La Razón (Madrid) - A Tu Salud
«La principal consulta en urgencias pediátricas es el miedo del padre»
HaHa publicado «El gran libro de Lucía, mi pediatra» (Planeta) tras otros cinco previos, ¿porqué deberíamos leernos este? -Porque es completamente diferente a los demás. Realmente lleva el sello de Lucía, mi pediatra; mi sello emocional inseparable de mí y de mi manera de escribir. Después del vaciado tan intenso que hice con la trilogía, donde había una parte de pediatra, otra muy buena parte de ex mujer, madre y compañera; después de contar todo lo que a mí nadie me había contado antes de ser madre, pues tenía la necesidad de dar un giro. La sensación en la consulta es que los padres, cuanta más información tienen, más desinformados vienen. Tenía claro que iba a ser un gran libro que recoja las enfermedades y los problemas más habituales con los que nos encontramos cuando somos padres. Qué tiene mi hijo, cómo puedo ayudarle, qué tengo que vigilar y cuándo debo acudir a urgencias. Cuatro temas claves de preguntas que nos hacemos los padres.
-Entonces, si tenemos el libro, ¿para qué vamos a ir al pediatra?
-Pues porque de las enfermedades de las que hablo ahí, todas ellas pueden llegar a complicarse. Para mí es muy importante decirle a los padres qué tiene su hijo, igual de importante que decirle qué tiene que vigilar. Desgraciadamente no todo se cura en casa. El objetivo de este libro es que los padres no tengan la necesidad de salir a urgencias cada vez que su hijo está enfermo, porque el principal motivo de consulta en la puerta de urgencias, no es la fiebre fiebre ni los vómitos, es el miedo que tiene el padre a que su hijo tenga una enfermedad grave. Con este libro pretendo quitar miedos, eliminar bulos y aportar conocimiento y serenidad a la crianza.
-¿Por qué incluyó un capítulo sobre cáncer infantil?
-Porque en la Pediatría no todos son mocos y cacas. Yo tuve una compañera que decía que en la Pediatría era pijada, pijada, pijada, hostia. Que tenías que estar siempre alerta para cuando te viniese el hostión, porque siempre venía. Y a los padres el cáncer es algo que siempre le ronda la cabeza. Les preocupa este tema; cuando los ven muy pálidos se preocupan, cuando les notan un ganglio en el cuello... el cáncer vuelve a salir a la palestra. Entonces son temas que hay que abordar. Nada mejor que tener el conocimiento. Cuando se lo explicas, el padre ya sabe a qué atenerse. Ya se ha puesto en la peor de las circunstancias. Yo no soy de las pediatras de no, esto no es nada, tranquilo...
-¿Hasta qué edad entra un padre a ver si sus hijos todavía respiran al dormir?
-La muerte súbita infantil es uno de los acontecimientos más devastadores por los que puede pasar un ser humano. Yo sigo entrando en la habitación de mis hijos cuando están dormidos para darles un beso y me quedo un ratito hasta que les oigo respirar. Todos compartimos los mismos miedos, tengamos la profesión que tengamos. Los pediatras no vivimos sin miedo.
-¿Qué les decimos a los padres sobre el coronavirus y los niños?
- A día de hoy los niños se infectan poco o muy poco. Los coronavirus son viejos conocidos de la población infantil, se cree que eso les ha protegido. Hasta la fecha sabemos que no son los grandes transmisores que se pensaba. Vamos a ver qué pasa ahora que los niños ya están en la calle. Si hubiese habido alguna enfermedad grave, ya hubiese salido. Esto es lo que me dice mi sentido común.