La Razón (Madrid) - A Tu Salud
LADRONES DE MEMORIA
Antes,Antes, cuando no teníamos móvil, nos sabíamos un montón de números de teléfono de memoria. Ahora tenemos que aprendernos contraseñas. Putas contraseñas de tantas máquinas y destinos que llenan nuestra vida.
Ahora las relaciones se hacen a través de esas malditas cifras con letras. El problema no es apuntarse o aprenderse cinco o seis, la cosa es que cada maldito destinatario tiene sus normas. Entonces, uno te dice que la contraseña ha de tener al menos un número, otra que una letra mayúscula, y otro que el nombre de la madre que te parió. En definitiva, lo que consiguen, intencionadamente, es que vivas en un caos mental dominado por la impotencia de vivir en un universo intangible, nuboso, virtual y canalla que solo las grandes inteligencias globales y lozanas controlan.
Los demás, miserables humanoides de cierta edad, nos conformamos con pedir desesperadamente la misma marca, el mismo modelo, la misma misiva, la misma configuración. El no reseteado, el no apagado, el no nuevo monstruo tecnológico. Las máquinas suenan demoniacas con sus muchas teclas que pulsar.
Hasta una simple lavadora es hoy en día un misterio inefable. Pero, por favor, si solo quiero lavar la ropa, déjenme de iconos y simbolitos. Y para colmo de males a los mismas palabras les dan diferentes apelativos según el idioma y la mente clásica, moderna u hortera del individuo que lo nombre. Al final, tienes que saber lenguas modernas, clásicas y gilipollas para dominar el argot.
Mi proveedor último de teléfono móvil encima es indio, así que la cosa se complica el triple. Llevo seis días de su tienda a mi vida. No hay manera de que me incluya el correo en el nuevo y brutal aparato. Lo de brutal es lo que yo siento cuando intento dominarlo. Pero mi indio tampoco puede. Es una yegua encabritada esa máquina. Y sigo sin saber qué hacer para conseguir un poco de sosiego mientras todo el mundo lo intenta y me pide contraseñas de todo tipo. Y yo, desquiciada, he borrado todas de mi memoria. Me la han robado.