La Razón (Madrid) - A Tu Salud
No hay transmisión de madre a hijo
EnEn esta grave situación por la que atravesamos, está la buena noticia de que, por fin, se ha demostrado científicamente que la transmisión vertical no se produce con la infección del nuevo coronavirus SARS-COV2, que causa la enfermedad Covid-19. El segundo de los estudios llevados a cabo por investigadores chinos y publicado en «Frontiers in Pediatrics», concluye que no hay transmisión materno-fetal, cuando la embarazada está infectada por este agente patógeno. El profesor de Pediatría de la Universidad de Huazhong, Yalan Liu, es el coordinador de este trabajo que era esperado con expectación tanto en occidente como en Asia. Las conclusiones, con cuatro jóvenes infectadas, no deja lugar a dudas. Sus hijos nacieron en hospital Unión de Wuhan, en el epicentro de la pandemia. Tres de los cuatro dieron negativo en la prueba de infección respiratoria, aunque lógicamente fueron aislados al principio en Unidades de Intensivos
«Científicos de todo el mundo estudian 30 fármacos y cuatro posibles vacunas»
para recién nacidos. Madres e hijos están desde entonces perfectamente. Recordemos que, en un estudio anterior con nueve embarazadas, también infectadas por este agente patógeno, los investigadores tampoco encontraron evidencias de que la infección viral pueda transmitirse a los niños. En los nueve partos se realizó cesárea porque, como explica el profesor Liu, para evitar infecciones causadas por la transmisión perinatal y postnatal, la cesárea puede ser más segura. La otra buena noticia que hemos conocido estos días es que varios los grupos de investigadores en todo el mundo trabajan sin descanso para testar 30 fármacos conocidos para otras patologías y cuatro candidatos a vacunas para combatir a este coronavirus. Los más veteranos recordarán cómo, al inicio de los 80, EE UU consiguió el primer medicamento para el VIH que causa el sida: el AZT ó zidovudina, aún en uso. Estaba en un armario refrigerado de los INH, en Bethesda, tras ser sintetizado del esperma de ballena. Es una bonita historia que conoce muy bien Luis Valenciano, uno de nuestros mayores virólogos.