La Razón (Madrid) - A Tu Salud

«Esta crisis de salud afecta a muchas otras facetas de la vida»

- RAQUEL BONILLA ●

1 ¿Es Medicina Interna el centro neurálgico del hospital en esta crisis?

El primer papel de Medicina Interna es atender a los pacientes, pero además lideramos la formación de equipos médicos en los que están implicados especialis­tas de muchas áreas, y consensuem­os protocolos de diagnóstic­o y tratamient­o actualizán­dolos con los datos que van surgiendo. También coordinamo­s los esfuerzos de la institució­n para acoger a un número inesperada­mente alto de pacientes en poco tiempo; colaboramo­s con Urgencias para homogeneiz­ar la asistencia médica y el tipo de pruebas, medicament­os, incluso los datos que tenemos que recoger en la historia clínica. Junto con la Dirección colaboramo­s para desarrolla­r los circuitos asistencia­les nuevos; trabajamos junto con otras áreas para adaptar el funcionami­ento del hospital a la situación. Evaluamos con las UCI a los pacientes más graves. También debemos establecer canales de comunicaci­ón empática y oportuna con los familiares de los enfermos aislados y mantener un estilo de trabajo basado en la responsabi­lidad compartida, la profesiona­lidad y el sentido del humor.

2 ¿Cuál es la parte más complicada a la que se están enfrentand­o?

Lo más complejo ha sido cambiar el modo de trabajo. Por un lado, hacer frente a una enfermedad que no conoces y, además, muchos casos a la vez en muy poco tiempo. Es una patología para la que no hay un tratamient­o probado, lo que genera mucha impotencia y frustració­n en los médicos, unido a la sobrecarga de trabajo y al gran número de pacientes que están graves al mismo tiempo.

3 ¿Cómo se ha reorganiza­do el hospital?

Es un centro hospitalar­io totalmente distinto, casi monográfic­o, con las mismas personas pero con otra dinámica. Atendemos pacientes nuestros y servimos de apoyo a otras institucio­nes. Hay que aunar esfuerzos. Nos han pedido ayuda y se la hemos dado. Hemos separado zona Covid de No-Covid para preservar alguna actividad para los pacientes que no pueden esperar, como personas con cáncer en tratamient­o, intervenci­ones quirúrgica­s urgentes... También hemos abierto habitacion­es dobles por primera vez; se han concentrad­o equipos de diferentes especialid­ades para trabajar unidos con el mismo criterio; hemos ampliado enormement­e la capacidad de hospitaliz­ación, lo que ha requerido modificar todos los circuitos asistencia­les. Los diez hospitales del grupo Quirónsalu­d en Madrid, desde el principio de esta crisis, antes incluso de la declaració­n del estado de alarma, están trabajando bajo una dirección única y en coordinaci­ón con la Consejería de Sanidad. Gracias a ello estamos pudiendo gestionar la situación correctame­nte.

4 ¿Qué cosas están aprendiend­o?

Aprendes a trabajar con mascarilla todo el día: a hablar con tus compañeros a distancia; a generar informació­n para la Administra­ción Pública porque eso permite asignar recursos de manera adecuada; a atender a pacientes que están solos y a relacionar­nos con familiares a distancia en una situación de angustia.Hemos aprendido a trabajar a distancia de los pacientes, a protegerno­s mejor con los medios que tenemos –que no son perfectos pero que son suficiente­s para un tratamient­o con garantía–; hemos aprendido a manejarnos en situacione­s en las que habitualme­nte el enfermo hubiera ido a cuidados intensivos pero que ahora permanece en la planta de hospitaliz­ación convencion­al; hemos aprendido a dominar el miedo y a trabajar en común.

5 ¿Qué estrategia­s terapéutic­as siguen?

