La Razón (Madrid) - A Tu Salud
Hasta que llegue la protección
EstamosEstamos viviendo una situación de urgencia pandémica en la que todas las esperanzas están puestas en encontrar una vacuna frente al Covid-19. Pensamos que la vacuna es la única solución para recuperar la vida anterior. Y seguramente así es. Pero también debemos comprometernos con soluciones presentes, teniendo en cuenta que la OMS tiene reconocidas vacunas para sólo 26 enfermedades.
Existe una verdadera competición, se están desarrollando simultáneamente casi 20 estudios de vacunas ya en fase de ensayo clínico en el mundo. La previsión que ofrecen los expertos es que llegará una primera generación de vacuna de limitada eficacia, y después la vacuna definitiva. Al mismo tiempo, antes de obtener una vacuna, se están mejorando los tratamientos disponibles para el manejo de la enfermedad. Pero mientras llega la deseada vacuna y la totalidad de la población tenga acceso a ella, incluso después de esto, vamos a tener que seguir con las nuevas rutinas y hábitos. La mascarilla, el lavado de manos, la desinfección de espacios y el distanciamiento social han venido para quedarse. En este nuevo periodo la responsabilidad y el compromiso individual es de vital importancia. Deberemos seguir estas normas más allá de que las autoridades sanitarias las impongan con mayor o menor contundencia, de lo contrario daremos pasos atrás en la curva de contagio y serán inevitables medidas más contundentes, como las que hemos vivido de confinamiento. Con los nuevos brotes estamos viendo, de forma preocupante, que podemos volver atrás. Hemos aprendido durísimas lecciones en estos meses de pandemia. Hemos vivido situaciones límite. Ahora es momento de ser más conscientes aún de lo que nos seguimos jugando. No hay riesgo cero. El éxito dependerá de nuestro aprendizaje para protegernos con prácticas higiénicas y convivir con el coronavirus. No podemos bajar la guardia. Ni siquiera, aunque el sistema sanitario esté ya mucho más preparado, ni aunque la medicina sepa mucho más cómo enfrentarse al virus.
No es cuestión de tener miedo. Es cuestión de ser pacientes, responsables y comprometerse firmemente con nuestra propia salud y la de los demás hasta que llegue la vacuna.