La Razón (Madrid) - A Tu Salud
«La comida real reduce el riesgo de depresión»
-¿Se puede combatir la depresión y la ansiedad a través de la dieta? -Es un contribuyente importante del estilo de vida que tenemos. De hecho, existe evidencia observacional de cómo las dietas ricas en ultraprocesados se asocian a un mayor riesgo de depresión y trastornos alimentarios, mientras que las de alta calidad basada en comida real lo hacen con un menor riesgo. Por otro lado, la obesidad también se relaciona bidireccionalmente con la depresión. Respecto al tratamiento, existe evidencia de que una intervención dietética puede mejorar los síntomas depresivos y la ansiedad. -¿Qué no debe faltar en el menú? -La alta ingesta de pescados azules (ricos en omega 3), frutas, verduras (ricas en fibra y compuestos bioactivos) y fuentes proteicas de calidad (proteínas, ácidos grasos y biocompuestos) no deberían faltar. Por supuesto, esto siempre acompañado de la terapia psicológica pertinente y de la mejora de otros hábitos.
-¿Cómo influye la serotonina en el estado de ánimo y en el apetito?
-Existen varios neurotransmisores involucrados en el comportamiento alimentario como son la propia serotonina y otros como la dopamina, opioides, GABA, etc. En particular, la serotonina tiene un efecto inhibitorio sobre el comportamiento alimentario. Se ha propuesto que la actividad serotoninérgica adecuada favorece la saciedad tras las comidas.
-¿Si notamos sensación de necesitar dulce al caer la tarde significa que estamos en niveles bajos de serotonina?
-Los «antojos» por lo dulce pueden ser debido a múltiples causas. El estrés puede incrementar la ingesta calórica en un 35-70% a través de esos deseos que casi siempre se acaban traduciéndose en una o varias ingestas a lo largo del día. La ganancia de peso y la obesidad posiblemente empeoren el problema.
-¿Además de la dieta ayuda la respiración abdominal o diafragmática que favorece la secreción de hormonas como la serotonina y las endorfinas?
-Existen estudios en los que se observa que las prácticas de respiración ejercen efectos interesantes sobre el control emocional y del estrés a través de distintos mecanismos. Una «dosis» interesante podría estar en los 15 minutos diarios.