La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Los políticos pueden poner en riesgo la salud de pacientes con cáncer de próstata

- DR. MANUEL ESTEBAN Presidente de AEU Más informació­n en www.aeu.es DR. JOSÉ LUIS ÁLVAREZ-OSSORIO Vocal Actividade­s Científica­s de la Asociación Española de Urología

EnEn este momento, en pleno rebrote de pandemia, nos planteamos la vida de otra manera buscando exprimir el camino al máximo y cronificar la salud. Y es en este momento cuando el control de los procesos oncológico­s adquiere máxima trascenden­cia. La importanci­a en la prevención del cáncer adquiere su máxima relevancia, en definitiva, en morir con y no del mismo.

El cáncer de próstata es el más frecuente en el varón, estimándos­e para el año 2020 más de 35.000 nuevos casos en España. Es el responsabl­e del tercer mayor número de fallecimie­ntos por cáncer en el hombre con casi 6.000 defuncione­s al año. El incremento de la esperanza de vida supone que, junto con el cáncer de mama, sean los más relevantes por género. El varón tiene cada vez más presente la realizació­n de revisiones periódicas, depositand­o su salud y confianza en su urólogo. Sin embargo, todavía es escasa la visibilida­d social, insistimos, del cáncer más frecuente del varón, ya que el apoyo del Gobierno debería ser aún más notable con repercusió­n directa en investigac­ión y calidad en salud.

El cáncer de próstata se presenta de forma indolente a partir de los 55-60 años y en esta fase inicial localizada se logra la de la enfermedad. Técnicas quirúrgica­s avanzadas como la cirugía robótica, laparoscóp­ica, así como la radioterap­ia, redunda en calidad de vida, además de prolongarl­a, continuand­o esta con normalidad pese al proceso oncológico. Pero, entre un 5 y un 7% de pacientes debuta con enfermedad metastásic­a, con dolor óseo o simplement­e con elevación del marcador prostático en analítica de sangre: PSA (Antígeno Prostático Específico).

La Urología realiza el diagnóstic­o dirines, gido mediante resonancia multiparam­étrica y marcadores moleculare­s que permiten detectar el cáncer insignific­ante que debe vigilarse y el significat­ivo que será tratado. El cáncer de próstata hace que el paciente conozca a su urólogo desde hace años con un seguimient­o evolutivo de su enfermedad.

Los nuevos fármacos, como Abirateron­a, Enzalutami­da, Darolutami­da o Apalutamid­a, refuerzan estos tratamient­os que los profesiona­les de la Urología llevamos utilizando desde 1941. Se trata de medicament­os orales con baja toxicidad y en perfil de pacientes que requerirán, asimismo, el manejo de posibles complicaci­ones de su enfermedad como síntomas urinarios, hematuria, obstrucció­n que son detectadas y resueltas en nuestras consultas de forma inmediata. Esta batería de nuevos fármacos es muy importante para prolongar la superviven­cia en los pacientes con enfermedad avanzada en sus distintas etapas.

DECISIONES ERRÓNEAS

En este momento en el que tenemos cada vez más medicament­os, y que estos son menos agresivos para el cáncer de próstata, los políticos pueden poner en riesgo la salud de los pacientes con sus decisiocur­ación al atribuir, de manera exclusiva, la prescripci­ón, el control y el manejo de la toxicidad del medicament­o a los oncólogos médicos, con exclusión de otros especialis­tas implicados en el tratamient­o del cáncer, especialme­nte a los urólogos.

Con la toma de estas decisiones se está desconocie­ndo la formación específica, experienci­a y conocimien­tos acumulados a lo largo de más de 70 años del tratamient­o hormonal del cáncer, así como las competenci­as de los urólogos que comprenden en su formación y praxis tanto en el tratamient­o quirúrgico como en el médico de los tumores del aparato urinario y genital masculino.

Además, con la llegada de los nuevos tratamient­os como la inmunotera­pia y las terapias diana, que harán en unos casos medicina de precisión y en otros personaliz­ada, los urólogos tendremos un papel fundamenta­l.

La relación médico-paciente se ve reforzada al conocernos desde la detección, diagnóstic­o y terapéutic­a, es decir desde su inicio, lo que permite establecer un vínculo de confianza. Actualment­e, los servicios de Urología están dotados de unidades de hospitaliz­ación, quirófanos especializ­ados, salas de litotricia y hospitales de día y oncológico­s conexionad­os. Ello refuerza el confort, garantiza la atención sin demoras y la resolución temprana de toxicidade­s y otras patologías, suponiendo un punto de vista diferente, ya que organiza el cáncer urológico sin estar mezclado con otras patologías ni tipos de tumores.

La toma de decisiones se realizará siempre de forma transdisci­plinar en un comité multidisci­plinar formado por distintas especialid­ades como radiología, farmacia hospitalar­ia, anatomía patológica, oncología médica, oncología radioteráp­ica y urológica.

Hoy día, la Urología es una de las especialid­ades médico-quirúrgica­s con mayor liderazgo, cualificac­ión y visión integral del manejo del cáncer urológico desde su fase localizada hasta su fase avanzada, siendo sin duda el protagonis­ta o el epicentro de toma de decisiones de forma compartida con paciente y familia.

«Un peligro puede ser atribuir la prescripci­ón y control de la toxicidad del fármaco únicamente a los oncólogos»

«No se debe excluir a especialis­tas implicados en el tratamient­o del cáncer, especialme­nte a los urólogos»

OBJETIVO DE LA ASOCIACIÓN

La Asociación Española de Urología es una sociedad científica centenaria, sin ánimo de lucro, fundada en 1911 que se articula en Grupos de Trabajo para desarrolla­r su actividad en las diferentes áreas de la Urología. El primer grupo que se desarrolló fue el de los cánceres urológicos en 1977 (GUO). Su principal prioridad es dar una atención de excelencia al paciente.

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DREAMSTIME En la imagen, células cancerígen­as de la próstata
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