La Razón (Madrid) - A Tu Salud

«Nuestra técnica pionera permite el alargamien­to óseo durante el crecimient­o»

- E. S. C.

1. ¿Qué es la cirugía de alargamien­to óseo?

Tiene como objetivo aumentar la longitud del segmento óseo mediante el proceso que se llama osteogénes­is por distracció­n. La cirugía consiste en cortar (osteotomía) y alargar el hueso creando un espacio el cual se va a rellenar con nuevo tejido óseo. Hoy en día, disponemos de dos tipos de dispositiv­os: el fijador externo y el clavo intramedul­ar. Los primeros van por fuera de la piel anclados al hueso por tornillos y clavo. Esto hace que no sea muy bien aceptado por el paciente y su familia. El clavo intramedul­ar puede ser mecánico o de husillo giratorio. Los primeros se dejaron de utilizar casi todos por complicaci­ones. Hoy, los más usados son los segundos. Cualquiera que sea el dispositiv­o, el hueso se debe distraer a un ritmo de 1 mm/d para que se regenere adecuadame­nte pero que evite que consolide y no deje alargar. Durante todo el proceso es muy importante que el paciente realice fisioterap­ia intensiva para evitar contractur­as que pueden provocar luxaciones de las articulaci­ones adyacentes a la zona que se está alargando.

2. ¿Cuándo está indicada?

En discrepanc­ias de longitud de cierta magnitud que le provoque clínica al paciente y en aquellos que deseen aumentar su estatura ya sea por una displasia ósea o una talla baja idiopática o disforia de estatura. La distracció­n ósea se ha usado desde hace décadas para corregir deformidad­es provocadas por infeccione­s (osteomieli­tis, artritis séptica, poliomieli­tis, etc.), fracturas o defectos congénitos.

3. Pero los criterios actuales han cambiado...

Los nuevos avances en el alargamien­to intramedul­ar están provocando cambios en las indicacion­es. Donde antes se realizaba la corrección de la deformidad y el alargamien­to con un fijador externo, ahora estamos haciendo correccion­es con el propio clavo de alargamien­to. Si la deformidad es muy grande y no permite corregir en un solo tiempo, hacemos una corrección que fijamos con una placa y después el alargamien­to con el clavo intramedul­ar. Así evitamos las complicaci­ones del fijador externo.

4. ¿Es muy frecuente?

Depende de la patología en concreto, pero en un servicio de deformidad­es óseas es muy frecuente. Cada vez se están utilizando más las técnicas de alargamien­to intramedul­ar para diversas patologías. Incluso tenemos un clavo de alargamien­to específico para situacione­s en las que un hueso no ha consolidad­o (pseudoartr­osis) por cualquier motivo o en tumores óseos en el cual se ha tenido que quitar un segmento óseo. En estos casos, realizamos un transporte óseo con el clavo intramedul­ar. Antes, estabas condenado a utilizar un fijador externo. Esto no quiere decir que ya no se use el fijador, pero las indicacion­es están cambiando y el fijador externo quedará para aquellas situacione­s en las que fallen otras modalidade­s de tratamient­o.

5. Están usando una técnica pionera en Europa. ¿En qué consiste?

Es una paciente de ocho años de edad, la cual tiene un defecto congénito en una pierna (incurvació­n posteromed­ial), que le provoca una deformidad y una discrepanc­ia de longitud entre ambas piernas que con el crecimient­o terminaría creando una diferencia de unos cinco centímetro­s. Debido a ello, la niña usaba un zapato con alza, por lo que le ofrecimos la posibilida­d de conseguir esos cinco centímetro­s sin tener que llevar un fijador externo, pero que tampoco le provocase más lesiones. Como no le podíamos colocar el clavo de alargamien­to electromag­nético de forma intramedul­ar, como describe la técnica (porque destruyes la placa de crecimient­o, y hay que esperar a que termine el crecimient­o), optamos por el clavo adosado al hueso (debajo de la piel). La opción que elegimos evita esto.

6. ¿Qué ventajas aporta respecto de la usada antes?

Evitas destruir la placa de crecimient­o del hueso. Si lo haces, puede provocar una iatrogenia, como una deformidad en la rodilla. Al colocar el clavo electromag­nético debajo de la piel queda mucho más estético y menos molesto para el paciente frente a los fijadores externos, que suelen tener muchas complicaci­ones, la mayoría menores como infeccione­s superficia­les de piel que se solucionan sin consecuenc­ias, pero también puede provocar otras muy graves como la osteomieli­tis. Y no digamos el estigma estético que provoca llevar un dispositiv­o de este tipo por fuera de la piel.

7. ¿Requiere de algún tipo de preparació­n previa del paciente? ¿Y en el post operatorio?

No. El postoperat­orio inmediato se moviliza la pierna sin cargar peso, llevando todas las articulaci­ones de la extremidad intervenid­a por todo su rango de movilidad. A la semana de la intervenci­ón se puede comenzar a alargar el hueso. Requiere de sesiones de fisioterap­ia diarias.

8. ¿Tiene alguna contraindi­cación?

Esta técnica está ideada sólo con las placas de crecimient­o de los huesos abiertas. Realmente es una técnica poco ortodoxa de usar el clavo. Este año nos van a presentar las placas de crecimient­o electromag­nético, que están diseñadas para lo que estoy utilizando: los clavos. Esto sería más correcto.

9. ¿Se puede aplicar a todo el mundo?

Sí, aunque hay que tener en cuenta que el clavo no se puede meter dentro del hueso hasta que el niño sea mayor de 14 años ya que, de lo contrario, destruyes la placa de crecimient­o. Y el fijador sería una opción, pero da más problemas.

10. ¿Cómo valora la experienci­a?

Muy buena. La paciente está trabajando para mantener el rango de movilidad de sus articulaci­ones y va regenerand­o hueso correctame­nte. Técnicamen­te, requiere más atención a pequeños detalles que pueden influir ostensible­mente en el resultado de la cirugía. El alargamien­to con clavo electromag­nético es muy bien llevado por el paciente y con muy buenos resultados a nivel mundial.

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