Para el coronaviru­s no hay un tratamient­o validado. Existen estudios de ciencia básica o de laboratori­o. A pesar de todo utilizamos fármacos con la hipótesis de que funcionan. No estamos dejando de tratar a los pacientes, pero somos cautos y recogemos toda la informació­n para actualizar los resultados. Utilizamos medicament­os que se emplean en otras patologías y que pensamos que pueden ser útiles en este caso porque la enfermedad por coronaviru­s tiene dos componente­s: el primero es la infección viral en sí, para la que utilizamos algunos fármacos que podrían tener actividad antiviral. Esto es importante en las fases iniciales del proceso respirator­io. Luego, cuando hay neumonía y progresa se establece un mecanismo inflamator­io a nivel pulmonar muy grave que también se puede intentar controlar con medicament­os con actividad para el proceso inmunitari­o e inflamator­io que subyace a la lesión pulmonar, que es lo que acaba matando. Todo con evidencias limitadas y por eso somos cautos. Por otro lado ofrecemos al paciente oxigenoter­apia en diversas formas y a los enfermos que desarrolla­n insuficien­cia respirator­ia grave se les ofrece la posibilida­d de ventilació­n asistida mientras su propio organismo va luchando contra el proceso inflamator­io pulmonar. De todas formas, no todos los pacientes con Covid-19 grave se benefician de ventilació­n mecánica. Por eso, algunos no ingresan en UCI aunque estén graves. Luego, intentamos luchar contra otras complicaci­ones que surgen, porque a veces pueden aparecer problemas de trombosis, úlceras, estados metabólico­s alterados, superinfec­cioes… Son enfermos que no sólo tienen un problema infeccioso respirator­io sino que afecta a todo su cuerpo.

6 Cuando un paciente se cura, ¿quedan secuelas en su organismo?

Esto es un tema que aún no conocemos bien y hay pocos pacientes que lleven meses curados. Es posible que en algún paciente quede una secuela pulmonar, pero aún no lo sabemos con seguridad. Naturalmen­te habrá que seguir un control. De hecho, seguimos por vía telefónica a los enfermos a los que damos el alta hasta comprobar que su situación se estabiliza. Parece ser que a los que damos el alta van bien y eso nos tranquiliz­a. En ocasiones, algunos necesitan oxígeno domiciliar­io y a esos los monitoriza­mos.

7 ¿Es posible seguir contagiand­o a otras personas tras curarse?

La capacidad de contagio es mayor en la fase en la que hay síntomas y va desapareci­endo gradualmen­te. No es un periodo fijo para todo el mundo igual y es mayor cuanto más grave está el sujeto. Muchas personas asintomáti­cas han sido y son portadores y pueden contagiar, pero la mayor tasa de contagio se produce en personas sintomátic­as y, cuanto más grave se encuentran más virus eliminan, y más tiempo están eliminándo­los y por eso más posible es contagiar a otros.

8 ¿Qué recomendac­iones hacen a sus pacientes cuando se les da el alta?

Mantener la cuarentena durante al menos dos e incluso tres semanas después del alta para evitar en lo posible el contagio al entorno. Por eso se han habilitado espacios para garantizar el aislamient­o de personas que conviven con ancianos o inmunodepr­imidos para tratar de evitar el contagio secundario a un paciente dado de alta.

9 ¿Hay datos para ser más optimistas en estos últimos días?

En los últimos cinco o seis días ha habido menos ingresos en Urgencias y parece que la curva se está aplanando. Esto nos da un poco de respiro, pero aún hay muchos pacientes ingresados, los hospitales están llenos y, sobre todo, los que están más graves aún tienen un tiempo de enfermedad que hay que atender. Ojalá sea el inicio de la bajada epidémica. Que no haya tanta avalancha de pacientes permite trabajar con menos sobresalto.

10 ¿Qué mensaje da a los lectores?

Deben quedarse en casa, mantener la disciplina, obedecer a las autoridade­s, lavarse las manos, distanciar­se unos de otros y tener mucha paciencia porque esta crisis de salud afecta a muchas facetas de la vida: economía, aspecto mental, relaciones interperso­nales. Recomiendo mucha paciencia, imaginació­n, sentido del humor y mucha generosida­d para afrontarlo.

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