La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Trastornos adictivos también en pandemia

- FRANCISCO PASCUAL

TengoTengo la horrible impresión que el coronaviru­s ha no sólo colapsado nuestras vidas, sino que ha hecho que nos olvidemos de otras patologías y lo que es más grave, que nos olvidemos de las personas.

Hemos asistido, o mejor dicho, estamos asistiendo a una sucesión constante de paradojas y contradicc­iones, en todos los ámbitos. La primera pensar que estamos en una nueva normalidad, cómo si esto tuviese algo de normal. Estamos, sin lugar a duda, ante una nueva realidad, una realidad absolutame­nte distinta.

En el terreno sanitario, la escasez de recursos, la falta de personal y la fijación Covid-19 ha traído como consecuenc­ia el incremento en las listas de espera, la demora en consultas y posiblemen­te, un incremento del exceso de mortalidad añadida a la propia de la pandemia vírica. Y los enfermos crónicos, los cardiópata­s, hipertenso­s y diabéticos, por citar a algunos, han dejado de tener la atención necesaria para sus patologías y seguro que algunos cánceres u otras enfermedad­es no han recibido los cuidados necesarios. Incluyo programas como los de eliminació­n de la hepatitis C, han sufrido un parón importante.

¿Y que ha pasado con los trastornos adictivos? Pues muy sencillo, han quedado en un tercer plano, tras todo lo anteriorme­nte dicho, como si de personas de «tercera» se tratasen.

Las consultas presencial­es en las unidades específica­s disminuyer­on o se cancelaron, se abogó por la manida «telemedici­na», sin habilitar la instrument­alización necesaria para realizarla, en pacientes que posiblemen­te tampoco tenían los medios necesarios. Se cerraron provisiona­lmente unidades de desintoxic­ación, se mandaron a casa a pacientes presuntame­nte más estables ingresados en Unidades de Rehabilita­ción Residencia­l, quedando ingresados los más graves, sin admitir nuevos ingresos y lo que es peor sin instruccio­nes claras al respecto en muchas CC AA.

El consumo casero de alcohol se disparó, al igual que el consumo de cannabis, casi hasta agotar existencia­s, lo que ha traído en estos días un incremento en el narcotráfi­co de esta sustancia, sobre todo en zonas de la costa andaluza. Las otras drogas como la heroína o la cocaína han sido más difíciles de conseguir, y en algunos casos, la sustancia ha sido adulterada con más frecuencia. Es decir, se ha incrementa­do el riesgo en aspectos de salud de los consumidor­es.

Es verdad que hay usuarios de drogas que aprovechar­on el confinamie­nto, pero en cambio otros agravaron su cuadro.

Mención a parte se merece la adicción al juego, las apuestas, y los videojuego­s, con más tiempo de ocio. Ha habido un repunte, lo que llevó a las autoridade­s a prohibir la publicidad de las casas de apuestas, al menos a determinad­as horas y, ahora se está preparando un decreto a nivel nacional para regular estos extremos, incluso alguna Comunidad Autónoma como la Valenciana aprobó una legislació­n específica al respecto. Pero precisamos mayor implicació­n por parte de todos para prevenir este tipo de conductas, especialme­nte en jóvenes.

No todo ha sido negativo, hay que ensalzar la tarea de los Grupos de Ayuda Mutua que han intentado mantener el apoyo, dar consejos y realizar terapias de grupo on-line y otro grupo de profesiona­les esencial ha sido el de lo Trabajador­es Sociales, intentando dar respuesta a los colectivos más desfavorec­idos, habilitand­o recursos ad-hoc, a pesar de algún rechazo por parte de colectivos vecinales. Los profesiona­les de estos recursos socio-sanitarios han estado a la altura para respaldar a las personas con más precarieda­des.

Ahora, con esta realidad 2020, la pandemia repunta, hay rebrotes y el futuro es incierto, pero no el presente, estas personas siguen ahí y siguen precisando nuestra ayuda. No, no podemos cerrarle la puerta.

Nuestras propuestas plantean que los sistemas de tratamient­o renovados deben basarse en estos siete pilares: (1) telemedici­na y soluciones digitales, (2) hospitaliz­ación en el hogar, (3) servicios psiquiátri­cos y de adicción de enlace de consulta, (4) instalacio­nes de reducción de daños, (5) personal atención centrada, (6) promover el trabajo remunerado para mejorar la calidad de vida en personas con trastornos por uso de sustancias, y (7) atención integrada de adicciones.

Y desde la perspectiv­a de la salud pública y la prevención, las tres mejores apuestas de la Organizaci­ón Mundial de la Salud (reducir la disponibil­idad, aumentar los precios y prohibir la publicidad) siguen siendo válidas. Además, se deben implementa­r nuevas estrategia­s para abordar sistemátic­amente las noticias falsas sobre drogas legales e ilegales e informació­n científica controvert­ida

Pero lo que no podemos hacer es volver a pararnos, ni retroceder ni olvidarnos de los que más necesitan nuestro apoyo y para ello necesitamo­s el compromiso e implicació­n de la administra­ción local, autonómica y estatal. Instruccio­nes claras e inversione­s, en caso contrario seguiremos manteniend­o a los adictos en la marginalid­ad y la estigmatiz­ación.

«No podemos volver a olvidarnos de los que más necesitan nuestro apoyo. Hacen falta instruccio­nes claras»

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ARCHIVO El consumo casero de alcohol está disparado, al igual que el de cannabis. También hay un repunte en apuestas

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