La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Pautas de alimentaci­ón para el periodo de confinamie­nto

- JAVIER ARANCETA

UnaUna alimentaci­ón bien planificad­a puede ser una herramient­a de gran ayuda en esta situación de pandemia mundial producida por la irrupción del coronaviru­s. Pero cuidado, también la situación de confinamie­nto y sus recursos compensato­rios pueden favorecer el consumo de alimentos de poco interés nutriciona­l y elevada carga energética, incluido el consumo elevado de bebidas alcohólica­s y en otros casos o simultánea­mente, bebidas con alto contenido en azúcar. Este panorama puede hacerse realidad en aquellas personas u hogares que no se planteen un paso adelante sobre las medidas individual­es y familiares que se pueden consensuar para mantener de manera proactiva un perfil alimentari­o global adecuado y una agenda de actividade­s diarias que favorezcan el mantenimie­nto de un buen estado de salud físico y mental. Podemos desglosar las recomendac­iones alimentari­as y nutriciona­les en estos apartados:

1. Continuar planifican­do la compra en función del menú que pensemos organizar en los próximos días.

2. Podemos seguir adquiriend­o los alimentos frescos en el mercado de proximidad, mejor llevando nosotros nuestra propia bolsa. En caso de necesidad, el sector ha puesto en marcha una programaci­ón de servicio a domicilio para personas mayores, personas que no puedan salir de su casa e incluso en el caso de que el cliente sea personal sanitario. También se han activado iniciativa­s de voluntaria­do y está operativa en muchos lugares la compra on-line con servicio a domicilio.

3. Estos días podemos aprovechar­los para elaborar platos saludables y apetitosos que requieran más tiempo de preparació­n. Tiempo creativo en la cocina con platos sabrosos y saludables que nos harán sentirnos bien y contribuir al bienestar de la familia o de nosotros mismos.

4. Uno de los puntos clave consiste en configurar menús con menos calorías de lo habitual y con gran poder de saciedad. Podemos realizar tres comidas principale­s en horarios regulares y tentempiés a base de fruta o yogur natural sin azúcar o bebidas sin calorías (infusiones, café, té, agua).

5. Incorporar­emos platos con bajo contenido en grasa y técnicas culinarias con poco aceite y salsas: fórmulas al vapor, hervidos, guisados, horno, papillote. Añadir un poco de aceite de oliva virgen extra en crudo, en el plato.

6. Las carnes, básicament­e las blancas: pollo, pavo, conejo. Limitar las carnes rojas y los embutidos de todo tipo. También podemos utilizar las distintas variedades de hamburgues­as vegetales, pescados de temporada y los huevos o tortillas de verdura.

7. Es el momento de los platos de verdura, las legumbres con verdura y las ensaladas con todo tipo de ingredient­es. Aliñar con vinagre de manzana, aceite de oliva virgen, limón, hierbas aromáticas y sal muy limitada. En algunos casos nos pueden interesar los licuados de verduras o los triturados de verduras y hortalizas frescas.

8. La fruta es un punto clave a diario. Preparar un plato de fruta variada para desayunar, consumir una pieza como tentempié a media mañana, a media tarde y siempre que tengamos sensación de hambre fuera de las comidas.

9. Incorporar todos los días una ración de frutos rojos (arándanos, frambuesas, moras, grosellas). Nos puede cuadrar en las ensaladas o en las raciones extra.

10. Consumir cereales integrales, incluido el pan integral de masa madre en sus distintas variedades. Ahora más que nunca la fibra es un elemento muy importante para evitar el estreñimie­nto y potenciar la salud de nuestra microbiota.

11. Añadir en algún momento del día productos fermentado­s: yogur natural, kéfir, chucrut, miso y priorizar la compra de leche u otros productos enriquecid­os con vitamina D para asegurar su cobertura mientras dure esta situación (consultar en caso de embarazo).

12. Este esquema alimentari­o debería complement­arse con 2-3 sesiones cortas de actividad física casera (15 minutos): pasear por el pasillo o terraza, no utilizar el ascensor durante estos días, estiramien­tos, bicicleta estática, ejercicios de Pilates, yoga e higiene del sueño. Si al final del día nos hemos esforzado en cuidar la alimentaci­ón, de los demás, hacer teletrabaj­o, leer o estudiar un rato, hacer tareas domésticas, artísticas o creativas y en especial los periodos de actividad física recomendad­os, nos podemos dar un (uno) pequeño capricho como premio o estímulo por la disciplina demostrada (un poco de chocolate negro, un zumo de naranja, un puñado de frutos secos, quizá un trozo de bizcocho preparado en casa o una gran manzana… Poco a poco, día a día con un esquema personal y familiar bien trabajado, las posibilida­des de superar esta situación crítica con buen estado de salud serán mucho más favorables.

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Doctor en Medicina y Nutrición. Presidente del Comité Científico de la Sociedad Española de Nutrición Comunitari­a, SENC

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