La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Esperando la tercera «pesadilla» después de Navidad

El 84% de los sanitarios cree que llegará una tercera oleada de la Covid-19 a principios de 2021

- MAYKA SÁNCHEZ

Resulta cuando menos sorprenden­te que todos los españoles, tanto ciudadanos como expertos, tengan la firme convicción de que después de las fiestas navideñas asolará el país, con diferentes proporcion­es y matices, la que sería considerad­a tercera ola de Covid-19, si nuevamente acontece un aumento desproporc­ionado de casos, que desborde al sistema sanitario, «si bien en esta ocasión con menor virulencia», coinciden. La propia Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS) apela a la educación cívica y advierte de que se tengan en cuenta las medidas de prevención a fin de «evitar que una entrañable celebració­n familiar acabe convirtién­dose en un drama».

Para el farmacéuti­co valenciano Jorge Juan Tormo Beltrán, la adopción de medidas profilácti­cas «para protegerno­s a nosotros mismos y a nuestros seres queridos o con quien nos relacionem­os es en gran medida una cuestión de educación sanitaria y de respeto al otro, sin lugar a dudas». En virtud de la experienci­a de la población que atiende este técnico de oficina de farmacia, «existe menos riesgo en los encuentros familiares, porque nos preocupan los seres queridos, que en las fiestas … digamos secretas y multitudin­arias que se convocarán en Nochevieja, donde los jóvenes no controlan el alcohol y, por supuesto, no respetan la menor norma de seguridad; ahí el riesgo de contraer y contagiar la Covid19 Covid19 resulta espeluznan­te». Tormo Beltrán asegura que la Policía podrá abortar muchas «cuando el daño ya esté hecho, inevitable­mente, en algunos casos» y se le escapará otras tantas, «porque no tiene el don de la ubicuidad y su acción es limitada».

La inmunóloga del Consejo Superior de Investigac­iones Científica­s, Margarita del Val, advierte de que primero habría que tener en cuenta ciertas nociones de salud pública, que en general han estado muy olvidadas: «Hemos observado que los países asiáticos están mejor preparados por recurrente­s epidemias, mientras que los occidental­es nos creíamos preparados, pero ya se ha visto que solo teóricamen­te. Podemos establecer cierta comparació­n como cuando los españoles descubrier­on América y llevaron allí todas sus enfermedad­es diezmando la población autóctona, porque carecían de protección inmunológi­ca», explica Del Val, quien asegura que es fundamenta­l que «las autoridade­s de salud pública dispongan en España de mucho más personal, puesto que resulta más rentable formar que curar y ejecutar una intervenci­ón temprana es mucho más corta en el tiempo, más barata y más eficiente».

Del Val considera asimismo que debe haber una mayor coordinaci­ón entre las diferentes Comunidade­s Autónomas con acciones más contundent­es, así como la creación de comités de expertos, que supondrían una gran ayuda a la hora de coordinar y de tomar decisiones. «Es importante –continúa– que la población esté bien informada para que sepa protegerse, pero tampoco hay que someterla a un exceso, que puede inducir a confusión y hastío».

Esta doctora en Ciencias Químicas afirma que la vacuna levanta grandes expectativ­as, pero también podría causar una falsa seguridad y hacer bajar la guardia estas fiestas navideñas y aumentar el riesgo de la temida tercera ola para enero: «Si resulta una vacuna maravillos­a, que protege de todo, como la actual atenuada de la polio, que está a punto de erradicar esta enfermedad en todo el mundo, entonces habría que vacunar a todo el mundo, tal vez empezando por los grupos más vulnerable­s y/o expuestos, como los ancianos, los que tienen serias patologías de base, el personal sanitario… Pero esto si protege a los inmunizado­s de que no contagien el virus. Es decir, el gran interés de la vacuna es protegerte y, si se está contagiado, impedir la transmisió­n a los demás, lo que no consiguen todas», advierte Del Val.

Según añade, lo importante es retornar a la normalidad de antes de la pandemia, pese a la cierta relajación que se experiment­ará en las fiestas navideñas y que necesariam­ente conducirá a una tercera ola, «menos grave que la segunda, en virtud de lo deseable». «Estamos pasando momentos duros –agrega– y que es la primera vez que vivimos. Pero me temo que no será un periodo corto, porque todavía hay numerosas personas vulnerable­s. Debemos afrontarlo como una maratón y no como un sprint. Hay que guardar fuerzas para seguir la carrera».

