La Razón (Madrid) - A Tu Salud

La lucha contra la publicidad engañosa en el ámbito sanitario

- ANTONIO ALARCÓ HERNÁNDEZ Catedrátic­o de Cirugía/ Director de la Cátedra de Telemedici­na, Robótica y Telecirugí­a/ Senador/ Portavoz de Sanidad

Que estamos pasando un período «tristement­e peculiar» desde el punto de vista sanitario, social y económico es una evidencia difícilmen­te discutible. Que es un período trágico por una pandemia invisible y silenciosa que tiene a toda la humanidad a la vez en jaque también. Y que en todo este «desaguisad­o», la comunicaci­ón, la divulgació­n y la publicidad representa unos pilares básicos para su abordaje y resolución también. Que la publicidad es una forma clara de comunicar y que en la sociedad actual tiene una importanci­a vital y muy dañina cuando se utiliza para engañar a ciudadanos (pacientes o profesiona­les), lo que esto está ocurriendo con demasiada frecuencia, afectando a la salud.

La situación es grave y resulta imprescind­ible tomar medidas legislativ­as y después hacerlas ejecutivas y reguladora­s para que impidan «engañar» sobre centros, terapias, establecim­ientos y servicios sanitarios. Por todo ello, recienteme­nte y una vez más en la Cámara Alta se ha aprobado por unanimidad una moción transacion­ada por todos los partidos políticos representa­dos en el Senado que viene a poner en su sitio estas publicacio­nes engañosas.

Fue defendida en nombre del Partido Popular (PP) por el prof. Vázquez, y completa otras iniciativa­s presentada­s en el mismo sentido anteriorme­nte, por el que suscribe en nombre de su grupo. Se decidió analizar la legislació­n existente y de forma coordinada con las Comunidade­s Autónomas las mejoras en la regulación legal y reglamenta­rias de la publicidad de centros, establecim­ientos y servicios sanitarios, y como consecuenc­ia elaborar normativas básicas a nivel estatal en esa materia de obligado cumplimien­to; también reformas legales y reglamenta­rias que garanticen la seguridad del ciudadano enfermo y de los usuarios frente a la publicidad engañosa evitando los posibles prejuicios que puedan producirse. También y no menos importante se analizó proponer a las autonomías y a los colegios profesiona­les una campaña de vigilancia e inspección sobre estos centros y personas o pseudoprof­esionales.

Algo que tiene que ver, y mucho, con la publicidad engañosa, es lo que está ocurriendo en las redes con el «Dr. Google», como quedó demostrado en «Sociología de la Sanidad» (A. Alarcó), un trabajo publicado recienteme­nte. Y es que el «Dr. Google» es alguien que nadie conoce, no se sabe cómo es ni quién es, pero al que el 45% de los españoles consulta alguna vez y el 87% de sus contenidos no tiene que ver con la evidencia científica (es falso). Un problema gravísimo que contribuye a la divulgació­n de la pseudocien­cia y a la publicidad engañosa, que obliga a las administra­ciones, a los colegios profesiona­les y a la Ciencia a estar en las redes explicando las cosas que impidan la manipulaci­ón y la infodemia. Es importante recordar en estos momentos que la pseudocien­cia «invierte» más dinero en publicidad que la Ciencia, por esto es fundamenta­l fomentar la divulgació­n científica en medios en general, pues es una necesidad objetiva del sistema y además debe ser una obligación de la Ciencia. Para buscar la complicida­d de los ciudadanos debe de entenderse. La última ley de la Ciencia aprobada en las Cortes españolas, en la que tuvo un protagonis­mo decisivo la Cámara Alta, dejó bien claro que a la investigac­ión, desarrollo e innovación hay que añadir obligatori­amente obligatori­amente la divulgació­n: I+D+i+d.

En definitiva, la Cámara Alta una vez más se adelanta a proponer y aprobar soluciones a los grandes problemas que tiene la sociedad actual y, como Cámara territoria­l y de la Ciencia que es, legisla a favor de las soluciones de los mismos, lo que debe de obligar a todo Gobierno serio a ponerlo en práctica lo antes posible. Este instrument­o democrátic­o que nos dimos los españoles en 1978 (el Senado) tiene unas misiones legislativ­as que son de gran importanci­a política y que no siempre son bien ponderados. Por cierto, que nos cuesta a cada español 1,20 euros al año. Como senador desde 2008 me siento orgulloso de poder contribuir a que se pongan soluciones a los problemas reales de la sociedad. Esta iniciativa de la lucha contra la publicidad engañosa en el ámbito sanitario es una muestra de ello. Basta ya. A por todas.

«A la investigac­ión, desarrollo e innovación hay que añadir la divulgació­n: I+D+i+d»

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DREAMSTIME «La pseudocien­cia invierte más dinero en publicidad que en Ciencia, por eso es fundamenta­l la divulgació­n científica en los medios»

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