EL HOSPITAL QUE EL SNS SÍ NECESITA

ElEl Hospital Enfermera Isabel Zendal fue presentado públicamente el 1 de diciembre. Desde entonces, son diversas las críticas que se han vertido sobre el centro: que si es un decorado, que si no tiene habitaciones, que si no dispone de quirófanos, que si no hay suficientes profesionales... Se ha llegado a plantear, incluso, que no es lo que el Sistema Nacional de Salud (SNS) necesita para hacer frente a la pandemia de Covid-19.

Sin embargo, y por si los 1,71 millones de personas contagiadas y los más de 46.000 fallecidos –según las cifras oficiales del Ministerio de Sanidad, pero más de 70.000 considerando el exceso de muerte registrado por el Instituto Nacional de Estadística– por SARS-CoV2 en España hasta la fecha no fuesen razones suficientes para justificar la construcción en tiempo récord y la puesta en marcha de «El Zendal» –como ya lo llaman algunos–, hechos como las más de 1.000 camas de hospitalización y 50 de cuidados intensivos, el centro logístico, el almacén de material y equipamiento estratégico con los que cuenta –único «en su especie» en todo el SNS– disipan todo atisbo de razón que creyesen tener los críticos. En mi opinión, es adecuado y oportuno hasta por su nombre, dado que Zendal fue la enfermera gallega que la OMS considera pionera en misiones humanitarias internacionales, en su caso para vacunar contra la viruela en América en el siglo XIX. Es un centro pertinente y apropiado por su versatilidad y su capacidad de adaptación a las necesidades asistenciales de cada momento –incluso las propias de AP–, por su utilidad ante las crisis de Salud Pública que vendrán para que el resto de hospitales continúen prestando la atención requerida por los pacientes, y por suponer un refuerzo de primera categoría al liderazgo y a la vanguardia que identifican desde hace años a la Sanidad de Madrid.