La Razón (Madrid) - A Tu Salud
Fracturas vertebrales y osteoporosis
LaLa osteoporosis es una enfermedad sistémica, frecuente en el sexo femenino y se caracteriza por una pérdida mineral ósea progresiva, originando cambios en la arquitectura ósea que dejan el hueso vulnerable a una fractura después de un trauma mínimo o sin él. La osteoporosis postmenopausia (tipo I) y la osteoporosis relacionada con la edad (tipo II) son las formas más frecuentes de pérdida mineral ósea observadas en la práctica clínica. La columna vertebral es el sitio más común de fractura osteoporótica y las fracturas de compresión vertebral aparecen en el 25% de las mujeres entre 70 y 79 años y en más del 50% de las mujeres con edades de 80 años o superiores. La fractura de compresión vertebral osteoporótica (FCVO) es la complicación más común relacionada con la osteoporosis.
Es la fractura más frecuente y puede aparecer sin traumatismo o con un traumatismo mínimo. Al año se diagnostican diagnostican en la UE 438.750 casos unos 1.117 por cada 100.000 personas y la prevalencia aumenta con los años.
El coste económico es muy alto. La estancia hospitalaria media es de 10 a 30 días con una discapacidad de 95 días. ¿Cuál es la causa de las FV (fracturas vertebrales) ? El centro de gravedad de las personas se desplaza hacia delante, se crea una flexión importante y además aumenta el riesgo de fracturas adicionales en otras vértebras. Clínicamente hay una reducción de la velocidad de la marcha, alteración del equilibrio, mayor fatiga muscular y
mayor riesgo de caídas y fracturas adicionales (cinco veces más). Pero lo más importante es el intenso dolor local con deformidad de la columna. Respecto al tratamiento, han existido múltiples, desde la inmovilización total con reposo y lecho de escayola, luego corsés rígidos y recientemente la inyección o cementación del cuerpo vertebral de forma percutánea. El cemento, preparado en quirófano, más usado ha sido el polimetilmetacrilato (PMMA). El paciente estaba sedado o anestesiado y con control de Rayos X se inyectaba el cemento a través de los pedículos de la vértebra fracturada. Éste, tenía una consistencia parecida al yogur y fraguaba a los pocos minutos de la inyección adoptando una rigidez o dureza que evitaba el dolor por el calor producido al fraguar y para recuperar el paciente la altura de la vértebra.
Se inyectaba directamente (vertebroplastia) o en unas cavidades creadas con un balón pequeño de 1-2 cm. que se inflaba dentro de la vértebra y después de hacer hueco se retiraba y se introducía el PMMA (cifoplastia) o bien se introducen stents metálicos que se rellenaban. Pero estos tratamientos tienen algunas dificultades. La primera, que se crea una reacción exotérmica durante la polimerización que puede producir un daño neurológico. También, no se absorbe por las trabéculas óseas y su estructura es más rígida que el hueso y aumenta la presión sobre las vértebras adyacentes y, por tanto, el riesgo de fractura.
Hace pocos años comenzamos a usar una nueva sustancia, el VK100, que es una especie de silicona, mucho menos rígida que el PMMA y que se usa de la misma forma, pero con menos complicaciones y muy buenos resultados.
En los más de 100 casos operados hasta ahora, los resultados han sido excelentes. La intervención se realiza con anestesia general, dura unos 20 minutos, el paciente es dado de alta a las 24-48 horas y puede incorporarse a la vida normal y/o laboral en 3-4 semanas. Sólo necesita una faja blanda durante 4 semanas, evitando los corsés rígidos, el reposo y los analgésicos.