La Razón (Madrid) - A Tu Salud
Sobre el alcohol
NoNo digo que sea la peor de las drogas, pero sí la más consu-mida, consu-mida, al menos en España. Tiene mucho que ver con la trepidante baritis, terracitis y cervecitis que se extiende a galope tendido por todo el país. Los españoles somos plusmarquistas olímpicos en todo a lo que empinar el codo y apurar el frasco se refiere.
Existe, además, la falsa creencia de que un par de copas al día, por no decir algunas más, no son tan dañinas para la salud como en realidad lo son. En lo concernien-te concernien-te al vino, por añadidura, circula la fake news de que es, incluso, beneficioso para el sistema cardiovascular. Asombroso. Ese bulo es similar, por poner un ejemplo hi-perbólico, hi-perbólico, al del terraplanismo.
Pongámonos serios, señores... El alco-hol, alco-hol, incluso en cantidades ínfimas, se transforma en azúcar, y el azúcar engorda, ¿no?, y el sobrepeso conduce a la obesidad, y la obesidad es la madre de todas las do-lencias, do-lencias, y tras ella llega, indefectiblemente, la diabetes, y la diabetes... Mejor me callo, aunque también podría irme al terreno de la psicología y añadir que existe una estre-cha estre-cha relación entre el consumo de alcohol y la violencia y, por ello, la delincuencia que de ese pecado capital se deriva.
El alcohol, en ese caso, lejos de ser una circunstancia eximente o atenuante de la responsabilidad, como durante mu-cho mu-cho tiempo se la consideró, es un factor agravante.
No quiero ponerme en plan puritano. Allá, por supuesto cada cual. Yo, como buen español, también he consumido toda suerte de bebidas alcohólicas a lo largo de la vida, pero hubo y hay en ella costumbres e ingredientes más o menos azarosos que me han salvado de las lacras que han devastado a buena parte de los miembros de mi generación.
Un buen día, bueno de verdad, me di cuenta de que el vino, la cerveza, el cham-pán, cham-pán, el whisky, los gin tonics y todo ese catálogo de sustancias corrosivas me da-ban da-ban poco y me quitaban mucho. Y lo dejé. Más vale tarde que nunca.
¿Envejezco? Sí. Envejecer es, en no es-casa es-casa medida, regresar a la infancia. Cuan-do Cuan-do era niño, mi bebida favorita era la hor-chata. hor-chata. Ahora vuelve a serlo.