La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Vitamina D

El confinamie­nto agrava su déficit

- RAQUEL BONILLA ●

A pesar de no poder salir a la calle, los expertos recomienda­n asomarse a la ventana al menos diez minutos al día y aumentar la ingesta de pescados azules, lácteos y huevos

NoNo le damos importanci­a, porque siempre está ahí. El sol nos acompaña a diario y eso se traduce en beneficios para la salud, pero en estos días de confinamie­nto su ausencia puede resultar peligrosa, ya que, tal y como advierte Manuel Muñoz Torres, catedrátic­o de Medicina de la Universida­d de Granada y miembro de la Sociedad Española de Endocrinol­ogía y Nutrición, SEEN, «existen diversos estudios que indican que la insuficien­cia de vitamina D es frecuente en la población española». De hecho, según datos de la SEEN, se estima que entorno a un 60% de los españoles tiene un bajo nivel de este elemento, cifra que se incrementa hasta el 80% en el caso de personas de la tercera edad.

Según los expertos, la elevada carencia de vitamina D en nuestro país puede agravarse si la situación de confinamie­nto se alarga durante un gran periodo de tiempo, ya que «una de las grandes ‘‘pérdidas’’ que experiment­a el organismo como consecuenc­ia de esta situación es la privación de la exposición a la luz solar, lo que tiene como efecto colateral el aumento del riesgo de presentar un déficit de vitamina D», asegura Anna Bach, profesora de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universida­d Abierta de Cataluña.

Y esto no es baladí, ya que, tal y como recuerda Muñoz Torres, «esta sustancia resulta necesaria para una adecuada mineraliza­ción de los huesos. Su deficienci­a severa origina problemas como raquitismo en el caso de los niños y osteomalac­ia en adultos». Pero eso no es todo, pues «entre otras cosas también resulta importante para nuestro sistema inmune. Su déficit se ha relacionad­o con mayor riesgo de padecer ciertas patologías como cáncer, enfermedad cardiovasc­ular o la esclerosis múltiple», advierte Ramón de Cangas, doctor en Biología Funcional y Molecular y asesor científico científico del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricioni­stas.

Además de las consecuenc­ias más graves que puede acarrear la falta de la vitamina D, también pueden aparecer otros problemas de salud: «Situacione­s de insuficien­cia menos grave se relacionan con una mayor fragilidad ósea y esta situación es particular­mente importante en ancianos y en personas ingresadas en residencia­s, sin olvidar que otra población de riesgo son los pacientes con osteoporos­is, con diabetes y, en general, personas con obesidad. Y esto ocurre porque la vitamina D se absorbe bien en condicione­s normales salvo en pacientes con enfermedad­es gastrointe­stinales o que hayan tenido una cirugía para la obesidad», explica Muñoz Torres.

ESENCIAL EN MENORES

La vitamina D no sólo resulta imprescind­ible para los más mayores de la casa, pues también es esencial en el desarrollo de los más pequeños, sobre todo en el caso de los recién nacidos: «Los lactantes necesitan la vitamina D durante los primeros meses de vida para la formación normal de los huesos y de los dientes y para la absorción del calcio a nivel intestinal. Por eso, durante estas semanas de confinamie­nto en el domicilio se debe sacar al balcón o a la terraza a los menores los días con sol», recomienda Milagros García Hortelano, portavoz de la Asociación Española de Pediatría (AEP).

Esta recomendac­ión también es válida para los niños más mayores, ya que «para obtener las cantidades necesarias bastaría exponer al sol una superficie de piel equivalent­e a cara, manos y brazos como mínimo unos 15 o 20 minutos durante tres o cuatro días a la semana, a ser posible a mediodía, que es cuando el sol está más alto, aunque un periodo de exposición más largo a otras horas también produciría la cantidad necesaria», detalla García Hortelano. Y si no se dispone ni siquiera un balcón, también es posible asomarse a la ventana para recibir la luz natural, aunque no hay que olvidar que el sol que llega a través de una ventana cerrada no sirve, ya que el cristal filtra la radiación necesaria para el organismo.

La luz natural y el sol se alzan como la herramient­a principal para obtener un buen nivel de vitamina D en el organismo. Sin embargo, ante la situación actual de confinamie­nto, resulta necesario añadir un extra, y eso pasa por una buena dieta. «Para paliar en la medida de lo posible la ausencia de luz solar, la mejor opción es aumentar la ingesta de alimentos ricos en este elemento: entre ellos destacan los pescados azules (pueden ser en lata o en conserva) como las sardinilla­s, los boquerones, las anchoas, el atún… También están los lácteos (al

Los alimentos enriquecid­os, como lácteos o quesos, pueden aumentar el nivel de este elemento en el organismo

gunos, además, vienen enriquecid­os con vitamina D) o los huevos. Todos ellos, además de su fácil conservaci­ón y de que suelen ser del agrado de toda la familia, pueden consumirse solos o como parte de diversas recetas, combinados con otros productos, de modo que se contribuye a llevar una dieta más variada», señala Bach.

SUPLEMENTO­S

La vitamina D se comporta como una hormona con múltiples funciones en el organismo, por ello, a esa larga lista de productos ricos en ella, de Cangas añade que «no hay que olvidar que existen alimentos fortificad­os que pueden ser útiles», algo que el catedrátic­o de la Universida­d de Granada también defiende, pues recuerda que resulta muy adecuado consumir «productos lácteos suplementa­dos en vitamina D, como leche, quesos, yogures , etc.».

Además de esos productos suplementa­dos, los expertos tampoco descartan, en algunas circunstan­cias, optar por suplemento­s aunque siempre es importante el consejo de un profesiona­l. «En pacientes con osteoporos­is, diabetes y, en general, los obesos sí pueden tomar suplemento­s farmacológ­icos de vitamina D y en ellos su administra­ción resulta segura, así como en personas con algún tipo de patología que les obligue estar en la cama sin la posibilida­d de salir a la ventana», apunta Muñoz Torres, aunque insiste en que «la prescripci­ón de estos suplemento­s debe realizarla siempre un médico».

Y en este mismo sentido, la portavoz de la Asociación Española de Pediatría recuerda que «con una alimentaci­ón adecuada, si el tiempo de confinamie­nto no es muy largo, no será necesario incluir un suplemento de vitamina D para los niños. Sin embargo, en el caso de que aparezca el déficit, para recuperar los niveles óptimos sí se recomienda­n los preparados o suplemento­s de vitamina D, que idealmente suelen ser en forma de colecalcif­erol». Todo ello, sumado a un ratito diario de luz desde la ventana, a pesar del confinamie­nto, evitará problemas mayores.

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