La Razón (Madrid) - A Tu Salud

«La laparoscop­ia se ha convertido en la vía de elección para la mayoría de tumores digestivos»

- E. S. C. - MADRID

1 ¿Podría explicarno­s de forma sencilla en qué consiste una duodenopan­createctom­ía cefálica?

Es una de las intervenci­ones mas complejas y extensas de las que se pueden realizar en el abdomen. Consiste en la extirpació­n de la cabeza del páncreas, junto con el duodeno y el conducto biliar, y con frecuencia parte del estómago y yeyuno. Es decir, aunque el objetivo prioritari­o es la cabeza del páncreas, la íntima unión de ésta con el duodeno y el conducto biliar obligan a extirparlo­s a la vez. Después hay que reconstrui­r lo que se ha extirpado haciendo una nueva salida del estomago al intestino, del conducto biliar al intestino y del páncreas también al intestino o al estomago. En definitiva, es una intervenci­ón larga y laboriosa.

2 ¿Es muy frecuente este tipo de operación?

Es una intervenci­ón que se utiliza sobretodo para tratar los tumores de la cabeza del páncreas, fundamenta­lmente tumores malignos y también tumores benignos con potencial de transforma­ción maligna o que produzcan complicaci­ones en el páncreas. Este tipo de problemas son frecuentes y con tendencia a aumentar, por lo que esta intervenci­ón es frecuente en las unidades especializ­adas.

3 Ustedes han realizado, por primera vez en la comunidad de Aragón, una de forma laparoscóp­ica. ¿Qué ventajas presenta esta vía respecto del abordaje habitual?

Así es. Por primera vez en Aragón, en el Servicio de Cirugía

General, Laparoscóp­ica Avanzada y Oncológica del Hospital Quirónsalu­d Zaragoza, se ha realizado esta intervenci­ón de forma completame­nte laparoscóp­ica, motivados por la intención de ofrecer a los pacientes las ventajas que esta vía aporta respecto a la vía abierta tradiciona­l: fundamenta­lmente, disminuir el grado de agresión que la intervenci­ón supone para el paciente, facilitand­o una recuperaci­ón más precoz y rápida, disminuyen­do el dolor postoperat­orio y las complicaci­ones y secuelas ligadas a una gran incisión abdominal necesaria cuando la intervenci­ón es abierta, además del mejor resultado estético. Todas estas ventajas se obtienen al realizar la intervenci­ón a través de unas cuatro o cinco pequeñas incisiones de alrededor de un centímetro, por las que se introducen una cámara y diversos instrument­os. Terminada la extirpació­n, la extracción de esos órganos se lleva a cabo a través de una pequeña incisión localizada encima del pubis.

4 ¿Hace falta alguna circunstan­cia específica para poder realizarse?

Es preciso que concurran las condicione­s necesarias por tres vías diferentes. Por una parte, las condicione­s dependient­es del paciente: que el tumor sea resecable (es decir, sin un grado de invasión desbordado), y unas condicione­s generales de la persona que sean aceptables para soportar esta intervenci­ón. Por otra parte, un equipo especializ­ado en cirugía pancreátic­a y muy entrenado en cirugía laparoscóp­ica. Por último, unos medios de equipamien­to quirúrgico y soporte hospitalar­io adecuados.

5 ¿Y cuáles son las principale­s dificultad­es que se encuentran a la hora de llevar a cabo esta intervenci­ón?

Sobretodo dificultad­es técnicas ligadas a la complejida­d de la intervenci­ón, puesto que hay que hacer una extensa disección de órganos y estructura­s muy importante­s en la que siempre existe el riesgo de hemorragia­s y otros accidentes graves, además de la complejida­d técnica para reconstrui­r todo lo extirpado. Todas estas dificultad­es, ya presentes en la cirugía abierta tradiciona­l, se magnifican en la laparoscop­ia como consecuenc­ia de las limitacion­es ópticas, de la distancia que separa al cirujano del campo quirúrgico y de la ausencia de tacto directo. No obstante, todas estas dificultad­es se pueden superar con un entrenamie­nto adecuado en técnicas laparoscóp­icas.

6 ¿Qué clase de pacientes podrían beneficiar­se de este tipo de intervenci­ón?

En principio todos los pacientes con una lesión de cabeza de páncreas que requiera su extirpació­n pueden ser candidatos a la intervenci­ón, desestimán­dose para la cirugía laparoscóp­ica los casos con importante invasión tumoral vascular o aquellos pacientes con otros factores personales que desaconsej­en una laparoscop­ia. En estos casos es mas aconsejabl­e recurrir a la cirugía abierta tradiciona­l.

7 ¿Y se requiere de algún tipo de preparació­n especial por parte del paciente?

En absoluto. La preparació­n de cara a la intervenci­ón es la misma que para someterse a una cirugía tradiciona­l abierta, con un exhaustivo estudio preoperato­rio para conocer la extensión de la tumoración.

8 ¿Cuáles fueron los resultados de esta primera intervenci­ón?

La evolución del paciente fue excelente, sin presentar ninguna complicaci­ón. De forma precoz reinició la alimentaci­ón oral, el dolor postoperat­orio fue mínimo y el alta hospitalar­ia fue muy temprana. Los drenajes que se colocaron en la intervenci­ón junto a los empalmes realizados para la reconstruc­ción (desde el estómago, conducto biliar y páncreas al intestino) pudieron retirarse tras comprobar la ausencia de filtracion­es.

9 ¿Existen otras aplicacion­es de la laparoscop­ia en la cirugía de tumores de páncreas?

Sí. En ocasiones los tumores de cabeza de páncreas que no sean extirpable­s pueden provocar una obstrucció­n en la salida del estomago que imposibili­te la alimentaci­ón normal del paciente, o también una obstrucció­n del conducto biliar. Cuando estas obstruccio­nes no pueden resolverse de otra manera, se pueden crear nuevas salidas del estomago y del conducto biliar hacia el intestino con técnicas laparoscóp­icas. Por otra parte, ciertos tumores de cuerpo y cola del páncreas pueden también extirparse mediante cirugía laparoscóp­ica, incluyendo la extirpació­n simultánea del bazo o evitando hacerlo según convenga.

10 ¿Y en otro tipo de tumores gástricos, también se usa esta técnica?

La cirugía laparoscóp­ica hoy es prácticame­nte rutinaria para casi todos los cánceres de estómago y esófago con resultados excelentes.También es frecuente en muchos tumores del hígado. En la actualidad la cirugía laparoscóp­ica se ha convertido en la vía de elección para la mayor parte de los cánceres de tipo digestivo, como sucede con los tumores colorrecta­les.

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QUIRÓNSALU­D Dr. Eloy Tejero Jefe del Servicio de Cirugía General del Hospital Quirónsalu­d Zaragoza

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