La Razón (Madrid) - A Tu Salud
«Luchamos para ofrecer la mejor calidad sin que el precio se convierta en una barrera»
Los hábitos de vida, el sobrepeso, la contaminación ambiental o diversas patologías son algunos de los factores que contribuyen a que la tasa de infertilidad haya aumentado en la última década en nuestro país. Se estima que alrededor del 17% de las parejas en edad de tener hijos –aproximadamente unas 800.000– sufre este problema en España. Para tratar de paliar esta situación creciente, la Ciencia aporta su granito de arena mediante las técnicas de reproducción asistida. Un área donde la innovación resulta vital y su impacto, incomparable.
«Es un orgullo obtener este premio, que reconoce nuestro trabajo tras muchísimos años ayudando a mujeres y parejas a formar una familia. Porque la reproducción asistida es un campo de la Medicina admirable, donde prima la ilusión y la esperanza. Y creo que este reconocimiento puede ayudar también a dar voz a la infertilidad, un problema cada vez más común en nuestra sociedad y que necesita de investigación y visibilidad para seguir ayudando a quien lo necesita», asegura la doctora Enriqueta Garijo.
CONSTANCIA Y PASIÓN
En su opinión, la constancia, y especialmente la pasión por su trabajo, han hecho posible el galardón. «Creo que todos somos conscientes de lo difícil que ha sido este año. Pero lo más importante es que, a pesar de cualquier adversidad, las mujeres y parejas que luchan por su sueño han seguido adelante. Y no puedo estar más orgullosa de ello. Ver que, gracias a nuestro trabajo, se pueden formar nuevas vidas y llenar de alegría nuevas familias, sea cual sea su situación sentimental o su condición sexual. Parejas heterosexuales, parejas de mujeres homosexuales, madres solteras… No hay distinción entre ellas, porque todas tienen un objetivo común. Y esto es lo más bonito y destacable tanto de este año como de todos los anteriores: saber que más de 1.000 niños nacen cada año gracias a nuestra ayuda y a los avances de la reproducción asistida», cuenta la experta.
El objetivo de sus clínicas de fertilidad es simple: que todas las mujeres tengan su derecho a formar una familia. «Sabemos que la reproducción asistida, en muchas ocasiones, no es asequipara ble para aquellas personas que lo necesitan: ya sea porque no son aceptadas en la Seguridad Social o porque tampoco tienen suficientes recursos para acceder a los precios de los tratamientos de fertilidad de algunas clínicas privadas. Por eso, cuando decidí fundar mis clínicas, pensé en estas personas y en cómo podía ayudarles a conseguirlo. Decidimos, desde el primer momento, ajustar y reducir aquellos costes menos importantes, que no afectan al resultado de los tratamientos. Y de esta forma conseguimos ofrecer un precio más justo. Luchamos ofrecer la mejor calidad en nuestros tratamientos, sin que el precio se convierta en una barrera para acceder a la reproducción asistida. Esperamos así, que más mujeres y parejas tengan su oportunidad de tener un hijo.
Sin embargo, este año ha sido especialmente complicado y, como la propia doctora Garijo explica, se vieron obligados a cancelar todos los tratamientos de fertilidad durante los primeros meses de pandemia, dejando en pausa su actividad, al tiempo que el reloj biológico de las mujeres a quienes ayudan seguía en marcha: «Durante ese tiempo, cerramos nuestras clínicas y nos vimos en la obligación de anular todos los tratamientos, pero decidimos seguir adelante con nuevas ideas. Ofreciendo citas virtuales, a través de videoconferencias y llamadas para seguir al lado de nuestros pacientes; hablando con ellos para saber cómo se encuentran y no perder el contacto; haciendo seguimientos de su estado fértil, para poder retomar o empezar el tratamiento cuando fuera posible… También realizamos y seguimos realizando pruebas de Covid-19, para poder tener unos datos más reales de cómo ha afectado este virus a nuestra sociedad y ayudar en lo posible en esta pandemia».
Ante esta situación las visitas y citas virtuales han sido de gran ayuda para seguir ofreciendo su apoyo a las personas que lo necesitan, «aunque, en un campo como el nuestro, es necesario estar de forma presencial para poder entender y conocer los posibles problemas de fertilidad a los que se enfrentan nuestros pacientes», cuenta.
Por este motivo, la seguridad ha sido un factor clave desde el primer momento que volvieron a abrir sus clínicas. «Instauramos un protocolo Covid-19 para todas las pacientes que acuden presencialmente a la consulta, zonas de desinfección, geles hidroalcohólicos, nuevas normas y restricciones en el número de pacientes que acuden a la clínica, y un largo etc. En los laboratorios y quirófanos es donde hay menos diferencia, pues son zonas que antes de la pandemia ya estaban preparadas para ofrecer la máxima higiene y seguridad. Pero seguimos trabajando para mejorar cada vez más cualquier aspecto en este tema, haciendo de nuestras clínicas de fertilidad un espacio seguro. Todos debemos seguir adelante sea cual sea la situación, porque cada persona tiene su propia lucha. Y en un campo de la Medicina como el nuestro, donde la superación y la ilusión es lo que mueve a las personas a seguir luchando, creo que debemos dar ejemplo y seguir siempre adelante con una sonrisa», concluye.