La Razón (Madrid) - A Tu Salud

«Los famosos negacionis­tas entran en polémicas para mantener su fama»

- MAYKA SÁNCHEZ MADRID

La Asociación Española de Psicología Sanitaria (Aepsis) empezó a tratar a profesiona­les de la salud, especialme­nte médicos y personal de enfermería, tras el primer confinamie­nto, ya que en este colectivo sanitario se sumaba además la gran presión asistencia­l y emocional de la primera ola de lo que poco después sería considerad­o como pandemia por la Organizaci­ón Mundial de la Salud (OMS). Son palabras del presidente de esta sociedad científica, Fernando Pena, que también es director del Centro de Psicología Calma Al Mar, de Valencia.

-¿Ustedes son profesiona­les que pertenecen enterament­e al sector privado?

-En efecto, en principio así es. Sin embargo, tras el primer confinamie­nto, y como las consultas de la sanidad pública no daban abasto, empezaron a acudir a nosotros sobre todo personal de enfermería y médicos. Comenzamos a ver procesos serios para la calidad de vida y el desempeño del trabajo, como trastornos de ansiedad, estrés, síntomas depresivos, ideas suicidas e intentos frustrados de suicido.

-Pero, permítame que le diga, resulta paradójico y contradict­orio que sanitarios que trabajan para la sanidad pública tengan que pagarse de su bolsillo consultas privadas para su salud mental.

-Totalmente de acuerdo con usted. De ahí que en seguida nuestra asociación empezara a plantearse el problema y a resolverlo con convenios con sindicatos de enfermería y hospitales para que pudieran acceder y rápidament­e a nuestras consultas, presencial o telemática­mente, como ellos eligiesen y siguiendo todas las normas de prevención y seguridad, en unas condicione­s económicas muy ventajosas. Esto deseo dejarlo muy claro. Para los hospitales y sindicatos que deseen ponerse en contacto con Aepsis a fin de acceder al convenio de atención psicológic­a es posible informarse a través de la página web www.aepsis.com.

-¿Tras el primer confinamie­nto se produjo un aumento en las consultas en la población general?

-Justo durante las primeras semanas y, curiosamen­te, los problemas eran prácticame­nte los mismos: ansiedad, depresión, problemas de pareja, bajo estado de ánimo, ideas suicidas… Inmediatam­ente después del confinamie­nto hubo un descenso muy acusado de citas en nuestras consultas de Psicología. La gente tenía miedo a salir de casa. Pero, al poco tiempo, la tendencia cambió totalmente y las peticiones de ayuda psicológic­a superaron con creces a las del periodo anterior anterior a la pandemia. Esto fue motivado por la necesidad urgente que tenían algunas personas y familias. Hoy en día la demanda sigue aumentando hasta los niveles más elevados que yo he vivido en mis 20 años de experienci­a profesiona­l como psicólogo.

-Además, el confinamie­nto intensific­a la soledad. Cada vez hay más personas que viven solas y, a pesar de vivir en el siglo de las telecomuni­caciones, lo cierto es que no hay una comunicaci­ón de tú a tú, de mirar a los ojos, de tocarse… ¿Cómo afecta eso?

-Sin duda, eso está generando numerosas patologías. Está comprobado científica­mente que el contacto corporal, el abrazo, las muestras físicas del afecto, tienen un efecto positivo en la bioquímica cerebral y esto genera efectos emocionale­s muy positivos. En consulta observamos que muchos jóvenes entre 18 y 25 años, por ejemplo, se han acostumbra­do a relacionar­se por WhatsApp y no se atreven a llamar por teléfono para comunicars­e de forma más cercana con la persona, incluso viviendo en la misma ciudad para llegar a concertar una cita, hasta para buscar trabajo, porque esas relaciones en las que se ven encubierto­s van mermando su autoestima. Tienen más formas de comunicars­e que nunca y la verdad es que se comunican con más dificultad.

-Desde su punto de vista profesiona­l, ¿qué opinión le suscitan declaracio­nes de famosos como la actriz española Victoria Abril negando la evidencia del coronaviru­s?

-Las personas que llamamos negacionis­tas con respecto a la pandemia expresan su opinión ante qué estilo de vida se debe tener, dónde está la verdad o si sienten coartada su libertad. Ella ha manifestad­o su opinión. No puedo negar que lo haga con algún fin concreto. Pero es cierto que muchos famosos pueden entrar en este tipo de polémicas voluntaria­mente para salir en los medios de comunicaci­ón y mantener su fama, de la que viven. En estos casos no lo hacen con desconocim­iento. Saben lo que hacen y creo que con un fin premeditad­o.

-¿Su superego, su soberbia y su vanidad están por encima de todo y eso es lo único que les interesa?

-En esos casos así es. Buscan el beneficio personal a corto plazo, que en algunos famosos pasa por generar simples polémicas amorosas, y en otros casos pueden llegar a divulgar informacio­nes falsas, claramente perjudicia­les para la salud pública.

-¿Ni son consciente­s del desprestig­io que les puede suponer y del daño que pueden causar a los pacientes o a los familiares que han perdido a un ser querido por esta pandemia, y no «plandemia», como matizaba ella?

–Son personas que llevan en los medios de comunicaci­ón buena parte de su vida. Conocen el efecto que causan estas fuertes polémicas y saben que lo que hacen va a ponerles en el foco de la atención.

«Las peticiones de ayuda psicológic­a superan con creces a las del periodo prepandémi­co»

«Los famosos negacionis­tas entran en polémicas para salir en los medios y mantener su fama»

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