La Razón (Madrid) - A Tu Salud
La obesidad acelera el cáncer y deteriora las células inmunes
La dieta rica en grasas saturadas sirve de combustible para algunos tipos de tumores, según un nuevo estudio de la Escuela de Medicina de Harvard
La obesidad nunca es una buena compañera de viaje. Durante la pandemia de la Covid-19 ya se ha demostrado que dispara el riesgo de complicaciones y de mortalidad. Pero tampoco lo es cuando hablamos de cáncer. De hecho, la obesidad hace que las células cancerígenas superen a las inmunes encargadas de borrar los tumores en una batalla por el combustible que las sustenta, según un nuevo estudio realizado por la Escuela de Medicina de Harvard y publicado esta semana en la revista científica «Cell».
En concreto, el equipo de investigadores ha logrado demostrar que una dieta alta en grasas reduce la cantidad y la actividad antitumoral de las células denominadas T CD8 +, «un tipo crítico de célula inmunitaria clave en la lucha del organismo frente al cáncer», explica Margarita Majem, vocal de la Sociedad Españode Españode Oncología Médica (SEOM). Esto ocurre, según la nueva investigación, porque las células cancerígenas reprograman su metabolismo en respuesta a una mayor disponibilidad de grasa para engullir mejor esas moléculas ricas en energía, privando a las células T de combustible y acelerando, por tanto, el crecimiento tumoral.
«Ahora sabemos que hay un tira y afloja metabólico entre las células T y las células tumorales que cambia con el exceso de kilos. Poner el mismo tumor en entornos obesos y no obesos nos ha permitido revelar que las células cancerígenas reconfiguran su metabolismo en respuesta a una dieta alta en grasas», asegura Marcia Haigis, profesora de biología celular en el Instituto Blavatnik de la Escuela de Medicina de Harvard y coautora principal del estudio. Ante este hallazgo, los expertos se muestran prudentes, ya que, tal y como advierte Francisco Tinahones, presidente de la Sociedad Española del Estudio para la Obesidad (Seedo), «se trata de un estudio experimental en modelos animales y por eso resulta difícil extrapolar las conclusiones a humanos». Sin embargo, Tinahones sí reconoce que «resulta muy útil para intuir cuál puede ser la razón de algo que ya está demostrado, y es que las dietas ricas en grasas saturadas son un factor de riesgo decisivo para el desarrollo de algunos tumores, tanto si la persona es obesa como si muestra un normopeso. Este nuevo hallazgo nos deja advertir el porqué de esa vinculación».
En concreto, los investigadores observaron diferentes tipos de células hasta llegar a la conclusión de que los tumores crecían mucho más rápidamente en animales con dietas altas en grasas en comparación con aquellos con una alimentación normal. Sin embargo, esto ocurrió sólo en los tipos de cáncer que son inmunogénicos, es decir, que pueden conla tener una gran cantidad de células inmunes. «Esto se debe a que son reconocidos más fácilmente por el sistema inmunológico; y resulta más probable que provoquen una respuesta inmunitaria», detalla Majem, quien explica que «bloquear esta configuración podría mejorar la actividad antitumoral. Es decir, si evitamos ese exceso de grasa, las células antitumorales se benefician al permitir que los linfocitos T sean capaces de actuar mejor. Ese es nuestro objetivo cuando empleamos la inmunoterapia, ya que son los guerreros que tenemos para defendernos del cáncer, por lo que este hallazgo abre un nuevo camino a tener en cuenta, pero por ahora es tan sólo una hipótesis».
Mientras tanto, lo que sí resulta evidente para los expertos es que «la obesidad es un factor de mal pronóstico para el desarrollo del cáncer, de ahí que sea fundamental evitar las grasas y priorizar una dieta variada», concluye Tinahones.