La Razón (Madrid) - A Tu Salud
MELATONINA Y COVID-19
HaceHace algo más de 12 años empecé a colaborar en este suplemento con columnas que trataban de salud e inscribían sus parámetros en el esquema clásico de la mens sana in corpore sano. Dediqué mi primer artículo a la melatonina, esa hormona producida por la glándula pineal y reguladora, entre otras funciones, de los ritmos circadianos, que son, a su vez, el diapasón regulador de las relaciones entre los seres humanos y la luz o la oscuridad. A partir de los 40 años comienzan a disminuir gradualmente los niveles de esa hormona y conviene mantenerlos o, incluso incrementarlos mediante la ingesta de cápsulas que en estos momentos se adquieren libremente en farmacias, parafarmacias y herbolarios. Vaya por delante que su consumo no entraña riesgo alguno cualesquiera que sean las dosis ingeridas. Yo empecé a tomarla a diario en 1996 y desde entonces no he cejado en tal empeño un solo día. El efecto fue instantáneo. En 2012, tras someterme a un riguroso análisis de todas mis funciones vitales en la Clínica Neolife, especializada en antiaging, envié muestras de mi saliva al único laboratorio existente entonces capacitado para establecer la dosis de melatonina que mi organismo reclamaba y comencé a tomar 60 mg de melatonina al día. O sea: casi un miligramo por cada kilo de mi peso corporal. Viene esta apostilla a cuento de los recientes informes escrupulosamente científicos en los que se apunta a la posibilidad de que la hormona en cuestión reduzca en no escasa medida el riesgo de contraer la enfermedad que en estos momentos aflige al mundo entero o suavice, como mínimo, sus efectos. El doctor Darío Acuña, que es el mayor experto en melatonina en Europa, y no sólo él, informó hace ya meses de los ensayos de urgencia que iban a realizarse con altas dosis de melatonina inyectada para combatir el Covid-19 y recomendaba, a la espera de los resultados, incrementar las dosis por vía oral en quienes, como yo, ya la estuviéramos tomando. Tengo ahora ante mis ojos el informe clínico que recoge algunos de los numerosos estudios clínicos relativos a la protección que la melatonina brinda «frente a las infecciones virales» (sic). Seguiré informando.