La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Cuidados paliativos

- Paloma Pedrero

LeoLeo en fuente oficial que una persona que sufre una enfer-medad enfer-medad que le compromete fí-sica fí-sica y emocionalm­ente tiene derecho a contar con la ayuda de un equipo de médicos y enfermeras que le den su apoyo en los dos sentidos. Creía yo, por ignorancia y experienci­a, que en la sanidad pública solo daban esos cui-dados cui-dados a enfermos terminales. Es decir, que ya no tienen un tratamient­o curati-vo curati-vo y lo que se les ofrece es un mejor final. Lo viví con mi madre y, aunque la expe-riencia expe-riencia de perderla fue dolorosísi­ma, el hecho de estar en el Servicio de Paliati-vos Paliati-vos del Gregorio Marañón atenuó mi angustia y la de mis hermanos conside-rablemente. conside-rablemente. Porque allí, sin duda, nos cuidaban a todos. Cuando a mi madre le diagnostic­aron el cáncer se lo dijeron enseguida. También le contaron con de-talle de-talle el estadío en el que se encontraba el mal y los tratamient­os inciertos a los que podía someterse, también el pro-nóstico. pro-nóstico. Y le dieron a elegir. Mi madre, sin dudarlo, decidió no someterse a nin-guno. nin-guno. La pobre llevaba mucho sufri-miento sufri-miento encima de muchos años y no podía con más. Así que pidió que la de-jaran de-jaran tranquilit­a el tiempo que le queda-se. queda-se. Sus médicos sensibles y disciplina­dos le ofrecieron ir al Servicio de Paliativos. Mi madre, sin saber muy bien lo que era, aceptó. Y allí estuvimos algo más de seis semanas en las que ella pudo estar todo el tiempo acompañada, aliviada, con-sentida. con-sentida. Su doctor principal la visitaba a menudo y charlaba a solas con ella largo tiempo. María, le decía, haremos siem-pre siem-pre lo que tú quieras y no aguantes ni un ápice de dolor. Así era, allí estaban pen-dientes pen-dientes de todo y le dejaban elegir su día a día. Levantarse o no, hablar o no, co-mer co-mer o no, recibir las visitas que ella de-sease… de-sease… Apoyarse en un psicólogo y en un fisioterap­euta, quejarse o ser dichosa por momentos.

Allí vivió unas semanas en paz y se fue en paz. Ojalá fuese cierto que las perso-nas perso-nas que sufren una enfermedad que les compromete física y emocionalm­ente tuvieran algo así. *

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