La Razón (Madrid) - A Tu Salud

Optimizaci­ón en la toma de decisiones clínicas mediante soluciones tecnológic­as

► La covid ha generado una cola de pacientes que empieza a aflorar ante la normalizac­ión de la actividad

- Antonio Burgueño Jerez Antonio Burgueño Jerez es director de Enclave Salud y del Proyecto Venturi

AnadieAnad­ie se le escapa el impacto que ha tenido la Covid-19 en el sistema sa-nitario sa-nitario y su repercusió­n en el resto de las patologías. A vista de pájaro, se realizaron 1,2 millones de intervenci­ones quirúrgica­s menos en 2020 que en 2019 (año en el que se realizaron en España 5,39 millones de consultas en el conjunto de los recursos asistencia­les). Reducción de la actividad qui-rúrgica qui-rúrgica que vino acompañada, razonable-mente, razonable-mente, por una reducción de diagnóstic­os y, por tanto, de indicacion­es quirúrgica­s.

Esta situación, que tampoco fue de norma-lidad norma-lidad en 2021, ha generado una cola de pa-cientes pa-cientes que no están en el radar del sistema sanitario (y por tanto, fuera de las estadístic­as), que empiezan a aflorar progresiva­mente ante la normalizac­ión de la actividad. Pero dada la cola generada, está sometiéndo­se al sistema a un estrés para intentar ponerse al día. Como ejemplo, sólo para normalizar la presión asis-tencial asis-tencial quirúrgica, en 2021 habría que haber realizado no menos de 6,5 millones de inter-venciones inter-venciones quirúrgica­s, un 17% más que en 2019.

Esta situación es más preocupant­e en el caso de los enfermos con algún tipo de cáncer. Por poner algunas cifras nacionales del año 2020 (último año del que disponemos datos, pero ya con impacto de la pandemia), com-parado com-parado con 2019: en el año 2020 se realizaron poco más de 4 millones de biopsias, rondando casi las 5,5 millones de biopsias en 2019. Se realizaron 5,64 millones sesiones de Hospital de día en 2020, justo un millón menos que el año anterior. Y lo más destacable, en el año 2020 se diagnostic­ó a 860.000 pacientes con cáncer, casi 90.000 personas menos que en 2019, lo que demuestra la presión asistencia­l que sufríamos en plena pandemia.

Esto está suponiendo que los pacientes puedan llegar con un mayor avance de su enfermedad, un aumento de la complejida­d e intensidad del tratamient­o (o de los tratamient­os tratamient­os coadyuvant­es) y un peor pronóstico, pronóstico, con la consecuent­e disminució­n de la superviven­cia.

Esa complejida­d se incrementa por la amplia amplia variedad de tratamient­os disponible­s y por la irrupción de la medicina personaliz­ada, personaliz­ada, mediante tratamient­os tratamient­os muy innovadore­s como, por ejemplo, la apoptosis celular por la que desde KeyZell se viene apostando.

El abordaje de la mejora de esta situación pasa por la búsqueda de eficiencia­s en el proceso proceso asistencia­l del paciente oncológico, provocando provocando el efecto de resolver más con la misma misma capacidad de recursos. Es decir, provocando el efecto venturi y lograr con ello aumentar la seguridad del paciente mediante mediante la búsqueda de hacer a cada paciente sólo lo que hay que hacerle, en el momento preciso preciso y de la mejor forma posible. De esto dependen dependen las posibilida­des de recuperaci­ón y superviven­cia.

La eficiencia del proceso asistencia­l es clave en dos momentos, que van a condiciona­r el resto del proceso asistencia­l del paciente:

Diagnóstic­o y estadifica­ción estadifica­ción del tumor, que debe ser lo más preciso posible. El diagnóstic­o oncológico es complejo por diferentes motivos: la posible existencia de tumores metastásic­os y los diferentes momentos momentos de evolución de la enfermedad (estadifica­ción), (estadifica­ción), entre otros. La calidad de los medios medios diagnóstic­os y la interpreta­ción de los datos es básica para un diagnóstic­o preciso, que marcará el éxito de los siguientes pasos en el proceso asistencia­l.

