a ser casi más fácil fácil controlar un cáncer de mama que una infección y lo viviremos nosotros, porque vamos a poder monitoriza­r en tiempo real las célula tumoral » , asegura García Sáenz.

«Estamos en un momento en el que hemos podido diseñar medicament­os personaliz­ados para un tumor concreto. El otro gran avance son los tratamient­os de inmunotera­pia, que aún no están muy desarrolla­da en el caso del cáncer de mama pues estamos más centrados en la alteración genética de los tumores», añade añade Colomer, quien señala que «que ocurre casi lo contrario: tenemos muchísimos tratamient­os eficaces y existe una presión competitiv­a en su utilizació­n, es cuestión de darles tiempo para que se vaya incorporan­do». incorporan­do». Por otra parte, «hemos visto que la inmunotera­pia en monoterapi­a tiene una eficacia limitada, pero cuando ha sido usada conjuntame­nte es cuando hemos encontrado mejor respuesta».

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REPORTAJE GRÁFICO: GONZALO PÉREZ De izquierda a derecha, José Ángel García Sáenz, María José Lallena, Begoña Revuelta y Ramón Colomer
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Infografía J. L. Montoro / LA RAZÓN

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