LO IMPORTANTE

DicenDicen los expertos que el celebrar las fiestas de Navidad como es lo corriente, supondría un aumento en el número de contagiados por coronavirus, con sus respectivas consecuencias. Y esto ha desatado un debate político y social de algo voltaje. Aquí, como siempre, todos opinan y nadie parece ponerse de acuerdo.

No sé qué pensarán ustedes, pero yo creo que somos bobos integrales. Estamos en una circunstancia nueva y misteriosa, una pandemia no controlada. Se han muerto en el mundo millones de personas por este mal. Esta peste va y viene como en olas, parece que nos deja descansar en algún momento y luego sacude de nuevo sin piedad. Sabemos que hay algunas maneras para disminuir el nivel y la potencia.

Pues bien, una de esas maneras es no reunirse en espacios cerrados demasiada gente durante mucho tiempo. Es más, lo realmente eficaz es no reunirse más que con personas convivientes. Dicho lo dicho,¿porqué nos empeñamos en hacer lo contrario?

Ahora resulta que no podemos vivir sin juntarnos a cenar con la familia extensa en Nochebuena y Nochevieja. Ahora resulta que todos los estudiantes tienen que volver a casa el mismo día. Ahora resulta que incluso los que no se hablan durante todo el año necesitan disfrutarse esas noches. Ahora resulta que nos morimos de pena si no tenemos a la abuela sentada en nuestra mesa a las doce de la noche, cuando la mujer se acuesta todos los días tan ricamente a las nueve. Ahora resulta que nuestras cuestionables costumbres tienen que continuar pase lo que pase y muera quien muera.

Pues esto es de idiotas redomados. Empezando por los gobernantes y terminando por el primo que nunca aparece en Nochebuena y ahora llama desolado. Es de idiotas, sí. Porque lo importante no es estar con la gente que quieres un día a una hora, pase lo que pase. Lo importante no es dónde y con quién estén. Lo único importante es que estén bien de salud y de ánimo. Y ya nos veremos en cualquier momento.

«Ahora resulta que no podemos vivir sin juntarnos a cenar con la familia extensa»