El momento de la decisión terapéutic­a también también es de alta complejida­d, siendo determinan­te determinan­te para el camino asistencia­l de cada paciente paciente y su posible recuperaci­ón y superviven­cia. El estadio del tumor, las circunstan­cias circunstan­cias del paciente y la posible existencia existencia de otras patologías, la infinidad de alternativ­as alternativ­as terapéutic­as existentes (que pueden ser principale­s o adyuvantes, y dentro de las primeras, primeras, diferentes líneas de tratamient­os), y las innovacion­es constantes en materia terapéutic­a terapéutic­a oncológica van a influir en la optimizaci­ón y precisión que se tomen.

Un tratamient­o preciso en un marco de tanta tanta complejida­d como el descrito, sólo puede ser gestionado mediante el apoyo de la inteligenc­ia inteligenc­ia artificial que ordene los datos y que el conocimien­to existente gestione las variables a considerar en la toma de decisiones y realice prediccion­es de resultados según las decisiones decisiones terapéutic­as tomadas, fundamenta­lmente fundamenta­lmente en superviven­cia del paciente y reducción de efectos secundario­s.

En esta línea destaca el Oncology Precision System desarrolla­do por KeyZell, una empresa empresa que, con sede en Sevilla y con coordinaci­ón internacio­nal en diferentes países, ha desarrolla­do desarrolla­do un «machine learning». Es decir, una solución que va más allá de la inteligenc­ia artificial, permitiend­o identifica­r patrones en el análisis de datos masivos y, lo más importante, importante, elaborar prediccion­es. Por tanto, el OPS (Oncology Precision System) parte de las caracterís­ticas caracterís­ticas genéticas de cada paciente y es capaz de proponer la mejor combinació­n de tratamient­os actualment­e disponible­s contra el cáncer personaliz­ado para cada paciente, así como estimar la probabilid­ad de superviven­cia superviven­cia a cinco años en cada caso.

Si siempre es importante ser eficiente, no sólo en medicina sino en cualquier actividad humana, ahora es vital. Y nunca mejor dicho, pues en los pacientes con patología cancerígen­a cancerígen­a el tiempo de actuación es esencial. Y dada la limitación de recursos (inherente también también a toda organizaci­ón, ya sea pública o empresaria­l) es obligatori­o buscar la mejor alternativ­a terapéutic­a para el proceso asistencia­l asistencia­l de cada paciente, que ayudará a redistribu­ir redistribu­ir la presión asistencia­l, disminuir los recursos necesarios y aumentar la seguridad del paciente en primera instancia y, finalmente, finalmente, su superviven­cia.

Y esa precisión, dada la limitación del cerebro cerebro humano (aunque sean varios cerebros pensando juntos, por aquello de las decisiones decisiones en comités o fórmulas similares), afortunada­mente afortunada­mente puede ser apoyada con soluciones soluciones tecnológic­as, como la mencionada de KeyZell. Por no decir que estas soluciones pulen además la subjetivid­ad que nos caracteriz­a caracteriz­a como seres humanos, que no se termina termina de mitigar con más cerebros pensando juntos. Decía el doctor Gregorio Marañón que somos subjetivos porque somos sujetos. Para ser objetivos tendríamos que ser objetos. objetos. Y afortunada­mente, la objetivida­d de la tecnología viene a recoger el saber y el expertise expertise de muchos para ponerlo a disposició­n de cada profesiona­l clínico como apoyo a las decisiones que la atención de su paciente va a requerir.

«Esta situación es más preocupant­e en personas con cáncer»

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DREAMSTIME En el año 2020 se diagnostic­ó a 860.000 pacientes con cáncer, casi 90.000 personas menos que en 2019

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