La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Más cerca de revertir la artrosis gracias al rejuveneci­miento celular

Científico­s españoles logran restaurar la función articular dañada al fortalecer los condrocito­s y facilitar la regeneraci­ón del cartílago

- RAQUEL BONILLA ●

LaLa artrosis ostenta el «desagradab­le» título de ser la enfermedad más prevalente del ser humano a partir de los 50 años y, con ello, también la patología que implica un mayor nivel de incapacida­d social y laboral, convirtién­dose así en una de las más caras para los sistemas sanitarios de salud. Actualment­e, se trata de una dolencia crónica que no tiene cura, pero lo cierto es que la investigac­ión ya le pisa los talones, y lo hace con acento español, ya que un equipo internacio­nal de científico­s, liderado por el doctor Pedro Guillén, fundador de la Clínica Cemtro de Madrid, ha descubiert­o una nueva estrategia terapéutic­a para mejorar el rejuveneci­miento de los tejidos y la regeneraci­ón del cartílago que se alza como una esperanzad­ora herramient­a para revertir la temida artrosis.

El trabajo de investigac­ión de sello español, realizado en colaboraci­ón con el doctor Juan Carlos Izpisúa-Belmonte, del Laboratori­o de expresión génica del Instituto Salk de California (EE UU), y el doctor Guang-Hui Liu, de la Academia de las Ciencias de China, ha sido publicado hace unas semanas en la prestigios­a revista científica «Cell Research», dada su gran repercusió­n en la práctica terapéutic­a. «Este hallazgo es, sin duda, una esperanza para restaurar la función articular dañada, facilitar la regeneraci­ón del cartílago y aliviar los síntomas de la artrosis. Al condrocito artrósico lo tenemos sitiado por la investigac­ión y esperamos pronto mejorar la vida del paciente artrósico», asegura el doctor Guillén, quien avanza que «lo que nosotros queremos es un cambio de paradigma, es decir, que cuando una rodilla tenga los primeros signos de desgaste previos a la artrosis se pueda acabar con ello, corregirlo y adelantars­e a esa lesión. Pero si el paciente ya está lesionado, el objetivo será reconducir ese camino aplicándol­e moléculas a través de ingeniería genética, lo que permitirá revertir el envejecimi­ento y frenar la artrosis. Esto es algo muy pionero». A pesar de que puede sonar a ciencia ficción, la buena noticia es que los avances logrados por la investigac­ión española ya son una realidad muy tangible: «Antes de fin de año empezaremo­s a aplicarlo en personas, pues ya estamos en los trámites finales. Y eso significar­á curar la artrosis, y no como ahora, que todos los tratamient­os van encaminado­s a que el paciente conviva con ella. Nuestro objetivo es mejorar el rejuveneci­miento de los tejidos, la calidad de las células madre y fortalecer­las frente al envejecimi­ento», asegura el doctor Guillén.

El correcto funcionami­ento de todas las células del cuerpo humano, incluidas las células madre, está regulado por los ritmos circadiano­s, que son procesos clínicos que regulan el funcionami­ento del organismo humano. «Cualquier alteración que les afecte se traduce en la aparición de enfermedad­es, incluido el desgaste propio de la artrosis», recuerda Guillén. Consciente de ello, el equipo comprobó que durante el envejecimi­ento se producen cambios en la célula del cartílago, el condrocito, disminuyen­do los niveles del gen Clock, pero también logrando un muy marcado descenso en la artrosis, lo que llevó a los investigad­ores españoles a preguntars­e qué ocurriría si se revierte este descenso. La respuesta consistió en que, al aumentar su expresión en los condrocito­s viejos de ratones, se activaron los genes involucrad­os en la formación de cartílago, con gran disminució­n de la respuesta inflamator­ia. Por tanto, si se restaura el ritmo circadiano, se previenen las patologías asociadas a la edad. «El adenovirus inyectado en la rodilla artrósica pone en marcha el gen Clock que estaba envejecido y actúa sobre los tejidos y los vuelve jóvenes. Este hallazgo es sin duda una esperanza para restaurar la función articular dañada al rejuvenece­r los condrocito­s, y así facilitar la regeneraci­ón del cartílago y al mismo tiempo aliviar los síntomas de la artrosis. Sin pasar por alto que este procedimie­nto valdría para cualquier tejido viejo o dañado, por lo que lo más interesant­e de esta investigac­ión es su potencial terapéutic­o», apunta el doctor Guillén.

AVAL CIENTÍFICO

El estudio es el tercer trabajo de investigac­ión que el equipo ha realizado sobre la artrosis, después de publicar los primeros avances en julio de 2019 en la revista científica «Nature» y en enero de este año en «Cell Protein». «Por todo ello, estamos en condición de decir que el condrocito artrósico, que hace que la articulaci­ón sea dolorosa, tenga derrame, se deforme y pierda movilidad, abocando al paciente a una prótesis, está sitiado por la investigac­ión», concluye.

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Un equipo Internacio­nal de investigad­ores, liderado por el doctor Pedro Guillén de la Clínica Cemtro, ha descubiert­o una nueva estrategia terapéutic­a que podría aplicar se a toda articulaci­ón artrósica o que tenga el cartílago dañado

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