El PSOE apoyó la ley sanitaria que hoy quiere tumbar

HaceHace alrededor de 25 años, tuve la oportunidad de seguir de cerca la gestación y posterior aproba-ción aproba-ción de la Ley 15/1997 de nue-vas nue-vas formas de gestión sanitaria. Aquella norma era un intento desesperado del entonces mi-nistro mi-nistro José Manuel Romay y del presidente del Insalud, Alberto Núñez Feijóo, de inyectar aire en los anquilosados centros sa-nitarios sa-nitarios españoles. La rigidez de sus normas de funciona-miento funciona-miento lastraban la asistencia e impedían una modernización que ya se antojaba imprescin-dible imprescin-dible por aquellas fechas. Aun-que Aun-que de forma tibia, la ley permi-tía permi-tía introducir ciertos elementos del Derecho Privado en la pres-tación pres-tación sanitaria y daba carta de naturaleza a nuevas formas gestoras y a los llamados hospi-tales hospi-tales concesionales, como el que entonces se fraguaba en Alcira. A diferencia de hoy, el PSOE de aquella época tenía altura de miras. Tras 14 años en el poder, el partido había perdi-do perdi-do las elecciones con el PP de Aznar, pero sus dirigentes eran sabedores de los problemas que ya arrastraba la Sanidad y apostaron por hacer oposición de Estado en este área. En un ejercicio de responsabilidad poco valorado, su portavoz sa-nitaria, sa-nitaria, la ex ministra Ángeles Amador, y su equipo, apoyaron la norma y esta salió adelante solo con el rechazo de IU y BNG. Esa ley es la que va a ser tumba-da tumba-da por los herederos de aquel PSOE, lo que supone una vuel-ta vuel-ta al pasado y un estrangula-miento estrangula-miento de la Sanidad pública a la que se dice defender. Aunque afortunadamente no ha su-cumbido su-cumbido a las diatribas de Uni-das Uni-das Podemos, el PSOE de hoy le hace un flaco favor al sistema al obstaculizar los conciertos con la privada y las concesio-nes. concesio-nes. Con 700.000 pacientes en lista de espera, y en medio de fuertes protestas profesionales, la nueva norma puede ser la tumba del sistema.