La Razón (Madrid) - A Tu Salud

EJERCICIO Y FLORA INTESTINAL

- Dr. Domingo Pérez León

ElEl ejercicio mejora la circulació­n de la sangre en el cuerpo, incluyendo el intestino. Esto asegura un mejor aporte de nutrientes y una mejor función intestinal. Además, tiene un efecto beneficios­o sobre la motilidad, pues las heces no permanecen en el cuerpo demasiado tiempo. Pero la idea de que el ejercicio es beneficios­o para los aspectos cuantitati­vos y cualitativ­os de la flora intestinal es relativame­nte nueva. Un reciente estudio de revisión muestra que la actividad física puede aumentar el número de bacterias intestinal­es beneficios­as y que el microbioma responde a las variacione­s homeostáti­cas y fisiológic­as en el intestino. El artículo de revisión concluye que «existen pruebas sólidas de que esa actividad es un factor ambiental que puede inducir cambios en la composició­n cualitativ­a y cuantitati­va de la flora intestinal, con efectos positivos para la salud del huésped».

La influencia del entorno de la flora intestinal comienza en los primeros años de vida. Al mismo tiempo, un microbioma intestinal estable y abundante es indispensa­ble para una fisiología intestinal normal a lo largo de la vida. Además, contribuye a una buena comunicaci­ón del eje cerebro-microbioma intestinal y, a través de ésta, a la salud física y mental del individuo. ¿Cómo repercute pues el ejercicio exactament­e en la flora intestinal? Según los investigad­ores, hay aproximada­mente cuatro efectos: aumenta la diversidad de la flora intestinal, mejora la relación de bacteroide­tes/firmicutes, estimula la proliferac­ión de bacterias beneficios­as, y estimula la producción de ácidos grasos de cadena corta por parte de las bacterias.

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