La Razón (Madrid) - A Tu Salud
Aloe vera para comer, la nueva moda en la mesa
► Cada vez hay más productos elaborados con este ingrediente, pero la evidencia científica no avala sus beneficios para la salud
Los superalimentos no existen, al menos ninguno por sí solo es la panacea de la salud, pero cada cierto cierto tiempo se cuela alguna nueva moda en la lista de los ingredientes milagrosos. Uno de los últimos en llegar es el aloe vera, una planta conocida por sus bondades para la piel, que ahora se ha colado en la cocina. Y es que, tanto la parte externa externa de las hojas como la gelatinosa gelatinosa que alberga en su interior son comestibles, aunque no lo es la sustancia sustancia que se halla a medio camino entre ambas, de color amarillento, y que se denomina aloína.
Lo último al respecto ha llegado de la mano de cuatro investigadoras investigadoras de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla que hace pocas semanas patentaron una fórmula a base de gel de aloe con hidroxitirisol, un antioxidante natural natural que se encuentra en la hoja y el fruto del olivo. Y los resultados parecen prometedores, ya que esa mezcla permite comer sin que las grasas acumuladas generen consecuencias consecuencias nocivas para la salud, además, es capaz de prevenir el sobrepeso, la hiperglucemia y la hipercolesterolemia, según apuntan apuntan sus primeros hallazgos hallazgos en modelos animales.
« Por sus múltiples múltiples propiedades, el jugo de aloe vera es una de las plantas más beneficiosas beneficiosas para el organismo, organismo, especialmente para la salud estomacal. De forma específica, es capaz de reducir la molesta acidez, el reflujo y las úlceras estomacales, gracias a su potente efecto calmante calmante y regenerador sobre la mucosa del estómago, que en estos casos se encuentra alterada. Igualmente, su eficacia ha sido probada para combatir combatir los efectos irritantes de la esofagitis. esofagitis. Y tomarlo cada mañana de manera regular antes del desayuno, desayuno, mezclado con un vaso de agua o con zumo, contribuye además a reforzar las defensas», asegura Andrés Andrés Chico, farmacéutico y responsable responsable de Calidad de Atlantia.
Sin embargo, tal y como advierte Laura Regueiro, miembro del Consejo Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas, la Comisión Comisión Europea no permite ninguna ninguna alegación de salud sobre el aloe vera ni sobre sus componentes porque porque no está demostrado científicamente científicamente que tenga beneficios para la salud a través de su ingesta. Se puede puede encontrar información sobre sus supuestas propiedades reguladoras reguladoras de desórdenes digestivos, sobre el sistema inmune, antifúngico, antifúngico, antioxidante… Pero nada de esto está demostrado. Normalmente Normalmente estas propiedades se amplían amplían derivadas del campo de la cosmética a la alimentación sin ningún fundamento científico, lo que se conoce por efecto halo».
Ingrediente en auge
No se trata de comer el aloe vera a bocados, sino que la tendencia pasa por convertir esta planta en un ingrediente más. «La utilización de aloe vera se acepta como ingrediente ingrediente siempre y cuando cumpla la legislación de aplicación a los productos productos alimenticios en los que se utilice», detalla Regueiro. Y bajo ese paraguas regulatorio el aloe llega a la mesa en formas diversas: «Principalmente «Principalmente en bebidas tipo zumo, yogures, lácteos, snacks y mermeladas mermeladas con el fin de que el consumidor consumidor lo relacione con una mejora en la salud de la piel», explica Pedro L. Prieto, director general de Be Food Lab. En este sentido, «la mayoría de los productos del mercado son zumos zumos a base de concentrado o aloe en polvo diluido en agua. Y otra categoría son los suplementos alimenticios alimenticios de aloe puro, elaborados a base de la planta y tan solo algunos algunos estabilizantes para conservar el producto y que no pierdan sus propiedades», detalla Chico, quien asegura que «lo puede tomar en las dosis recomendadas de 20 ml. al día, en casos normales, cualquier persona, aunque no se aconseja en embarazadas ni en menores
menores de 12 años».