La Razón (Madrid) - A Tu Salud
La pandemia silenciosa que pide una solución a gritos
► Ante la resistencia antimicrobiana hay que utilizar menos y mejor los antibióticos y hacer más atractiva su investigación
PandemiaPandemia era un término poco co-nocido co-nocido hace un par de años. Hoy, a buena parte de la población mun-dial mun-dial le resulta familiar. Por eso, de-nominar de-nominar pandemia silenciosa a la resistencia antimicrobiana representa bien la magnitud global del problema al que nos enfrentamos. El Banco Mundial estima que para 2050, diez millones de personas podrían morir cada año si no se encuentran nuevos antimicrobianos, puesto que, sin una prevención y un trata-miento trata-miento efectivo de las infecciones, interven-ciones interven-ciones como el trasplante de órganos, la qui-mioterapia qui-mioterapia contra el cáncer o la cirugía mayor se volverán demasiado peligrosas para reali-zarlas. reali-zarlas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que la resistencia anti-microbiana anti-microbiana es una de las diez principales amenazas para la salud pública mundial.
Ante este panorama, científicos, profesio-nales profesio-nales sanitarios, autoridades competentes en medicamentos e industria farmacéutica coinciden en que hay que actuar en dos ám-bitos: ám-bitos: el primero, utilizar menos y mejor los antibióticos que ya se comercializan, y el se-gundo, se-gundo, hacer mucho más atractiva la inves-tigación inves-tigación de nuevos antibióticos para que exista un plan B si falla, por causa de la resis-tencia resis-tencia antimicrobiana, el plan A.
Respecto al primer punto, la realidad es que las compañías farmacéuticas que co-mercializan co-mercializan antibióticos clásicos encuentran enormes dificultades para mantenerlos en el mercado, no sólo porque sus precios, que son regulados, se van reduciendo a lo largo del tiempo, sino por la falta de atención que reciben en la regulación farmacéutica, que en muchas ocasiones los considera un me-dicamento me-dicamento más. Como el objetivo sanitario incluye, entre otros aspectos, reducir su con-sumo, con-sumo, es fácil adivinar el oscuro porvenir de un producto destinado a disminuir año tras año sus ventas.
La solución pasa por proteger de verdad este tipo de medicamentos clásicos, aunque sea aplicando exactamente lo contrario de lo que hoy está regulado. El sistema sanitario, en el caso de los antibióticos críticos, no de-bería de-bería pagar por cantidad sino por continui-dad. continui-dad. Por ejemplo, si se considera apropiado científicamente que sólo se necesitan 14 comprimidos de un determinado antibiótico presentado en un envase de 20, se debe ase-gurar ase-gurar la comercialización del nuevo envase de 14 incluso, si fuera necesario, mantenien-do mantenien-do el precio del envase 20. Porque si se reba-ja reba-ja el precio del envase (como se hace actual-mente actual-mente en España porque se aplica el precio por miligramo), el nuevo formato puede de-jar de-jar de ser económicamente viable.
Corresponde a las autoridades, primero, decidir qué antibióticos clásicos son funda-mentales funda-mentales y adoptar la estrategia para que sigan en el mercado protegiéndolos de ma-nera ma-nera efectiva, y segundo, promover con me-didas me-didas efectivas que se fabriquen, si es posible, en España o en la UE para tener una sobera-nía sobera-nía productiva de medicamentos críticos.
La pandemia por la Covid-19 ha mostrado que el liderazgo de la industria farmacéutica ha sido imprescindible para proporcionar a la sociedad las vacunas que han permitido afrontar la crisis. Igual podría suceder con los desarrollos de los antibióticos. Sin embargo, embargo, hoy sólo determinadas empresas están están llevando a cabo esta I+D y, como los nuevos antibióticos deben usarse con mucha mucha moderación, la falta de sostenibilidad de estos futuros medicamentos supone un desincentivo enorme; de no poner remedio, muchas compañías pueden seguir abandonando abandonando el arriesgado y difícil reto de desarrollar desarrollar antibióticos.
Es necesario buscar para esta investigación de antibióticos una estrategia estrategia diferente. Si queremos queremos tener nuevos antibióticos antibióticos habría que tratarlos bien. Cuando de manera natural no se investiga en un campo, campo, la solución es generar incentivos para cambiar la tendencia. ¿Qué incentivos serían entonces apropiados para disponer en el futuro futuro de nuevos antibióticos? Aunque desde hace años se vienen barajando distintas y variadas opciones, la que propone la Federación Federación de la Industria Farmacéutica Europea (Efpia) parece realmente interesante.
Se trata de crear un incentivo que suponga la extensión de exclusividad transferible (TEE, por sus siglas en inglés). Todos los medicamentos medicamentos nuevos gozan de un período de exclusividad para que su comercialización pueda optar al retorno de lo invertido en investigación. investigación. Pasado el período de exclusividad, exclusividad, el precio del tratamiento sufre una rebaja rebaja por la entrada de competidores (genéricos o biosimilares). Pues bien, se plantea que una empresa que lograra llevar al mercado un antimicrobiano considerado de interés fuera compensada mediante un derecho transferible transferible para extender el período de exclusividad de otro producto. Este TEE podría ser aplicado aplicado por la misma empresa que desarrolló el nuevo antimicrobiano dentro de su propia cartera o ser vendido a otra empresa.
Como nuevo incentivo, un TEE tendría, destacan desde Efpia, ventajas significativas: puede aplicarse a través de la legislación a escala de la UE; no requiere financiación pública pública inicial y no depende de la situación económica de un Estado miembro ni de los cambios en la situación política; abordaría el fracaso del actual marco de incentivos ofreciendo un incentivo potencial a la escala necesaria necesaria para impulsar una mayor I+D en nuevos nuevos antimicrobianos; apoyaría a todas las empresas farmacéuticas de todos los tamaños, incluidas pymes, que serían recompensadas tan pronto obtuvieran obtuvieran la aprobación reglamentaria de un nuevo nuevo antimicrobiano, y haría más atractiva la I+D en antimicrobianos a otras fuentes de financiación privadas; respeta el uso prudente, prudente, lo que lleva a mejores resultados médicos para los pacientes al desvincular la recompensa recompensa financiera del volumen de recetas, y es compatible con otras iniciativas nacionales nacionales y de la UE. La TEE representaría una solución solución única que abordaría el desafío de la resistencia a los antimicrobianos dentro de un paquete más amplio de medidas.
No deberíamos demorar más la adopción de medidas porque hoy la pandemia silenciosa silenciosa pide una solución a gritos.
Se necesita incentivar la investigación de futuros antibióticos