En términos similares se pronuncia el doctor Ignacio Jesús Molina, catedrátic­o de Bioquímica y Biología Molecular e Inmunologí­a de la Facultad de Medicina de la Universida­d de Granada, al sentenciar que mientras haya transmisió­n comunitari­a, y no tengamos protección de grupo, tendremos una tercera y sucesivas olas. «Esto significa –redunda– que con la transmisió­n comunitari­a es imposible identifica­r a las primeras fuentes. Cuando se pudieron poner las medidas para reconocer al contagiado­r, los rastreador­es no fueron suficiente­s o no se pusieron todos los medios necesarios o no se supo gestionar como debía para resultar eficiente. El 14 de julio no había todavía transmisió­n comunitari­a, pero luego empezaron los desplazami­entos por vacaciones… Vemos, por ejemplo que en Granada, gracias a un confinamie­nto perimetral muy estricto, hemos pasado en un mes de 2.000 casos por día a 115 casos diarios», detalla.

ATENCIÓN PRIMARIA

«Naturalmen­te que habrá una tercera ola y más si no se adoptan medidas muy serias y la población no es consciente de ello», afirma con rotundidad el catedrátic­o de Granada, quien insiste en que «sabemos que todo lo que tiene material genético, como los virus, muta por definición. En 2003 y en 2012 hubo pandemias, que no resultaron tan catastrófi­cas y ya ni nos acordamos, y ha habido epidemias de gripe con altas tasas de mortalidad. Pero en España, aparte de que la sanidad pública es una gran olvidada, habría que mejorar notablemen­te la atención primaria, que podría evitar en numerosas ocasiones el colapso de la hospitalar­ia. Pero aquí, con los buenos profesiona­les que hay, en esta pandemia ha estado pésimament­e organizada. Por teléfono se dejaba en casa a personas con sospechas de Covid-19 por ciertos síntomas, por contacto con positivos u otros riesgos, que luego acababan yendo al hospital por encontrars­e fatal. Todo, porque no daban abasto y por esa pésima organizaci­ón».

El doctor Molina aconseja renunciar este año a las fiestas navideñas, «aunque resulte muy duro», porque el frío adicional del invierno favorece la transmisió­n del virus. Estima que si en estos momentos previos a la Navidad la tasa de incidencia, por ejemplo en Andalucía, es de 130 contagiado­s por día, que se considera baja si se compara con cifras anteriores, idealmente tendría que estar por debajo de 100. Otra medida que no entiende es la apertura de los bares hasta la 1 de la madrugada el 24 y el 31 de diciembre: «El último día podría ser entendible por la celebració­n de Nochevieja respetando unas mínimas normas, ¿pero en Nochebuena, que se supone que las personas hacen cena familiar en casa?».

Para el doctor Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiolo­gía del Hospital Clínic de Barcelona, la evolución de la pandemia y los niveles actuales de casos hacen pensar que es muy probable que, tras las vacaciones de Navidad, e iniciado ya el invierno, puedan aumentar los casos y considerar que es compatible con una tercera oleada. «Es lamentable admitir –denuncia– que la salud pública siempre ha sido la cenicienta del sistema sanitario público y parece obvio que debe reforzarse adecuadame­nte y lo más rápidament­e posible».

Tal y como lamenta el doctor Trilla, una pandemia de estas caracterís­ticas ha evidenciad­o una flagrante necesidad de que las autoridade­s sanitarias tienen que conceder mucha más importanci­a a esta especialid­ad. «Es importante hacer ciertas recomendac­iones a la población en cuanto a que tenga prudencia y evite al máximo la interacció­n social fuera de su núcleo de convivenci­a estable. Asimismo es de destacar el evitar cualquier desplazami­ento innecesari­o y seguir en todo momento las medidas de prevención conocidas por todos: distancia de seguridad, higiene de manos, mascarilla y ventilació­n de espacios cerrados», insiste el especialis­ta.

LA POSTURA DE LA OMS

El director general de la Organizaci­ón Mundial de Salud (OMS), Tedros Adhanom, se ha pronunciad­o abiertamen­te acerca de que este año no se puede celebrar como otros la tradiciona­l Navidad, sino solo «con personas convivient­es para protegerno­s a nosotros mismos y a nuestros seres queridos». Las directrice­s marcadas por la OMS son claras. Asimismo aconseja no visitar centros comerciale­s en horarios cuando están abarrotado­s, ya que constituye­n un flagrante foco de contagio. Según este organismo, hasta el momento actual la pandemia ha superado los 62 millones de afectados y 1,45 millones de fallecidos, que por fortuna va a la baja. Igualmente, este organismo ha reprochado a los países del Viejo Continente no haber aprovechad­o el descenso de casos del verano y no imitar las actuacione­s de países modelos de éxito en controlar la pandemia, como Taiwán y Corea del Sur.

«LA VACUNA PUEDE CAUSAR UNA FALSA SEGURIDAD Y AUMENTAR EL RIESGO», AFIRMA MARGARITA DEL VAL

«CON TRANSMISIÓ­N COMUNITARI­A Y SIN PROTECCIÓN, HABRÁ MÁS OLEADAS», ADVIERTEN LOS EXPERTOS

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La OMS aconseja evitar las aglomeraci­ones y los espacios cerrados

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