La Razón (Madrid) - A Tu Salud
«El Icomem está contaminado por la dependencia al dinero»
La reputada trayectoria de Carlos Carlos Amaya en Sanidad se mantiene mantiene intacta, tanto dentro como fuera de la consulta, quizá porque porque no se casa con nadie, solo con su férrea defensa de la profesión profesión médica. Ahora, alza la voz por las situaciones que se producen dentro del Colegio de Médicos de Madrid (Icomem).
Presidió el Comité de Profesionalismo Profesionalismo Médico del Icomem, pero dejó el cargo. ¿Por qué?
El presidente, Manuel MartínezSellés, MartínezSellés, y el vicesecretario, Javier Martín, no asumieron una crítica que hice por escrito y me acusaron de falta de lealtad, pero mi única fidelidad se la debo a la institución. institución. Viendo esos derroteros, lo más coherente era irme.
La Junta Directiva actual sigue la regla de conmigo o contra mí... No asumen las críticas. Pero no podemos callarnos. Están en precario precario después de que cuatro vocales vocales muy representativos han dimitido, lo que refleja que las cosas no funcionan bien y pone en evidencia la incapacidad y el desgobierno de la institución actualmente, actualmente, porque yendo solo dos mañanas a las instalaciones, difícilmente se puede gobernar una institución de estas características, características, pues exige una dedicación dedicación plena y un liderazgo real.
euros anuales en asesoría de imagen. ¿Qué argumento dan?
No ha habido respuesta. La transparencia transparencia y el buen gobierno en el Icomem no existen. La clave es pedir una auditoría de gestión para poner negro sobre blanco la propia institución. Así le quitaríamos todas todas las debilidades que tiene, que son muchas.
¿Cuáles son los males endémicos endémicos del Icomem?
El Colegio siempre ha estado de espaldas a la profesión y a las necesidades necesidades de los médicos. La muestra es que en la asamblea no se habló de los problemas de los MIR, del intolerable despido de compañeros tras la pandemia, de la agónica situación de la atención primaria... Se trató el tema de las cuentas, de los servicios contratados... contratados... Se maneja un presupuesto que ronda los 14 millones de euros, que es muy goloso y suscita intereses intereses ajenos que importan mucho más que los propios compañeros. Los médicos pagan su cuota de forma cautiva, porque es una obligación, obligación, pero se sienten desamparados desamparados y con la sensación de que el Colegio no sirve para nada.
La potencia que tiene poseer cerca de 50.000 socios y un presupuesto tan alto hace que circulen alrededor alrededor del Colegio intereses puramente puramente mercantilistas y comerciales, comerciales, tal y como ocurre con las corredurías de seguros. Y ante ello el colegio está totalmente desamparado desamparado porque se permite. Es como un cáncer que tiene el Icomem Icomem y que a lo largo de varias legislaturas legislaturas no se ha sido capaz de eliminar, pues siempre que alguien ha intentado apartar a ese grupo de empresas ha fracasado.
Trató de quitar ese carácter mercantilista mercantilista de la correduría de seguros, seguros, pero tras el cambio de gobierno, gobierno, seguimos con el problema. Se quedó en el intento.
Es una gran incongruencia y da muestra de que está todo contaminado contaminado por la dependencia al dinero.
Habría que hacer una auditoría de gestión, así como otras de imagen y de asesoría jurídica. Una vez hecho hecho el diagnóstico, tenemos que definir el Colegio que queremos, y eso pasa por realizar unos nuevos estatutos que prohíban cualquier relación mercantilista y comercial con la institución, así como que todas las contrataciones de empresas empresas o a nivel personal no sean a dedo, sino con carácter público. La clave es la transparencia. El diagnóstico diagnóstico del mal está muy claro, pero falta poner el tratamiento.
Iniciamos una guerra muy fuerte desde el sindicato CESM que yo dirigía para evitar que pusiera en marcha las fundaciones sanitarias tal y como pretendía. Logramos que ningún médico del Insalud fuese obligado a trabajar en un hospital hospital público reconvertido en fundación. fundación. Es un gestor muy competente competente y creo que conoce la Sanidad lo suficiente como para, en caso de gobernar, no tener que hacer ningún ningún cambio estructural que pueda perjudicar a los profesionales.
Habría que hacer nuevos estatutos que prohíban la contratación a dedo de empresas ajenas»